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Red Internacional
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Precarización Laboral. Wendy’s pone a su personal a repartir a pie para ahorrar en delivery

En Wendy’s no solo reabren en medio de la cuarentena sino que también quieren ahorrarse el delivery. Sus empleados comenzarán hoy a repartir pedidos a domicilio caminando.

Miércoles 22 de abril de 2020 00:18

En medio de la crisis sanitaria los dueños de Degasa (la sociedad que opera la master franquicia de tres cadenas de fast food en el país: KFC, China Wok y Wendy’s) implementan nuevos mecanismos para escatimar en costos. Quienes antes ocupaban el lugar de la cocina o el servicio, ahora irán caminando a llevar los pedidos casa por casa.

No está de más aclarar que la función de "cadete" o repartidor no está especificada dentro de las tareas a cumplir ni en el contrato que firmaron las y los trabajadores, ni en el convenio colectivo de trabajo.
Y que en tiempos de coronavirus el servicio de delivery, que ya realizaban de forma terciarizada y sin ART trabajadoras y trabajadores de las aplicaciones como Rappi, Glovo o PedidosYa, es una de las tareas que mas ponen en riesgo la salud y la vida de quienes lo realizan.

Parece un chiste de mal gusto "recomendar" al personal (crews) salir de a dos a repartir de noche. La empresa reconoce el riesgo de la tarea que impone a sus empleados, y pretende solucionarlo con una advertencia. Ni hablar del riesgo que significa para las trabajadoras mujeres salir de noche a recorrer las calles de Buenos Aires. Para la empresa la violencia de género no es siquiera un tema en su agenda.

Además, en todos los locales abiertos de Wendy’s se sumarán también trabajadores de KFC para vender los productos de ambas marcas en el mismo local e incrementar las ventas. Lo mismo harán los locales de KFC sumando trabajadores de Wendy’s. De esta forma en un mismo lugar estarían trabajando 15 personas. Es imposible cumplir el distanciamiento mínimo, aunque ya insuficiente, de dos metros en un espacio cerrado con esta cantidad de empleados trabajando.

En todo el mundo los empresarios reorganizan la producción, pero no para combatir el avance del virus, sino para sacar el mayor provecho posible de la situación, aumentando sus ganancias. En Alemania docentes, meseros y fotógrafos pasan a ser trabajadores rurales. En Francia, trabajadores metalúrgicos y de la construcción civil, pasan a ser cajeros en los supermercados. Como lo explica Andé Acier en esta nota.

En Argentina las cadenas de comida rápida son el laboratorio de las nuevas formas de flexibilización laboral. Si no enfrentamos los avances de la explotación patronal, tarde o temprano caerán de forma generalizada sobre la juventud precaria y el conjunto de la clase trabajadora.

Los empresarios saben que cuando quieren hacer aún más deplorables las condiciones de trabajo de sus empleados, se enfrentan a la bronca que esto naturalmente genera. En el caso de las comidas rápidas, las y los trabajadores ya vienen organizándose y marcando los límites a sus patronales. Por eso Wendy’s no tarda en responder intentando dividirlos.

A quienes se organizan no los llaman para trabajar más que cuatro horas por semana y les pagan sueldos de miseria (al rededor de los 6000 pesos), que no cumplen ni de cerca con un salario completo como por ley se debería pagar. Y mientras tanto "premian" a quienes no se organizan, aumentando sus salarios y haciéndolos trabajar más horas de lo que era habitual antes de la cuarentena. En vez de dividir las horas de trabajo entre todo el personal, con turnos rotativos y con sueldos completos.

Para enfrentar el nuevo mundo que las patronales quieren imponer es necesario unir por abajo lo que desde arriba quieren dividir. Reforzando la solidaridad entre las y los trabajadores de la comida rápida dentro de los mismos lugares de trabajo, como con quienes trabajan en las aplicaciones que ya sufren las condiciones que vienen para el resto. Y poniendo en pie una red de trabajadores precarizados y prcarizadas que pueda coordinar la organización de todos los sectores que son hoy las primeras víctimas de la flexibilización laboral y son a su vez, los primeros en alzar su voz.