El pasado jueves 25 de febrero, Vox anunciaba en sede parlamentaria que retiraba su apoyo al gobierno de la Junta de Andalucía (PP+Cs) si antes de medianoche no aceptaba la aplicación del pin parental en los colegios, como en teoría entraba en el acuerdo de apoyo al gobierno andaluz.
Roberto Bordón @RobertoBordon13
Martes 2 de marzo de 2021
Ante la negativa de la Junta de Andalucía, Vox ha confirmado la retirada de su apoyo parlamentario a cualquier iniciativa del gobierno PP+Cs en las comisiones parlamentarias o en el Pleno del Parlamento Andaluz. Esto implicaría dejar en minoría al gobierno e imposibilitar la salida de leyes, ordenes o decretos por parte del ejecutivo, que tendría que pactar con el PSOE, Unidas Podemos o Adelante Andalucía la aprobación de iniciativas legislativas.
El llamado pin parental era presentado en el acuerdo de gobierno como un supuesto derecho de los padres a vetar contenidos que sus hijos podían recibir en la escuela, a través de actividades complementarias a las asignaturas. La aprobación de la medida implicaría que los colegios deberían pedir “una autorización expresa de las familias para que sus hijos participen en actividades complementarias”. De esta forma, la ultraderecha buscaba vetar charlas sobre educación sexual o derechos LGTBI, alegando que iría en contra de sus creencias religiosas. En resumen, una forma de librar una guerra cultural a través de los colegios, en pos de extender una visión conservadora y rancia de la sociedad, invisibilizando la violencia machista y extendiendo su discurso reaccionario.
La respuesta del Ejecutivo andaluz revela sus perspectivas
El gobierno de la Junta de Andalucía ha tenido dos respuestas distintas frente a esta cuestión. Por un lado, Juanma Moreno (PP), presidente del gobierno, mandó inmediatamente al Consejero de Educación, Javier Imbroda (Cs), a negociar con la ultraderecha la posible aplicación de la medida. A la vez recordaba que, en caso de no lograr el pacto, podían mantenerse con los Presupuestos aprobados al menos un año y medio.
Por otro lado, Juan Marín, vicepresidente de la Junta y líder de Ciudadanos en Andalucía, ha afirmado este martes que no se va a aplicar dicha medida, porque no entra dentro de lo pactado. Sino que se será “transparente con los padres en qué educación reciben sus hijos”. Marín ha señalado que la maniobra de la ultraderecha responde a una teatralización para preparar la posible carrera política de Macarena Olona, portavoz y secretaria de Vox en el Congreso de los Diputados. Olona, diputada por Granada, se estaría preparando para liderar las listas de Vox en las próximas autonómicas tras la salida del anterior candidato, Francisco Serrano, juez envuelto en un escándalo de corrupción que lo apartó de la política.
La diputada de extrema derecha aprovechó su polémico acto el pasado 28 de febrero, Día de Andalucía, en el que organizó un mitin para criticar el Estado de Autonomías y la identidad andaluza (Vox es el único partido que no reconoce el estatus de nación que posee Andalucía reconocido en el propio Estatuto de Autonomía). La líder de Vox ha admitido su intención de hacer carrera política en Andalucía y esto ha servido a Marín para explicar la repentina retirada de apoyos al gobierno del PP+Cs.
Tras el intercambio de golpes, tanto PP y Vox parecen estar confiados en que van a compartir gobierno mientras Ciudadanos queda como un tercero ignorado, cayendo en las encuestas y quedando relegados a un puesto de menor importancia. El partido de Arrimadas por su parte reivindica su voluntad de construir “el centro político” como un intento de escapar a la fuga de votos hacia PP, Vox y PSOE que previsiblemente se darán en las próximas elecciones andaluzas.
De esta forma el gobierno del trifachito queda tocado, simplemente porque su lado más pequeño (Vox) ve posibilidades de devorar al segundo (Cs) para colocarse de igual a igual con el PP.
Roberto Bordón
Andalucía
