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Elecciones 2019. Violencia de género: qué hay detrás de los nuevos anuncios de Mauricio Macri

Mauricio Macri anunció que tomaría "medidas extraordinarias" para "erradicar" la violencia machista. Demagogia electoral ante un flagelo que se cobra, gobierno tras gobierno, la vida de las mujeres.

Sol Bajar

Sol Bajar @Sol_Bajar

Jueves 3 de octubre de 2019 12:20

Con un mensaje que difundió desde sus redes sociales, Mauricio Macri anunció ayer que finalmente tomaría algunas "medidas extraordinarias" destinadas a "erradicar" la violencia machista. Según anunció el presidente saliente, el gobierno avanzará “firme y rápidamente" en garantizar ese anuncio. ¿Demagogia?

Poco después del anuncio de Mauricio Macri, un documento que lleva la firma de la Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, anunciaba que a tres semanas de finalizar su gobierno, se tomarían algunas "medidas extraordinarias" para terminar con los femicidios. El texto que circuló, sin embargo, busca la reforma del Código Penal, introduce modificaciones en los códigos Procesal Penal Federal y Procesal Penal de la Nación, pero no hace más que seguir revictimizando a las víctimas de la violencia.

Por eso, las medidas para “incrementar la protección de las víctimas y posibles víctimas de violencia de género”, no sólo llegan tarde. Como si se tratara simplemente de un problema "de seguridad", y no de un flagelo que garantiza en gran medida la continuidad de este sistema, se oponen a un verdadero plan de acción que permita al menos prevenir y mínimamente paliar sus causas y sus consecuencias, y fomenta en cambio la exposición de las víctimas, aunque no lo quieran.

Mientras tanto, las últimas estimaciones indican que el presupuesto asignado al Instituto Nacional de las Mujeres, que conducen Carolina Stanley y Fabiana Túñez, fue durante estos años de $11 (¡once pesos!) por mujer, contra los $5.50 que aportó el último gobierno kirchnerista.

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Devaluación mediante, puede deducirse sin mayores comentarios el mensaje que se esconde detrás de esas monedas. Pero veamos qué propone, a pocos días de entregar el bastón de mando al peronismo, el presidente Macri.

"Medidas extraordinarias"

“Hoy, en la práctica, la víctima tiene que realizar dos denuncias para lograr la intervención activa de la Justicia, la primera en la comisaría y la segunda propiamente en la Justicia", dijo Mauricio Macri en su mensaje. Asumiendo lo que hace décadas y décadas denuncia el movimiento de mujeres, dejaba sin embargo al descubierto otra cosa que denunciamos: que detrás del tratamiento que el Estado le da a la violencia machista, está la revictimización que promueven esas mismas instituciones, que la producen y reproducen constantemente, garantizando su continuidad.

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Pero Mauricio Macri asegura que "vamos a eliminar esa zona de riesgo haciendo que la Justicia esté obligada a intervenir desde la primera denuncia”. Esa, tras cuatro años de gestión, sería la primera medida, aunque ya se aplica en gran parte de las provincias, donde no es necesaria la denuncia policial.

La pregunta de fondo, sin embargo, sigue siendo qué pasa con quienes no llegan a denunciar por falta de recursos; por temor; por miedo a las represalias, y no sólo de quien las maltrata, sino también de quienes las revictimizan, les niegan las licencias educativas o laborales, las despiden de sus ya precarios trabajos, las abandonan a su suerte después de denunciar, o no tienen a dónde ir una vez que lo hacen, y por lo tanto callan. Callan como preservación, para no morir, y el Estado responde con un "bien, gracias. Vaya a otra ventanilla", o "bueno, su situación ya fue denunciada", mostrando también el perfil delator y punitivista que caracteriza a las medidas que promueven desde el Estado.

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Pero el "feminista" Mauricio Macri trae más: también dice que ahora las denuncias por violencia de género se convertirán “en denuncias de instancia pública, como lo es, por ejemplo el abuso infantil”. De este modo, cualquier persona, allegada o no a la víctima, podría ser denunciante. Nada responde sin embargo a esas preguntas que de inmediato suelen llegar a la reflexión de gran parte de las víctimas.

O sí: justamente el tratamiento judicial, que indica que el 72% de las denuncias por violencia que fueron realizadas entre 2015 y 2017, fueron archivadas; que en el 14% de los casos se concedió la suspensión del juicio a prueba, y que solamente en el 4% de los casos se alcanzó una sentencia condenatoria. No se trata simplemente de que "las víctimas no denuncian". Se trata de las respuestas que da, o no, el Estado, para prevenir, para atender y acompañar a las víctimas de la violencia.

La centralización de las denuncias que reciben las líneas 144, 911 y las distintas comisarías, sería otra medida que a 25 días de irse de la Casa Rosada, asumiría el gobierno de Cambiemos. Un chiste. “Va a permitir tomar acciones de respuesta inmediata desde la primera alerta que se registre”, sigue explicando el demagógico presidente de la nación.

Las “capacitaciones en materia de género” en las fuerza represivas y en los juzgados, también serán parte de las medidas que "continuarán" según sus anuncios. Una fuerza en la que en 2018 se registraron a uno de cada cuatro femicidas: agentes con con armas de fuego, las mismas que se utilizan para amenazar y matar, según datos aportados por la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación.

No es simplemente por desidia

Medidas como la de centralizar en algún lugar las denuncias de las víctimas, capacitar a quienes trabajan en la justicia, facilitar la posibilidad de denunciar el maltrato, ya deberían funcionar hace tiempo, y si no funcionan, no es simplemente por desidia.

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En 2015, cuando el gobierno anterior finalizó su mandato, se estimaba que al menos una mujer moría víctima de femicidio cada 30 horas en el país. Hoy se estima que eso sucede cada 28. Esa realidad, que es sólo la manifestación última de una violencia que tiene distintas expresiones, como reconoce la propia ley de violencia contra las mujeres (2006), es parte de lo que ningún gobierno se ha propuesto transformar de manera estructural. Lo muestran el promedio de dos refugios por provincia que hay en la actualidad, mientras la crisis y el ajuste golpean a las que menos tienen para salir de la situación en que se encuentran.

Pero eso que no quiso hacer ningún gobierno, es también lo que no quiso debatir ninguna de las cámaras del Congreso Nacional, con el aval que dieron a esa negativa los partidos mayoritarios: el macrismo y el peronismo.

La sanción de algunas leyes, como la que establece la capacitación en género de todos los poderes del Estado (la llamada Ley Micaela, que arrancamos con lucha, y estaría pronta a implementarse) no es suficiente. Tampoco lo es el anuncio de algunas cosméticas "medidas extraordinarias". Se necesitan medidas elementales de manera urgente, de mínima. Y es lo que denunciaron con insistencia en estos años los diputados y diputadas del Frente de Izquierda-Unidad, dentro y fuera del recinto, acompañando cada reclamo de ese movimiento al que siguen dando la espalda todos los gobiernos.

Un plan nacional de acción inmediata contra la violencia machista

A pesar de los años de desarrollo de ese movimiento que desde 2015 sale a las calles al grito de Ni Una Menos, rebasando fronteras y contagiando a millones para reclamar que "vivas nos queremos", ninguno de los partidos mayoritarios, ni el actual oficialismo, ni la actual oposición, hicieron nada para garantizar que en el Congreso se debatan siquiera los proyectos que proponen declarar la Emergencia contra la violencia machista.

Entre esos proyectos que duermen en los cajones de Diputados y el Senado de la Nación, está el que presentaron desde entonces, en cada período parlamentario, los diputados de la izquierda Nicolás del Caño, Myriam Bregman y Nathalia González Seligra. La iniciativa se llevó también a todas las legislaturas y concejos provinciales donde el FIT-Unidad tiene representación, fue puesta a disposición del movimiento que reclama que se apliquen medidas urgentes, no cosméticas.

El proyecto, que propone que se garanticen medidas básicas, pero de fondo, para que las víctimas no sólo puedan denunciar, sino también encontrar una salida ante la situación que atraviesan, no recibió apoyo de las restantes fuerzas, y tampoco tratamiento, pero es la iniciativa más completa que se ha presentado hasta ahora en el Congreso Nacional, con el aporte de especialistas y trabajadoras que sostienen la atención y el acompañamiento de las víctimas, sus hijes y personas a cargo.

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El movimiento de mujeres, que viene de impulsar los paros internacionales, movilizaciones por Ni Una Menos y una inmensa marea verde por el aborto legal, tiene el desafío de tomar en sus manos esta lucha y organizar toda esa fuerza al servicio de derrotar los planes que buscan hipotecar el futuro de millones, mientras buscan ocultarse, detrás de medidas de cotillón, los intereses de fondo. Ese, sin dudas, será uno de los debates que atraviese el próximo Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, que se realizará en La Plata los próximos 12, 13 y 14 de octubre.