A partir del lunes 13 de abril y debido a la crisis del Covid-19, la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) se sumó a la virtualización del ciclo lectivo. El problema de esta medida es la gran cantidad de personas que son excluidas. Shánit nos cuesta su experiencia con la virtualización.
Miércoles 15 de abril de 2020
A raíz de la campaña que han impulsado estudiantes de la UCR precisamente frente al problema de la virtualización que excluye a miles, recibimos el relato de Shánit, quien nos cuenta su experiencia:
“Soy estudiante de la UNA, actualmente no cuento con una computadora para realizar mis trabajos, además de no tener internet en mi casa y mi celular es de mala calidad, no me permite ni hacer un drive. La beca no me alcanza para comprar una computadora o un mejor celular, y a veces ni siquiera para pagar el celular, apenas me funciona para pasajes de transporte y comida. Solamente en mi casa somos dos las personas que estudiamos, y claramente ambas nos quedamos por fuera del sistema ante el modelo impuesto por Rectoría.
Con el cierre de la universidad, es prácticamente imposible realizar mis trabajos pues además de no contar con los recursos necesarios en mi casa, no puedo contar con los recursos que hay dentro de la U. Por todo lo mencionado no tengo forma de participar de la virtualización de los cursos.
La UNA está asumiendo que todos y todas las estudiantes tenemos los medios para llevar clases virtuales, cuando no es así. Esta universidad se suma al pensamiento elitista. No piensa y no hace nada por los y las estudiantes que no tenemos los medios. Nos están excluyendo de manera directa, nos conducen a perder el semestre, pero no podemos resignarnos a eso.
Otra razón por la cual la virtualización me parece una mala idea es por la poca pedagogía que esta medida muestra, yo soy estudiante de Ingeniería en topografía y recibir clases virtuales es imposible para esta área, necesitamos mucha más atención de la que el profesor o profesora nos puede brindar virtualmente. La solución que nos dan es habilitar los laboratorios, pero en esta situación no podemos arriesgarnos, primero está nuestra salud y nuestra vida. Yo vivo en Puriscal y tendría que tomar tres buses, no puedo trasladarme a la universidad en estas condiciones. ”
Casos como éste abundan en el país, en el marco de la pandemia que el gobierno y los empresarios han usado como excusa para rebajar salarios y jornadas laborales, facilitar despidos y, tal como anunciaron recientemente desde el CONARE, también recortar el presupuesto a la educación pública. Así, el gobierno le hace pagar la crisis a la clase trabajadora de conjunto incluyendo estudiantes, docentes y trabajadores de las universidades.