A semanas del inicio de las clases, la promesa del boleto hecha en campaña no ha pasado de declaraciones a medios. De ser una “prioridad” de su gestión, ahora la aplicación quedó sujeta a la aprobación de la ley de “Necesidad Pública”. La juventud y la educación no son jerarquía para el gobierno peronista.
Jueves 13 de febrero de 2020 20:00
En la última semana, el ministro de transporte de la provincia Osvaldo Miatello, aseguró que la puesta en marcha del boleto educativo dependerá de la votación de la Ley de “Necesidad Pública” que el oficialismo acaba de ingresar al Senado Provincial. El funcionario resaltó en uno de los medios de la ciudad: “no hay magia, los recursos de algún lado tienen que salir”.
Hoy el costo de los pasajes para ir y volver a una escuela, terciario o universidad es de $75 pesos diarios. Si lo ponderamos en los 22 días de cursado al mes, significa un monto total de $1650. ¿Cómo hace un/a joven que trabaja precarizadx en un bar o un call centers por $16000/17000 para destinar el 10% de su sueldo únicamente a movilizarse para estudiar? ¿Cómo lo puede sostener si tienen que pagar alquileres altísimos, fotocopias, los útiles escolares que aumentaron un 75% además de vivir?
Recordemos que uno de los puntos importantes durante la campaña de Omar Perotti el año pasado referida a la juventud, fue la garantía del boleto educativo en todos los niveles, ratificado luego de asumir el diciembre pasado. Pero durante el movido verano santafesino, sus funcionarios no han hecho otra cosa que ir mermando las expectativas de su implementación detrás de una ley que tiene como puntos centrales reforzar el aparato policial y habilitar el endeudamiento de la provincia.
Mientras el gobierno con la “emergencia en seguridad, planea destinar millones al equipamiento y armamento de la estructura policial, algo que sería apoyado también por sectores de la oposición cómo Carlos del Frade y Ciudad Futura, posterga la implementación del boleto educativo que es una medida vital para que miles de chicxs y jóvenes puedan acceder y sostener sus estudios. Además, anunció la eliminación de la cláusula gatillo para los trabajadores de la educación y viene incumpliendo el pago en tiempo y forma de los sueldos de docentes y estatales. En resumen, las medidas de Perotti no significan otra cosa que mano dura y estigmatización para lxs pibxs en los barrios, menos posibilidades para lxs jóvenes de poder estudiar y más ajuste para lxs trabajadorxs y las mayorías populares.
Hay “recursos” que no se tocan
Si algo sacudió la economía santafecina en el último mes, es el default presentado por Vicentin, una de las agroexportadoras más grandes de la Argentina. Una empresa que amasó fortunas en los últimos años y que ahora se declara en crisis para no pagar un crédito millonario que le prestó el Banco Nación bajo el gobierno de Macri. Una verdadera estafa a los trabajadores y al conjunto de la sociedad que vienen convalidando todos los gobiernos, sean macristas, progresistas o peronistas.
¿Qué pasaría si se estatizara sin pago y bajo el control de sus trabajadores a esta fraudulenta empresa que en 2018 tuvo ganancias de 1800 millones de pesos? ¿No habría recursos suficientes para implementar el boleto educativo? ¿Para los presupuestos de educación y salud? ¿Para los salarios de docentes y estatales? ¿Para generar nuevos puestos de trabajo en la delicada situación de crisis que enfrenta la provincia y el país?
Lo cierto es que las prioridades de del gobierno de Perotti, no están en los jóvenes que se esfuerzan por estudiar ni en lxs trabajadorxs que sostienen la educación pública. Como rezaba su slogan de campaña, las políticas de sus primeros meses están orientadas a garantizar “la paz y el orden” para los sectores más concentrados de la economía y las empresas que estafan al Estado a costa de las grandes mayorías, como en el caso de Vicentín.
El boleto educativo gratuito significa para miles de jóvenes la posibilidad de seguir accediendo a sus estudios. Por eso es necesario que la Federacion Universitaria de Rosario (FUR), la secundaria (FESER) y los centros de estudiantes de todos los niveles, incluso aquellas conducciones que han apoyado al gobernador por la propuesta del boleto, como el Movimiento Evita, retomen con fuerza la exigencia y la movilización que históricamente ha mantenido el movimiento estudiantil por una de sus demandas elementales. Es una medida de emergencia para ponerle freno a la deserción estudiantil en el marco de la crisis en curso que atraviesa el país y la provincia.
Nicolás Vazquez
Es estudiante de profesorado de Física en el Olga Cossettini en Rosario.