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Red Internacional
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#CAGARSEENDIONOESDELITO. Willy Toledo defiende la libertad de expresión: "Yo soy ateo y me cago en Dios todos los días”

Este lunes el actor Willy Toledo fue juzgado en el Juzgado de lo Penal número 26 de Madrid por haber escrito “me cago en Dios” en sus redes. A la salida del juicio, donde se le impuso una multa -con pensa de cárcel si no la paga-, Toledo reivindicó el derecho a expresarse con libertad y criticó el endurecimiento de leyes que estrechen aún más esta libertad.

Lucía Nistal

Lucía Nistal @Lucia_Nistal

Martes 18 de febrero de 2020

A la salida del juicio, Willy Toledo ha dejado en evidencia el tipo de Justicia al que se enfrenta: “Esto no es solo un delito de multa, me piden un delito de cárcel, porque si yo no pago los 22 meses de multa que me pide la acusación, tendría que cumplir 11 meses de cárcel por blasfemia. Este es el país en el que estamos" y ha dejado claro que se le persigue por un delito de opinión.

"No quería ofender ni a los católicos ni al monstruo del espagueti volador", dijo Toledo en referencia al pastafarismo, una “religión” parodia inventada en EEUU. "Si yo me cago en los seguidores del pastafarismo y niego que el monstruo del espagueti volador sea el creador del cielo y de la tierra, como sostienen los pastafarianos, pues igual me tendrían que llevar a la cárcel", comparó el actor.

Toledo ha aclarado que no tenía intención de herir a ningun colectivo religioso de este modo: "No tuve la intención de ofender a los católicos ni a los musulmanes, ni a los hebreos ni a los seguidores de la secta del espagueti volador, pues cada creencia es libre".

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En julio de 2017 Willy Toledo había escrito “Yo me cago en Dios. Y me sobra mierda para cagarme en el dogma de la santidad y virginidad de la Virgen María" en su cuenta de Facebook como apoyo y denuncia al juicio contra las tres mujeres que se manifestaron en la performance conocida como "la procesión del coño insumiso".

La Asociación Española de Abogados Cristianos decidió acusarle de un delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos y por obstrucción a la Justicia, por negarse a comparecer para declarar ante la justicia. Por ello piden 22 meses de multa para Willy Toledo.

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Juzgar a alguien por “cagarse en Dios” resulta absolutamente anacrónico, como ha evidenciado el abogado defensor, Endika Zulieta, comparando el caso con las "antiguas blasfemias", o los cientos de tuiteros que hicieron ayer trending topic #mecagoenDios relacionando el juicio con la Inquisición o bromeando con la posible aparición de Dios y la Virgen en el juicio.

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Pero no se trata de un juicio medieval, estamos ante un ejercicio más de persecución a las voces críticas, en el que una organización tan reaccionaria como la Asociación Española de Abogados Cristianos se sirve si ningún tipo de problema de la complicidad de la justicia que protege a los ricos, pero es implacable con cualquiera que cuestione el statu quo.

A la salida del juicio, en el que según ha relatado el actor ha habido testigos que no se habían leído los textos y delitos que no existen, Willy Toledo ha insistido también en que seguirá cagándose en Dios como "la mayoría de ciudadanos" de España: "Yo soy ateo y me cago en Dios todos los días, cada vez que se me cae un plato en el dedo gordo del pie y me hace daño, como hacemos la mayoría de ciudadanos de este país. Y voy a seguir diciendo todo lo que me salga de las orejas decir".
El actor se ha referido también al gobierno de coalición y su intención de tipificar la exaltación del franquismo como delito afirmando que le parece “una barbaridad contra la libertad de expresión” y “una aberración” que actúen igual que la derecha aumentando el arsenal punitivo.

Como ha explicado, “A mí me ofenden los discursos Homófobos, Racistas, Machistas... Me ofenden y mucho, pero no voy por la vida denunciando a toda esa gente por lo que puedan decir".

Las declaraciones de Willy Toledo y todo el apoyo que ha recibido de diferentes sectores que han acudido a la puerta del juzgado y han hecho campaña por redes se enmarcan en una defensa de la libertad de opinión más que cuestionada por este régimen y leyes como la Ley Mordaza o la Mordaza Digital que este gobierno no tiene en la agenda derogar. Pero la libertad de expresión es una trinchera a la que no podemos renunciar. Ya lo decía Max Aub en Campo de sangre con cierta ironía: “Si no, ¿para qué hacemos la guerra? Para que no se prohíba la blasfemia”.


Lucía Nistal

Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).

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