Desde hace unas semanas, la situación de las quemas en las islas del delta se ha vuelto más crítica. Accidentes, problemas respiratorios y pauperización de la calidad de vida son moneda corriente. En Villa Constitución y San Nicolás, se manifestaron los vecinos en las calles para exigir soluciones.
Jueves 4 de agosto de 2022 13:12
La destrucción de los humedales por parte de empresarios y especuladores inmobiliarios no es una novedad en la región, hace años que se realizan quemas en las islas con el fin de extender la frontera agrícola, desarrollar ganado intensivo o para la especulación inmobiliaria. En las últimas semanas, la situación se ha vuelto cada vez más crítica, ya que se enmarca en una crisis económica y política muy profunda, en la cual el gobierno se está encargando de profundizar el modelo extractivista para obtener dólares que le permitan cumplir con las directivas del Fondo Monetario Internacional.
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La bronca se hizo sentir en las calles de las ciudades de la región, donde se desarrollaron masivas movilizaciones y concentraciones para tomar la palabra y decidir cómo continuar esta lucha que afecta especialmente al pueblo trabajador, que además de ver deteriorada su salud y sus condiciones de vida, tiene que ser testigo de cómo se enriquecen unos pocos a costa de destruir la vida de millones y del ecosistema en su conjunto. En el caso de Villa Constitución, las acciones continúan este sábado en la plaza central y se convierten en una gran oportunidad para coordinar las luchas de todas las ciudades que se ven afectadas por esta problemática.
Existen otros ejemplos de manifestaciones masivas en las que se logró torcer el brazo a los gobiernos y a las patronales como es el caso de Mendoza y las provincias de la Patagonia, pero eso se logró gracias a la coordinación de la misma lucha que se desarrollaba en diferentes ciudades. Las enormes convocatorias que existieron en ambas ciudades de la región, se podrían haber potenciado y desarrollado aún más si se realizaban de manera conjunta y simultánea. Por eso, el desafío de ahora en adelante es poder coordinar las acciones y darle más fuerza a esta pelea, ya que el enemigo es el mismo, el modelo extractivista y depredador del medio ambiente, en función de las ganancias de unos pocos y de conseguir los dólares para pagarle al FMI.