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Red Internacional
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SUDÁN. Ya hay 37 muertos por la "revuelta del pan" en Sudán

Hace una semana que miles de personas salen a las calles a protestar contra la carestía de la vida y la escasez de productos básicos y combustibles. Para su presidente, Omar al Bashir, en el poder desde 1989, se trata de "traidores, espías, saboteadores y mercenarios". La represión policial ya dejó un saldo de 37 muertos hasta el momento.

Miércoles 26 de diciembre de 2018 00:00

Una marcha organizada por organizaciones profesionales y partidos opositores sudaneses hacia el palacio de la Presidencia fue duramente reprimida en medio de un amplio despliegue policial en la capital, Jartum, este martes.

Las fuerzas de seguridad emplearon gases lacrimógenos y palos contra los manifestantes que marchaban por el centro de la ciudad, convocados por la Asociación Sudanesa de Profesionales, un grupo que aglutina a sindicatos opositores, que llamó a llevar a cabo una marcha hacia la sede oficial del presidente, Omar al Bashir, con el fin de entregarle un documento en el que se le solicita que abandone el poder "rápidamente".

El partido Al Umma denunció que al menos 22 personas fueron asesinadas en los primeros tres días de protestas, mientras que la organización Amnistía Internacional cifró este lunes en 37 los muertos por disparos desde el pasado miércoles.

Para denunciar la violenta represión, parte de los médicos de Sudán realizaron el lunes una huelga, convocada por Comité Central de los Médicos Sudaneses, una entidad opositora que funciona de forma paralela a los sindicatos oficiales.

"El hecho de que las fuerzas de seguridad están usando fuerza letal tan indiscriminadamente en contra de los manifestantes desarmados es preocupante", aseguró en un comunicado Sarah Jackson, vicedirectora de dicha organización para el Este de África, que además instó a las autoridades sudanesas a "centrarse en poner fin a una larga represión de los derechos humanos y a resolver la crisis económica, que han desencadenado de forma conjunta estas protestas".

La convocatoria fue apoyada por la coalición "Fuerzas del llamamiento de Sudán", la principal de la oposición en el exilio y liderada por el partido islámico moderado Al Umma, y la alianza "Fuerzas del Consenso Nacional", que aglutina a la oposición en el interior del país. Ambos grupos políticos han pedido recientemente un cambio de gobierno, al igual que los manifestantes que han salido a las calles en varias ciudades y localidades del país, coreando "la revolución es la opción del pueblo" y "el pueblo quiere la caída del régimen", la frase más popular en las revueltas de la Primera Árabe del 2010 y 2011.

En la mayor parte de los casos las protestas han sido reprimidas por las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos, palos e incluso fuego.

Las protestas, llamadas "las revueltas del pan", ocurren por el incremento de 2 a 6 centavos de dólar el precio del pan y por su consiguiente falta, "debido a la fuerte devaluación de la divisa local, la libra sudanesa, el pasado octubre.

Como respuesta, el presidente sudanés, Omar al Bashir, se mostró esta navidad desafiante en su primera aparición pública desde el estallido de las protestas, y se dirigió a un grupo de seguidores y les aseguró que con su presencia respondían a cada "traidor, espía, saboteador y mercenario". Al Bashir también se refirió a las demandas económicas de los manifestantes y aseguró que es "deber del Gobierno servir a la gente fiel, trabajadora y productiva", pero no a "los desempleados" que buscan "el sabotaje, la destrucción y la guerra" en Sudán. "Sabemos que tenemos problemas económicos, pero estos problemas se pueden controlar", agregó el presidente sudanés, que detenta el poder desde 1989.