Interesantes debates sobre la vigencia de las perspectivas de Trotsky para México y América Latina. Fotografías por Elizabeth Sauno

La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Sábado 1ro de septiembre de 2018
Con la participación de estudiantes, trabajadoras y trabajadores del gobierno de la Ciudad de México, así como de la UNAM, junto con maestras y maestros se dieron cita en la última morada de León Trotsky, el revolucionario sin fronteras que vivió su último exilio.
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En un homenaje ante el 78 aniversario luctuoso de su asesinato a manos de un sicario estalinista, a pocos metros del espacio donde se dieron fundamentales debates entre Trotsky y sus partidarios sobre la situación de la década de 1930, ante la Revolución Española y el estallido de la Segunda Guerra Mundial, el auditorio del Museo Casa se pobló de voces. Fue una jornada donde se generó un rico debate entre los ponentes, que buscaron no solo exponer las aportaciones de Trotsky, sino utilizarlas para pensar la realidad actual y que contó con una activa participación del público. Sin duda, dejó a los asistentes interesantes reflexiones para continuar profundizando.
Como invitados ponentes se encontraron Manuel Aguilar Mora, profesor de la universidad Autónoma de la Ciudad de México, e integrante de la Liga Unidad Socialista.
Aguilar Mora abordó los últimos años de la vida de León Trotsky, en su refugio en México, y los apuntes que hizo sobre el cardenismo y la institucionalización de la Revolución Mexicana.
Retomó la categoría de "bonapartismo sui generis", desarrollada por Trotsky en sus elaboraciones sobre América Latina, que representan como figuras de líderes "carismáticos" que fungen como mediación con los sectores populares con los intereses capitalistas, y contrastándolo con la figura de Andrés Manuel López Obrador, quien dista de ser una figura de izquierda pese al gran apoyo popular que trae consigo.
Massimo Modonesi, profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, reconoció los aportes de León Trotsky a la corriente revolucionaria del marxismo, con la independencia de clase en la lucha política y en la democracia socialista.
Explicó que esta última incluye la libertad de tendencias, donde se evitan el cierre autoritario o la burocracia en los debates centrales. De ahí se desarrolla el concepto de hegemonía, donde se apuesta a convencer sin imponer la política. Hablando de los tiempos en la actualidad destacó la pasividad de los movimientos sociales contrastando con las esperanzas de la población que necesitan un cambio en la manera de gobernar.
Pablo Oprinari, por parte del Movimiento de los Trabajadores Socialistas y el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky - México, cerró la primera ronda del foro.
Oprinari señaló la época en la cual Trotsky llega a México, en una etapa convulsa en la lucha de clases, que optó por otorgar ciertas concesiones al movimiento de masas, además de la instauración de la burocracia sindical con Lombardo Toledano.
De sus reflexiones para los revolucionarios de Latinoamérica, destacan la relación de México con el imperialismo norteamericano, la teoría de la revolución permanente y sobre el gobierno de Lázaro Cárdenas y la expropiación petrolera.
En su participación, desarrolló ampliamente la categoría de bonapartismo sui generis con la cual Trotsky analizó la realidad mexicana y el gobierno de Lazaro Cárdenas, y resaltó la importancia de la lucha por la independencia política del movimiento obrero y sus organizaciones respecto al gobierno de Cárdenas y la burguesía nativa. Luego se adentró en la vigencia de esas elaboraciones para comprender la realidad y los límites de los gobiernos llamados "progresistas" en la última década, y en particular del futuro gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador.
Explicó que en la actualidad venimos de años con mucha politización, y procesos de lucha de clases que culminaron en el movimiento por la aparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa que puso en crisis al gobierno de Enrique Peña Nieto y de la cual nunca pudo recomponerse. Todo ese descontento decantó a la política de López Obrador que pese al apoyo que tiene con los treinta millones de votos a su favor, no pone en cuestión las condiciones de explotación y miseria que vive la mayor parte de la población de México.
Ejemplo es la reciente renegociación del TLC, la cual está hecha a la agenda de Donald Trump, y por lo tanto garantiza la dominación imperialista del país, por ejemplo, contratos petroleros, la deuda externa, y la reforma educativa que responde a los dictados de organismos internacionales se van a mantener pese a la promesa de AMLO de abrogación de dicha reforma. Los límites que mostró el cardenismo son aún más profundos en la política de López Obrador.
Por tanto ni López Obrador, ni ningún representante de la burguesía mexicana puede dar salida a las expectativas de los trabajadores ni resolver las causas profundas de las condiciones de explotación y miseria que viven millones de personas.
En ese sentido las elaboraciones de Trotsky tienen gran vigencia, pues para enfrentar la subordinación al imperialismo estadounidense y los ataques de la clase capitalista.
Y por lo tanto, la izquierda socialista y revolucionaria tiene la labor de bregar dentro de las organizaciones de trabajadores por la independencia política del gobierno entrante. La única forma para lograr las demandas y aspiraciones de millones de personas es la movilización en las calles y la organización con un programa independiente que haga frente a las imposiciones de la clase dominante y luchar por un gobierno de las y los trabajadores, las mujeres y la juventud. Cerró planteando que hoy la tarea es poner en pie una organización socialista, antiimperialista y revolucionaria, que sea una alternativa tanto a los partidos de la derecha, como del nuevo gobierno del Morena y de AMLO.