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Red Internacional
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Ensenada. YPF ayer y hoy, desde los ojos de un trabajador

Juan Cruz hace casi dos décadas que trabaja en el petróleo. Hizo desde tareas de limpieza hasta manejar una hidrogrúa. La mitad de su carrera fue contratado y desde hace unos ocho años integra la planta de YPF. Conversó con La Izquierda Diario sobre su historia en la empresa y los cambios que ve desde que el gobierno expropió a Repsol.

Martes 25 de noviembre de 2014

¿Cuánto hace que trabajás en YPF?

  •  Hace 20 años aproximadamente. Entré a trabajar como ayudante en un paro de planta, siendo electrotécnico egresado del colegio “Albert Thomas” de La Plata. Empecé como personal de limpieza, lo que habla de la escasez de trabajo que había en esa época. Y como tenía registro de conducir profesional porque fui taxista y chofer de camión, dejé la pala por un camión con hidrogrua para el traslado de materiales.

    Un año después entro en la empresa contratista de mantenimiento eléctrico.

    ¿Cuántos patrones tuviste?

  •  En los paros de planta trabajé en dos empresas distintas y después entré en una contratista. Por último ingresé a YPF, previo paso de dos años por Nepea, que es la empresa llamada “banco de prueba” de futuros ingresantes a YPF. En realidad es de YPF pero te contrata como contratista.

    ¿Cómo es trabajar en la planta petrolera que, dicen, es la más grande del país?

  •  Sí, es la más grande del país. Cuando uno entra se siente una hormiguita porque es una empresa muy importante, muy grande, donde hay mucho ruido. Cuando uno entra por primera vez se siente como empequeñecido ante la magnitud de las instalaciones y de los procesos térmicos que se realizan con calderas y acumuladores.

    Torres de enfriamiento con dimensiones comparables a la de un edificio de cinco pisos. El ruido es muy intenso por el funcionamiento de bombas y turbinas. Incluso se siente vibrar todo por el trabajo de las bombas y compresores de alta presión.

    ¿Es seguro trabajar para la petrolera?

  •  Es bastante peligroso. Tenés riesgos permanentes, calor, vapor, contaminantes, ruidos.

    Y encima de todo eso hay que bancarse la presión que ejercen las autoridades, como por ejemplo para que una máquina vuelva a producir cuando sale de funcionamiento. Trabajas contra reloj, en un lugar muy peligroso.

    ¿Tuviste algún accidente en estos años, o padeces alguna enfermedad profesional?

  •  Accidentes no. Pero me descubrieron que, por estar sometido a la contaminación, me afectó el sistema inmunológico.

    ¿Cambiaron las condiciones de trabajo en estos años?

  •  La contratista para la que trabajé primero, que estaba al servicio de YPF, era de un “gallego” relacionado con los que manejaban y destruyeron YPF. Cuando Repsol tomó el control destruyó tanto YPF que, como recordarás, en Ensenada estaba el Club YPF, que era un club social donde se practicaba todo tipo de deportes, donde iban los hijos de los trabajadores, que estaba frente de la entrada principal. Tenía una pileta olímpica y la gerencia la hizo llenar con escombros de demoliciones de otras dependencias que había derribado (talleres, vestuarios, etc.). Pero el dato de la malicia y de la intención de estas autoridades fue que, antes de tirar los escombros en la pileta, hizo que rompieran el piso de la misma.

    Allí estaba en el escalón más bajo, que se reflejaba incluso en el trato de los que trabajaban directamente para YPF. Trabajábamos hasta más de doce horas si había que resolver un problema. La famosa flexibilización laboral. Y el 50% de las horas extras te las pagaba en negro y no tenías aportes ni aguinaldo ni nada.

    Luego entré a trabajar en Nepea. Ahí, si tenías un buen desempeño podías llegar a ser contratado por YPF en forma directa. El sueldo era el mismo, pero las condiciones mejoraban porque había insumos, herramientas, materiales para trabajar, elementos de seguridad. Era la época en que estaban “los gallegos”. Estuve dos años y luego pasé a YPF.

    En total trabajé durante once años dentro de YPF para otras empresas antes de que me contrataran en forma directa. Cuando pasé a YPF me sentí más libre, si bien hay más responsabilidades tengo más libertad para trabajar tranquilo. Y en cuanto a reconocimiento económico el sueldo mejoró aproximadamente 10%.

    ¿Y cobrás bien? Para muchos sectores de la clase trabajadora ustedes tienen fama de tener buenos sueldos

  •  Los que cobran bien son los del sur, que están con otro sindicato que se llama Petroleros Privados y tienen otro convenio.

    Nosotros quedamos bastante atrasados porque cuando nacionalizaron el sindicato éste arregló una paritaria muy extraña de casi 18 meses. Nos dejó atrás. Si yo no hago horas extras no me sacan plata por el tema del impuesto de la ganancia.

    Cuando el gobierno decide comprar el paquete accionario de la empresa ¿vos qué pensaste?

  •  Me puse contento porque se recuperó una empresa de bandera que te da soberanía energética. En YPF siempre estaba la bandera argentina en todos lados pero cuando vinieron los gallegos desaparecieron hasta los mástiles. Luego caí en la cuenta de que, del estado había un porcentaje de acciones.

    En cuanto a las relaciones laborales no cambió mucho, hay algunos beneficios como becas para hijos de empleados que sean alumnos con los mejores promedios y que estudien carreras relacionadas con la industria petrolera.

    Veo que hay más producción pero no entiendo como no pueden mantener el precio de los combustibles.

    ¿Cómo es el tema de la representación sindical?

  •  Cuando trabajé para las contratistas se regían por el convenio de UOCRA, que nos daba condiciones de trabajo miserables porque estaban en connivencia con la patronal. Hasta que una ruptura entre el sindicato y la patronal redundó en que la empresa comenzó a poner las viandas y otras mejoras laborales. Aparecieron los delegados y todo un aparto sindical.

    En Nepea pasé al SUPE, que están totalmente cooptados por la patronal. De hecho cuando tuvimos diferencias con la empresa se resolvieron a través de luchas sectoriales donde los delegados del SUPE sólo aparecieron a firmar los acuerdos a los que habíamos llegado los trabajadores.

    ¿Y cambió la situación de las contratistas?

  •  Todo sigue igual. En las empresas que están bajo el convenio de SUPE hay más de 1.300 compañeros. Y en las empresas que trabajan bajo el convenio de UOCRA podemos calcular más de 2.000. Son más que nosotros, que andaremos en 1.200.

    ¿Y por qué creés que sigue este sistema, pudiendo ser como era antes de la privatización, que todos eran empleados directos de YPF?

    Es que acá cada uno tiene su quiosquito. Todas las empresas contratistas saben que tienen que compartir parte de sus ganancias con los sindicatos y con los funcionarios que están en Capital. Son las empresas que vienen de la época de la privatización. Ni el mismo presidente de la empresa los puede tocar.