Ayer la comunidad boliviana conmemoró el Día de los Muertos, tradición que celebran año tras año. En esta oportunidad la Gendarmería lo impidió en el Cementerio de Flores quitándole a los participantes las pertenencias.
Viernes 3 de noviembre de 2017 15:12
Lo que pasó en el día de ayer en el cementerio del barriio porteño del Bajo Flores, la militarización de un evento cultural, es una ofensa a los derechos democráticos de la comunidad de trabajadores inmigrantes y una acción claramente xenófoba de la Gendarmería y el Gobierno ajustador de Mauricio Macri.
En una fecha donde acude gente mayoritariamente de la colectividad boliviana, a recordar y celebrar a sus seres queridos o difuntos con costumbres y tradiciones de antaño, la Gendarmería militarizó el cementerio.
Hicieron un un control estricto e increíblemente autoritario tanto afuera como dentro del predio. Revisaban la entrada o salida de gente, impidieron ingresar alimentos y bebidas, te obligaban a tirar lo que llevabas.
Te puede interesar: Gendarmería requisó a inmigrantes e impidió una celebración tradicional en Flores
Como expresó una compañera “Afuera nos revisaron las bolsas y luego en la entrada como si fuéramos delincuentes. Yo llevé una bolsa chiquita que contenía cuatro panes y tres galletas y una tantawuagua y no me dejaron pasar hasta que lo boté al contenedor de basura que ellos tenían al lado"
Esta actitud por parte del Gobierno viene hace años, pero en el caso de ayer pegó un salto.
El Gobierno de la Ciudad ya había puesto por primera vez un limite en el horario para celebrar nuestra tradición. A las 16,30 cerraron la puerta y a las 18 horas ya tenias que estar afuera, sino te echaban de inmediato.
Es un claro ataque y falta de respeto no solo a la colectividad y sus tradiciones culturales, sino a otras personas que también se dan cita en estas fechas.
Queda demostrado además que mientras el Gobierno hace de las festividades un negocio para el turismo en avenida de Mayo, cercena la posibilidad de expresar tradiciones antiquísimas como la celebración del Día de los Muertos, convirtiéndolo en un acto de persecución.