Los vecinos del barrio vienen exigiendo a Mayra Mendoza con urgencia el acceso al agua potable y expresan que la situación no sólo los deja expuestos al contagio de Covid-19, sino que también está afectando la distribución alimentaria de los comedores en el barrio, donde se entregan centenares de viandas diarias. Otra postal brutal de la provincia gobernada por Axel Kicillof, donde el hambre se agrava.
Miércoles 20 de mayo de 2020 19:14
Sin agua potable y sin comida los sectores más vulnerables del barrio Villa Itatí están en una situación grave y preocupante. Quilmes es uno de los distritos más afectados por el contagio de coronavirus y está sumergido en una crisis sanitaria y alimentaria que afecta duramente al 25% de la población quilmeña que vive hacinada en asentamientos como resultado de años de gobiernos peronistas, radicales y el de Cambiemos en este último tiempo. Son casi 3 millones de personas las que no acceden al agua en la provincia de Buenos Aires, la cual concentra el 40% de la población nacional, lo que demuestra que no es un problema actual, y del cual Quilmes no está exento.
Que los vecinos de Villa Itatí no cuenten con agua potable, se vuelve de suma gravedad frente a la pandemia de Coronavirus donde la higiene es el principal factor de prevención junto a bienes esenciales como el alcohol en gel, jabón y barbijos.
Dejar a las barriadas populares sin la posibilidad de satisfacer necesidades básicas contempladas dentro de los derechos elementales debería dejar de ser una prenda de intercambio entre los que vienen y se van del gobierno. Porque como demuestra la crisis sanitaria internacional en curso el costo de las promesas de cotillón que se difunden en campaña, para ganar el voto y el puesto, ponen en peligro la vida de miles de personas.
La gestión municipal de Martiniano Molina como parte del gobierno de Cambiemos dejó sin concluir la obra de una red primaria que debería abastecer de agua al barrio; la misma consta de 95 canillas comunitarias de las cuales sólo fueron instaladas, sin funcionar, 74 de ellas. El barrio debería contar con una red secundaria para que cada vecino y vecina tenga su conexión domiciliaria como mínimo para hoy estar en condiciones de prevenir la propagación de coronavirus. Como demuestran varias de las situaciones que atraviesan a los trabajadores quilmeños donde se los expone al contagio por parte de las patronales, donde el frigorífico El Federal es una brutal muestra, el municipio también es responsable de esta desidia y llega a la crisis sanitaria con una población con las mismas necesidades de años anteriores.
Mayra Mendoza que tomó el cargo de intendenta en el mes de diciembre del año 2019 como parte de la lista del Frente de Todos parece haber olvidado que la falta de agua potable es un problema estructural, que se sostuvo durante toda la gestión kirchnerista, y que en estos meses se han destinado millones de pesos al pago de la deuda ilegítima, ilegal y fraudulenta contraída por el gobierno de Cambiemos demostrando que las prioridades están con el FMI y no con los trabajadores.
La pandemia de coronavirus no hace más que refrendar esta grave situación que se origina en la pobreza. La realidad que expresa la Ciudad de Buenos Aires gobernada por Rodriguez Larreta, donde la Villa 31 es un foco de contagio, también por la falta de agua potable, y dónde el número de contagios y víctimas fatales no para de crecer, es una alerta que debe ser tomada para pensar el cuadro de las barriadas populares donde la crisis de vivienda y suministro de agua está a la orden día y no permite dilaciones. Hace algunos días atrás La Garganta Poderosa anunciaba la triste noticia de la muerte de Ramona Medina vecina de la Villa 31 y referente de la organización, que fue una de las voceras de este reclamo.
Todos se echan “culpas”, las responsabilidades van y vienen de Martiniano a Mendoza y viceversa. Lo que no llega es el agua que se caracteriza por tener baja presión y ser un faltante cotidiano según las declaraciones de los vecinos del barrio.
Con la aprobación del proyecto de ley de impuesto a las grandes fortunas que presentó el Frente de Izquierda Unidad de la mano de Nicolás del Caño en el congreso se podrían obtener recursos para que, entre otras cosas, los vecinos puedan acceder a la conexión de agua domiciliaria por medio de la necesaria red secundaria.
Cómo muestran los centenares de comentarios a favor en las redes sociales de Mayra Mendoza; su aprobación es una necesidad para repartir las riquezas de los que más tienen con los que menos tienen, y hoy corren peligro frente a la pandemia.
Medidas a la altura para combatir la pandemia
La obra que reforzará la red primaria que pondrá en funcionamiento las canillas comunitarias es llevada a cabo de forma articulada entre AySA, la comuna y el Organismo Provincial de Integración Social y Urbana (OPISU).
Al ser AySA patrimonio estatal hay que poner en pie un plan de obras públicas que permita el acceso al agua potable a todo el municipio y que el mismo esté bajo control de los trabajadores y los usuarios del barrio que son los que conocen de cerca cuáles son las necesidades populares.
Poner también a disposición toda flota de camiones cisterna ya sea de propiedad pública o privada para la repartición de agua en todos los hogares y que esta medida sea acompañada del reparto gratuito de alcohol en gel, barbijos y elementos de higiene personal junto a la realización de testeos masivos.
Como expresara la ex candidata a intendenta de Quilmes por el Frente de Izquierda Unidad, Carla Lacorte: "Si se pretende enfrentar seriamente a la pandemia es fundamental la realización de testeos masivos en todos los barrios del distrito, particularmente en aquellos en los que las condiciones de vida pueden darle un carácter de propagación exponencial, así como dotar a los vecinos de todos los elementos sanitarios necesarios y a los médicos de todos los insumos y medidas requeridas para su protección."
El operativo de hisopados a los casos sospechosos, enmarcados en el programa DETeCTAr, son una medida insuficiente que llega de manera tardía, como lo han demostrado la situación de los barrios La Matera y La Paz, donde se llevó a cabo el relevamiento 17 dias después de la detección de los casos del frigorífico El Federal.
Este cuadro se agrava si no se cuenta con las medidas de higiene esenciales, lo que hace inevitable que la gente salga de sus casas para garantizar insumos para su cuidado y prevención. La fábrica papelera Ansabo del barrio La Florida, Solano, podría jugar un rol de importancia en este sentido ya que está poniendo en marcha la producción de alcohol en gel para hacerlo llegar a la comunidad, una vez más como expresión de su coordinación solidaria con los barrios quilmeños desde la gestión obrera. El municipio debería otorgar todo los elementos necesarios para su producción y distribución.
Clara Liz
Fotografa y Documentalista - Contraimagen IDAC Cronista de LID en Quilmes y la Zona Sur del GBA