En lo que va de 2023, según las cifras oficiales, han sido asesinadas 18 mujeres en el Estado español; 1202 asesinadas desde que se empezaron a recoger las cifras oficiales en 2003. Sin embargo, como muchos colectivos feministas llevan años denunciando, las cifras oficiales dejan al margen realidades diferentes en las que se mata a mujeres por fuera de parejas o exparejas. Por lo tanto, la cifra real es mucho mayor, y solo es la punta del iceberg de múltiples cadenas de opresión que es la violencia machista.
Lunes 10 de julio de 2023
No sorprende la acción de la presidenta de las Corts Valencianes, Llanos Massó, de VOX que, junto al resto del grupo parlamentario de VOX, al acudir al minuto de silencio convocado por las Corts a raíz del último feminicidio ocurrido en Antella, eso sí, alejados de la pancarta principal que denunciaba la violencia machista.
No es algo que nos pille por sorpresa, el cinismo, la hiprocresía y el machismo de la derecha y de la extrema derecha. EL PP, por mucho que ahora quiera darse una chapa de defensor de los derechos de las mujeres, es el que atacó el derecho al aborto en 2014 -cuando el movimiento feminista organizado en las calles hizo dimitir a un ministro, Gallardón-, el que pretendía sacar una FP de ama de casa -Sección Femenina revival- y el que siempre que ha tenido ocasión ha atacado los derechos de las personas LGTBI.
Tampoco nos sorprende del discurso de VOX que minimiza e invisibiliza la violencia machista, diluyéndola en el abstracto de la “violencia” o de la “violencia doméstica” o intrafamiliar o del discurso de “la violencia no tiene género”. Parece muy lejano, pero Ciudadanos en su programa político hablaba de violencia doméstica y de que la violencia no tenía género, ignorando deliberadamente las cifras de feminicidios o de violaciones y abusos sexuales.
Por lo tanto, no, no nos sorprende que VOX, hijo legítimo de este régimen y de sus partidos políticos, herede ese discurso de negación de la violencia machista y, en última consecuencia, del sistema patriarcal y de todas sus cadenas de opresión que afectan a las mujeres trabajadoras, migrantes, racionalizadas, etc.
Nos queda claro que esta será tónica de actuación en las instituciones por parte de VOX. Pero para frenar a la derecha y a la extrema derecha, la opción no es apoyar al PSOE o al neoreformismo de Unidas Podemos o Sumar. La derecha avanza porque la supuesta “izquierda” que está en el gobierno no da respuesta a la situación de la clase trabajadora y los sectores populares y, porque en muchas ocasiones, cuesta diferenciar su política de la de VOX, como la que aplican a golpe de concertinas y balas de goma en la frontera sur.
Por lo tanto, la alternativa no es fortalecer al PSOE, un partido del régimen que perpetúa las políticas de siempre para beneficiar a los capitalistas; ni a Unidas Podemos, que se presentaba como “la nueva política” y acabó integrada en el gobierno del PSOE tragando todos los sapos habidos y por haber; ni a Yolanda Díaz y Sumar, con su reforma laboral a gusto de la CEOE y el PP.
Es curioso ver como en estas últimas semanas junto a la presión del mal menor, diferentes personajes públicos que se autoreivindican de izquierdas, han estado loando a Zapatero y su campaña de defensa a Pedro Sánchez y el legado del PSOE, porque su gobierno aprobó la ley del matrimonio igualitario u otras políticas culturales similares.
Sin embargo, obvian que es el mismo Zapatero de las concertinas en Ceuta y Melilla, de la crisis de 2008 y de la política de recortes que sufrimos la clase obrera y los sectores populares, como cada una de las veces que el capitalismo entró en crisis. O que es a ese mismo Zapatero al que se le montó el 15M en las calles, con miles de jóvenes gritando “PSOE y PP, la misma mierda es”.
Así que no, no se puede parar a la derecha reforzando a un mal menor que no trae nada nuevo. A la derecha y a la extrema derecha la combatimos construyendo una verdadera alternativa política de izquierda, anticapitalista, de clase y revolucionaria.