Hace días el fabricante de automóviles Volkswagen reconoció que 11 millones de autos fueron “truqueados” para pasar las pruebas ambientales. Esto implicó el desplome de sus acciones. La pregunta de fondo es: ¿quiénes pagarán por este escándalo?
Martes 29 de septiembre de 2015
El escándalo explotó en Estados Unidos cuando desde el gobierno de Obama se le pidió a la firma alemana requisara casi 500 mil automóviles con software instalado ilegalmente, el cual tenía el fin de evadir las pruebas ambientales. Posteriormente, la automotriz admitió haber fabricado 11 millones de autos -vendidos mayoritariamente en Europa- que tienen incorporado el software.
El escándalo Volkswagen ha implicado la caída de sus acciones en la bolsa de Frankfurt y una enorme mancha en la reputación de la firma, abriendo procesos de investigación en Estados Unidos, Europa y Corea del Sur.
Volkswagen ha anunciado que utilizará parte de las ganancias para retirar el software de los automóviles, medida que aún no se sabe si se llevará a cabo en los 11 millones de automóviles que la automotriz reportó con dicho software.
Sin embargo, pese al desplome de sus acciones y el costo que se dividirá entre el retiro de software y el pago de multas, Volkswagen seguirá siendo una de las automotrices con ganancias millonarias en todo el mundo y es que uno de cada cuatro automóviles que se venden Europa son Volkswagen.
El fraude lo pagan los trabajadores
Para los más de 11,000 trabajadores de la planta de Volkswagen en Puebla, el fraude no significa nada bueno. En el 2014 la planta de Puebla fabricó 475,000 automóviles de los cuales más del 80% fueron exportados a Estados Unidos.
La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) prevé una afectación entre 11 y 14% de la producción de la planta Puebla. Ya que parte de su producción son los modelos que Volkswagen reporta con el software fraudulento.
En Puebla uno de cada cuatro empleos depende de lo que se genere en Volkswagen, la empresa aporta el aporta el 17% del Producto Interno Bruto (PIB) del estado.
Rafael Moreno Valle, el gobernador de Puebla -célebre por su política represiva- anunció recientemente que está en pláticas con la empresa para “tratar de evitar” los despidos en la planta. Sin embargo, lo que se está cocinando entre el gobierno y la trasnacional es cómo aprovechar esta “crisis” abierta con el escándalo para poder avanzar en despidos y suspensiones en la planta.
Por lo pronto el gobierno aprovecha la “crisis” de la empresa para fortalecer a sus cuerpos represivos y anuncia la compra de 200 autos a Volkswagen para ser utilizados como patrullas.
“Arme su paro técnico para salir de la crisis”
El escándalo que generó “costosas pérdidas” para la automotriz tiene como primera causa la competencia entre empresarios millonarios pero repercute en los miles de trabajadores que laboran directa o indirectamente para la automotriz alemana.
Si bien en la planta Volkswagen Puebla hay poco más de 11,000 trabajadores, el estado tiene por lo menos 35,000 trabajadores en el sector de las autopartes, de los cuales se estima que el 70% de ellos se vean afectados por la disminución en la producción de la planta de Puebla.
La planta y las autopartistas poblanas valoran, entre otras medidas, la posibilidad de paros técnicos para evitar pérdidas. Lo que implica que los que van a terminar pagando las millonarias pérdidas a raíz del escándalo son los trabajadores.
La burocracia sindical no pierde tiempo y se alinea junto al patrón. El secretario general de la Federación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (FROC), René Sánchez Juárez, anuncia que el sindicato está listo para discutir los posibles paros técnicos con las autopartistas poblanas.
Con el pleno cinismo que caracteriza a los burócratas, René Sánchez comentó que estos escenarios son normales y recalcó que así es como opera la industria automotriz. Agregó que la burocracia sindical y las patronales discuten otras estrategias como el que los trabajadores adelanten sus prestaciones, ya sea vacaciones o días no laborables, para ajustarlos a los paros técnicos.
Miles de trabajadores se verán afectados en sus prestaciones, con suspensiones o despidos. Sin embargo, para los causantes del fraude como Martin Winterkorn, salen muy bien parados. Winterkorn, quien presentó su renuncia la semana pasada, deja Volkswagen tras haber acumulado más de 30 millones de euros en dos años.
Los trabajadores de la planta de Volkswagen en Puebla tienen una gran tradición de lucha, pese a las derrotas que la patronal ha impuesto.
Es necesario que los trabajadores se apuesten a utilizar el Sindicato Independiente Industria Automotriz Volkswagen de México (SITIAVW) como herramienta de lucha y frente a la patronal que quiere descargar su crisis en los trabajadores, enfrenten las suspensiones y los despidos de manera unitaria con el conjunto de los trabajadores autopartistas del estado, peleando en contra de las medidas de la patronal pero también por mejores condiciones laborales para el conjunto de los trabajadores de la rama automotriz.