Luego de apostar por Massa, el próximo gobernador de Río Negro y actual Senador Nacional Alberto Weretilneck ya giró en busca de saludos al nuevo mandatario buscando una línea de flotación con sus ex amigos del macrismo. Si para Massa la cordillera era una enorme torta, para Milei es un festín entero. Claves para pensar la estructuración del próximo gobierno provincial con el Ejecutivo Nacional.
Lunes 27 de noviembre de 2023 08:12
Una vieja conocida. Con Bullrich al mando de la Secretaría de Seguridad, está asegurada la continuidad del Comando Unificado represivo anti-mapuche. Weretilneck siempre tuvo una línea “pichettista” con la cuestión: racismo militante. Esa manera de ocupar territorios, expulsando comunidades originarias e instrumentar con el poder judicial y negociantes inmobiliarios la posibilidad de legalizar documentos de propiedad para terceros privados; ahora se intenta aplicar no solo a nivel cordillerano, sino a toda la vasta meseta norpatagónica que alberga Río Negro.
Es que la reforma a la ley de tierras fiscales que impulsó Weretilneck en la provincia de la mano de su gobernadora actual Arabela Carreras, es una verdadera “contra-reforma agraria”. Se busca transformar en lisa y llana mercancía alrededor de 5 millones de hectáreas ricas en minerales y fuente constante de energía eólica. Para eso es necesario transformar tierra fiscal donde descansan derechos originarios y de usos y costumbres pastoriles, no ya en lotes cordilleranos paradisíacos sino en enormes áreas que serán transformadas en “unidades de uso” mineros y de parques eólicos. La reforma de la ley implica la compra-venta para usos industriales de esas gigantescas parcelas de tierra.
Esta búsqueda de capitales privados y su necesario ensamble jurídico legal provincial ya se vio con Fortescue. Ahora se trataría de aplicar de modo global. En esto Weretilneck no puede hacer más que acuerdos con el próximo gobierno mileísta, que en los hechos no es más que un neoliberalismo entreguista. ¿Y por qué? Porque desde hace tiempo se viene aplicando esa línea, con el apoyo entero del massismo, y con el seguimiento, en lo fundamental, del sorismo y el kirchnerismo; es decir de todas las alas del peronismo.
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Mekorot no se toca
Respecto a Weretilneck en relación a las posibilidades de cambio de orientación gubernamental entre Milei y lo que pudiera haber sido un gobierno de Massa, un centro de discusión posible son las privatizadas empresas de energía hidroeléctrica. Con Massa se prometió hacer parte a los estados provinciales de Río Negro y Neuquén de las próximas empresas estatales que irían a dirigir las represas de El Chocón, Arroyito, Alicurá, entre otras. Milei al parecer daría prórroga a las concesiones privadas actuales hasta tener un paquete de reventa íntegro para privados. Esto cambiaría la ecuación, despejando de la fórmula a los estados provinciales.
Pero es necesario hacer una salvedad. El negocio puede cambiar, dejando afuera un estatismo que por otra parte siempre fue “estatismo de mercado”. Pero el mentado negocio de las represas, que descansa en la propiedad provincial de los ríos y la administración de dicho recurso, ya había sido puesto a consideración para que sea regulada por un privado, la imperialista sionista Mekorot. Ese acuerdo de gestión impulsado por provincias kirchneristas y “anti-k” por igual, y de la que forma parte Rio Negro; es intocable incluso para el minarquismo mileísta. La relación con Mekorot fue una conquista lograda con el albertismo. El pro-sionismo militante de Massa no tiene nada que envidiarle al de Milei y su saludo a Israel. En plena masacre en Palestina, la enorme cuenca de río Negro está a disposición común de todo negociado industrioso bajo la tutela de la empresa sionista. Y en eso Weretilneck no tiene diferencias con Milei.
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Si sirve de comparativa. En Neuquén el tema de discusión será Vaca Muerta, donde el próximo gobernador Figueroa, que como Weretilneck se mostró junto a Massa a días de la derrota electoral, plantea “blindar” la cuenca petro-gasífera. En esa provincia la negociación del próximo gobierno nacional con el ejecutivo provincial se demuestra al menos más compleja y contradictoria, por su magnitud y expectativas. Pero lo que sí es necesario mencionar es que con o sin YPF “nac and pop” el andamiaje estructural del fracking, impuesto por el kirchnerismo y su continuidad final con el massismo, es también un núcleo duro de acuerdos fundamentales con el próximo gobierno mileísta.
El ajuste se enfrenta en las calles
En lo que es una política de ajuste fiscal, el Ejecutivo nacional puede tener una línea de menores aportes del tesoro nacional a las provincias o incluso de baja en impuestos coparticipables, algo que ya se había hecho con Massa. La línea de “honrar la deuda” de Milei es una continuidad estricta de lo que ha hecho el gobierno peronista y su espejo provincial de JSRN con el bono Castello. El discurso de “modernización” del estado que ensayó todo este tiempo Weretilneck es la otra cara de un ajuste de partidas presupuestarias en salud, educación, etc; que se aplicarán para pagar la parte leonina del capital prestado por los tenedores de bonos de esa deuda provincial. El 2024 será el primer año de pagos cuantiosos y la provincia honrará esa deuda con la misma política que pretende Milei.
Si para Weretilneck es un “desafío” girar hacia una relación de concordancia con Milei, por otro lado es una oportunidad para alinear una misma línea discursiva de ajuste y orden. Todo lo hecho por Arabela Carreras con la plena colaboración de las alas peronistas son una base de ese ordenamiento. Se hace más necesario que nunca exigir a las conducciones sindicales de ATE, UnTER, UPCN que rompan con la pasividad y convoquen a enfrentar los ataques que ya está anunciando el gobierno electo. Está planteado combinar la defensa del salario frente a la inflación y la lucha contra los despidos, con la defensa del ambiente contra el saqueo extractivista, de las comunidades originarias contra el racismo y de las mujeres y diversidades sexuales. La relación de fuerzas con el próximo gobierno se define en las calles.