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Red Internacional
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MURIÓ RUBÉN AGUIRRE. Ya no hay quien lleve flores a Doña Florinda

Su personificación del internacionalmente famoso “profesor Jirafales” lo marcó para siempre como el eterno enamorado de “Doña Florinda” y como un galante, cordial y recto profesor de educación primaria.

Raúl Dosta

Raúl Dosta @raul_dosta

Domingo 19 de junio de 2016

Egresado de la combativa Escuela Superior de Agronomía “Hermanos Escobar” de Ciudad Juárez -liquidada en 1996 por el gobernador panista Francisco Barrio Terrazas- encontró trabajo, lejos del campo, en la industriosa Monterrey donde los capos de la oligarquía regia, los Garza Sada, estaban armando su proyecto de cadena nacional televisiva y fundaban, en 1965, Televisión Independiente de México (TIM), a la que se incorporó Rubén Aguirre como ejecutivo.

En TIM se conocieron y comenzaron a trabajar junto los integrantes del elenco alrededor de Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, además de Aguirre, Ramón Valdés y María Antonieta de las Nieves, quienes han perdurado en el imaginario latinoamericano como “Ron Damón” y la “Chilindrina”.

Eran los años de la conformación del emporio televisivo construido a partir del Canal 2 por la familia Azcárraga, primero asociándose con Rómulo O´Farril dueño del periódico Novedades y el Canal 4 de TV y luego apropiándose del Canal 5, del ingeniero-inventor Guillermo González Camarena, creador de la televisión a color.

Con estos tres canales Tele Sistema Mexicano (TSM) de los Azcárraga dominaba el mercado.

Pero la aparición en la Ciudad de México del Canal 8 de TIM fue impactante y pronto ganó audiencia con programas que le pegaron duramente en el rating a TSM. Uno de ellos era el programa de concursos Juan Pirulero conducido por Luis Manuel Pelayo, famoso por hacer la voz radiofónica de Kalimán, el hombre increíble. Otro fue la telenovela Hermanos Coraje que tenía un elenco de actores de primera línea y era la adaptación de una exitosa novela brasileña.

El tercer golpe lo daría el fenómeno Chespirito, que se fue cocinando en los foros de TIM (donde hoy es Televisa San Ángel) y que tuvo como programa precursor Los super genios de la mesa cuadrada, con María Antonieta de las Nieves, Ramón Valdés, Chespirito y Rubén Aguirre.

Tenía como rutina hacerse chistes pesados entre los cuatro personajes en tanto contestaban de manera chusca unas supuestas preguntas enviadas por correo que tenían como remitentes los nombres de artistas famosos, acompañándolos con otros “sketches”. Ya desde ahí se empezaban a delinear personajes como, "la Chilindrina", el "doctor Chapatín" y el "profesor Jirafales".

Hasta aquí TSM de Azcárraga perdía público y el Canal 8 se fortalecía aún más cuando Chespirito fue obligado, tras una serie de críticas de los artistas mencionados en su programa, a cerrar el ciclo de Los super genios… y entonces sacó a escena su icónico El Chavo del Ocho, que por su nombre mismo era el gran impulsor del Canal 8 de TIM.

Aprovechando que los Garza Sada no andaban bien de finanzas TSM buscó la fusión con TIM y fue así como se concretó el monopolio que dio origen a Televisa, dueño total de la TV comercial por dos décadas hasta la aparición de TV Azteca en 1993 gracias a la privatización de la televisora estatal Imevisión.

El famoso canal 8 se transformó en el Canal 9. Engullir a la competencia para anularla le dio grandes dividendos a Televisa: el programa Juan Pirulero se transformó en Sube Pelayo sube, dándole gran audiencia todos los sábados por muchos años y La vecindad del Chavo mucho más, hasta la fecha rinde dividendos.

Rubén Aguirre fue parte de esta propuesta escénica basada en chistes simples y rutinarios. Con secuencias tan repetitivas que en vez de estimular al expectador a estar alerta y racionalizar la trama, terminaba por tener una actitud pasiva a la espera de la repetición de la consabida frase particular de cada personaje, una invitación a no pensar y a hacerse presa de la risa pregrabada, recursos a los que acude una televisión con poca creatividad, el sello de Televisa, pero muy útil para el dominio de un régimen político tan poco democrático.

Aún así, en el marco tan limitado del rutinarismo de los programas de Chespirito, Rubén Aguirre dejó su sello en la televisión de las tres últimas décadas del siglo XX. También participó en algunas películas del cine y, al final de su carrera, derivó su personaje al espectáculo circense. Pero su trabajo televisivo hará que sea recordado por un buen tiempo como el profesor Jirafales.

Para recordar un poco su trabajo, reproducimos uno de los viejos “sketchs” de los comienzos de su carrera junto a sus compañeros de “la mesa cuadrada”.