Hay veces en que la cuadrícula de los calendarios conspira y dos sucesos se entremezclan dando la sensación de que tienen una naturaleza en común. Que no son una casualidad. Eso pasó esta semana con dos hechos que podemos afirmar con absoluta seguridad están emparentados. El mismo día que llegó al país la misión del FMI, que es como un grupo interdisciplinario de profesionales de la “medicina del ajuste”, el propio gobierno ponía en duda la continuidad del cuarto pago del IFE. ¿Azar? No. Hay que ahorrar para la corona.
Octavio Crivaro @OctavioCrivaro
Miércoles 7 de octubre de 2020 12:59
Alpargatas no: un presupuesto para los dueños de la torta
En medio de una brutal recesión y con una crisis social que arroja cifras de desigualdad, pobreza, indigencia y desocupación alarmantes, el conjunto de la actividad económica del país está orientada, los próximos años, a honrar los negocios de grandes empresarios y especuladores en general, y en particular para pagar la deuda externa que Macri nos puso de sombrero, y Alberto aceptó de buena gana. ¿O no se festejó, como el gol de Maradona a los ingleses, la negociación de Guzmán con los bonistas, que partió de reconocer esa deuda ilegítima e ilegal?
Esto no es un invento, una exageración del Frente de Izquierda: en el presupuesto 2021 no hay proyectado el pago de IFE, algo que de hecho el gobierno evalúa, como dijimos, cortar desde ahora mismo. En el presupuesto se calcula una caída real de 14% del gasto social, en IFE (ya mencionado) y jubilaciones, sobre las que se estiman nuevos ajustes. La salud, por su parte, caerá en un 9,4%, si consideramos la inflación proyectada.
Eso sí: se destinarán $ 550 mil millones para pagar deuda, lo equivalente a 160 mil viviendas como las que hoy se necesitan en Guernica. Equivalente, también, a 6 presupuestos de Ciencia y Técnica. Mientras tanto, se rebajan las retenciones a los exportadores y sojeros y se hacen guiños de todo tipo a las aceiteras, la runfla que integran Vicentín y otras empresas de mayor calado y menores escrúpulos.
Y lo que no se destine a pagos inmediatos de deuda, por la reestructuración de Guzmán, sí serán montos que irán ahorrando para cuando llegue el momento de pagar la friolera de una deuda que no para de crecer. En todo caso: no hay nada que festejar.
Y eso que aún ni siquiera se negoció con el Fondo. Mientras llega la misión del FMI, queda cada vez más claro que el presupuesto, es decir la actividad económica de todo un país, estará articulada para ahorrar en función pagar deuda externa de todo tipo y color, al mismo tiempo que se agravan las condiciones de vida de millones y millones.
Para que Macri gane la elección, el FMI otorgó un préstamo de U$S 44 mil millones. Una pesada hipoteca. ¿Porqué entonces el gobierno convalida esta mega estafa de Cambiemos y los amigos de Trump en el FMI? Preguntas que deberá responder un gobierno que brinda tranquilidad y previsibilidad a los especuladores, buitres y organismos internacionales, mientras cada vez más personas escarban en tachos de basura por algo para comer.
“La hora postrera del colonialismo”
Moviéndose en danza con los números groseros de un presupuesto escrito con la pluma prestada por el FMI, llegaron las noticias de la votación sobre Venezuela de la mano de la derecha continental, hecho tan bochornoso y lamentable que sacudió el tablero del propio oficialismo.
Sí, Argentina votó, junto a los monstruos del Grupo de Lima, el informe presentado por Michelle Bachelet, del Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre la situación en Venezuela, algo que le valió las cínicas felicitaciones de Juntos por el Cambio.
Este hecho es un nuevo capítulo de una subordinación de los designios del amo del norte. Hace poco tiempo, en una conversación virtual con Lula, Alberto se lamentaba diciendo que “Los Estados Unidos rompieron el Unasur y crearon el Prosur. También hicieron todo lo posible para que la Celac desaparezca. Y tampoco les alcanzó eso. Ahora fueron por el BID y todo el continente salió a apoyar que los EEUU, por primera vez en la historia también presida el Banco Interamericano de Desarrollo. Y nos hemos quedado dos países al margen de ese apoyo: México y nosotros”.
Pero pasaron cosas. Poco después de eso, Andrés Manuel López Obrador, presidente mexicano, le respondió implícitamente: “no en mi nombre”. Acto seguido, hizo una visita para apoyar a Trump en plena campaña, ayudando a limpiar su evidente perfil antinimigrante, y luego avaló la estrategia de Estados Unidos para poner al halcón Mauricio Claver Carone al frente del BID. Los restos mortales del Grupo de Puebla.
Ahora fue Argentina la que dio un paso al frente y, de la mano de Felipe Solá, se sumaron a gobiernos de la derecha continental para condenar a Venezuela.
Desde estas páginas señalamos la brutal situación social en Venezuela, así como el ascendente ataque a las libertades democráticas por parte del gobierno de Maduro, cada vez más recostado en el aparato militar, con un creciente número de presos políticos obreros y populares algo que, curiosamente, sectores del oficialismo se negaron siempre a denunciar, mientras que desde la izquierda clasista señalamos copiosamente. La corriente hermana del PTS en Venezuela, viene exigiendo la libertad de esos presos políticos con campañas, pronunciamientos, etc.
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Siempre hemos señalado esta situación sin avalar la intervención imperialista en ese país. Somos críticos de una situación que ha llevado al lamentable salario mínimo de U$S 1, asimismo señalando las implicancias nefastas del bloqueo imperialista.
Pero nunca mezclaríamos nuestras ubicación de lucha frente al gobierno de Maduro con los que avalan o directamente impulsan la intervención yanqui contra Venezuela y en todo América Latina. El gobierno nacional, con esta resolución, sí. Pasó del silencio frente al ataque a las libertades democráticas a amalgamarse con la derecha de Bolsonaro, Piñera y cía, que cínicamente silencian la situación escandalosa de represión, desapariciones y asesinatos policiales en Colombia.
En su célebre intervención en las Naciones Unidas, el Che Guevara, como representante de Cuba, decía que: “Ya ha sonado la hora postrera del colonialismo y millones de habitantes de África, Asia y América Latina se levantan al encuentro de una nueva vida e imponen su irrestricto derecho a la autodeterminación y el desarrollo independiente de sus naciones”.
La independencia frente al imperialismo es impensada de la mano de gobiernos que ni osan a cuestionar que la garra del águila del norte desgarre al pueblo trabajador en nuestro subcontinente. La Patria Grande es un lindo discurso para los actos litúrgicos, pero no más que una sombra efímera en el ejercicio real de gobierno.
Octavio Crivaro
Sociólogo, dirigente del PTS y candidato nacional por el Frente de Izquierda-Unidad en Santa Fe.