Su muerte temprana le impidió ser parte de la victoria en la guerra civil contra los ejércitos contrarrevolucionarios, de la nueva política económica y sobre todo de la lucha interna del partido que se desarrolló con el avance de la burocratización del estado soviético. Esto lo relegó de la historia, injustamente, de las principales personalidades dirigentes de la Rusia revolucionaria.
Sábado 16 de marzo
Yacob Sverdlov.
El 16 de marzo se cumplen 105 años de la muerte de Yakov Mijailovich Sverdlov. Quien fuera el más grande organizador bolchevique y líder en la construcción del estado soviético en Rusia luego de la toma del poder en octubre por la clase obrera. Tenía apenas 33 años de vida, y 17 en la militancia revolucionaria, de los cuales aproximadamente la mitad los pasó en prisión o en el exilio siberiano. Las citas de este artículo pertenecen a la biografía titulada “Sverdlov” del autor E. Gorodetsky, (Moscú, 1971).
Yakov nació el 3 de junio de 1885 en la ciudad de Nizhny Novgorod. La región a fines del siglo XIX era uno de los centros industriales y comerciales más grandes de Rusia. El número de fábricas en la provincia de Nizhny Novgorod en ese momento superaba las 500. Se calcula que explotaban a 40.000 obreros industriales. Solo en la planta de Sormovo trabajaban más de 10.000 trabajadores. Trabajando entre 12 y 15 horas por día. Su padre era dueño de un pequeño taller de grabado y su madre dirigía el hogar. Era una familia trabajadora de un pequeño artesano, donde Yakov y sus hermanas y hermanos desde chicos aprendieron a ayudarse mutuamente. Así es como sus hermanos recordaron su infancia: “Yakov era un excelente nadador, sabía remar y, junto con sus amigos en el verano, pasaba días enteros en el Volga. Les gustaba especialmente balancearse en el bote sobre la ola de un vapor que pasaba. Una vez, cuando tenía 12 años, su hermana menor y su amiga le pidieron ir a navegar con Yakov. Fue un gran desafío para las niñas. Las fuertes olas de un vapor que pasaba amenazaban continuamente con abrumar al frágil barco. Las chicas fueron cobardes, pero, recordando la condición básica de Yakov: “Si eres cobarde, te desembarcaré en la orilla”, intentaron no gimotear. Sabían que el hermano ciertamente cumpliría la promesa.”
En esa época, la ciudad de Nizhny Novgorod, luego de la derrota del movimiento Narodnaya Volya, pasó a ser uno de los lugares de deportación “bajo supervisión policial”. Maximo Gorky, junto a otros colaboradores, publicaron un periódico en la ciudad.
En el año 1900 muere la madre de Yakov y se ve obligado a abandonar la escuela secundaria y comenzar a trabajar como aprendiz de farmacéutico en Kanavin. Fue en este suburbio de Nizhny Novgorod, donde Yakov comienza a reunirse con los trabajadores y conocer su vida.
“Todos los días sobre el asentamiento obrero, en el aire aceitoso y lleno de humo, el silbato de la fábrica temblaba y rugía, y, obedeciendo la llamada, de las casitas grises salían corriendo a la calle, como cucarachas asustadas, gente melancólica que no había tenido tiempo de descansar sus músculos con el sueño. En el frío crepúsculo caminaron por las calles sin pavimentar hasta las altas jaulas de piedra de la fábrica, ella los esperaba con indiferente confianza, iluminando el camino con decenas de ojos gordos y cuadrados. El barro golpeó los pies. Hubo exclamaciones roncas de voces somnolientas, maldiciones groseras rasgaron el aire, otros sonidos flotaron hacia la gente: el pesado alboroto de los autos, el gruñido del vapor. Altas chimeneas negras asomaban sombrías y severas, elevándose sobre el asentamiento como gruesos palos.” Esta imagen plasmaba Gorky de la ciudad. En ese ambiente, Yakov, hizo sus primeros pasos como militante revolucionario.
Yakov ingresa al POSDR (Partido Obrero Socialdemócrata Ruso)
En 1901 se unió a la organización socialdemócrata de la ciudad, luego de no encontrar respuestas a sus preguntas en los primeros panfletos ilegales que tuvo posibilidad de leer, publicados por los socialistas revolucionarios. En esto tuvo una influencia decisiva el proletariado de Sormovo.
En abril de 1902, muere el joven estudiante socialdemócrata Boris Ryurikov, que acababa de salir de prisión en condiciones muy duras. Su funeral se transformó en una importante manifestación. “Por comportamiento violento y desobediencias a las exigencias de la policía en el funeral de Ryurikov” Yakov fue detenido por dos semanas en la prisión de Nizhny Novgorod. Era la segunda vez que caía en prisión. La primera había sido en diciembre de 1901, pero fue liberado prontamente por falta de pruebas.
En la segunda mitad de 1902 Yavok asume el puesto de “revolucionario profesional” y en vísperas de 1903 el comité socialdemócrata de Nizhny Novgorod le encarga la organización de una imprenta clandestina en Sormovo. Esta se creó a principios de 1903. Un jefe de policía informaba el 30 de marzo de 1903: “En el pueblo de Sormovo, los trabajadores de la fábrica instalaron una imprenta y la escondieron de tal manera que solo los participantes lo saben, incluso los departamentos y el taller no lo sabe.”
Poco antes, Yakov es detenido, luego de que la okhrana (policía zarista) registrara el departamento donde vivía junto a su hermano, y encontrara material ilegal impreso. Esta vez pasó 4 meses dentro de los muros del castillo prisión de Nizhny Novgorod.
En noviembre de 1903, el comité socialdemócrata de la ciudad, luego de ser informado por Krupskaya sobre el segundo congreso del partido adopta la siguiente resolución: “reconoce la legalidad de todas las decisiones del congreso, reconoce los órganos elegidos por él, llamando enérgicamente a todos los que están sinceramente dedicados a la causa socialdemócrata, obedecer el estatuto de organización elaborado por el comité central del congreso y agruparse en torno a las instituciones centrales elegidas por él.” En ese momento Yakov toma con firmeza las posiciones bolcheviques leninistas, que defenderá a lo largo de su vida.
En vísperas y durante la revolución de 1905
Antes de la revolución de 1905, el comité socialdemócrata del norte instruyó a Yakov para que pasara a la clandestinidad y fuera a Kostroma a realizar tareas de organización. Fue en este momento que Lenin dijo: “Fue en esta era, a principios del siglo XX, que tuvimos al camarada Sverdlov, como el tipo más cincelado de revolucionario profesional, un hombre que ha roto por completo con su familia, con todas las comodidades y hábitos de la vieja sociedad burguesa, un hombre que se ha rendido total y desinteresadamente a la revolución…”.
Entre el otoño de 1904, luego de irse de Nizhy Novgorod, y su llegada a los Urales en septiembre de 1905, viajó y recorrió las ciudades de Kostromá, Yaroslavl, Moscú, Kazán, Perm y Sarátov. En condiciones diferentes, en todas estas ciudades los trabajadores se levantaron para luchar contra el zarismo. En Yaroslavl estuvo cuatro veces en ese año. Esta provincia era un gran centro industrial de la región del norte, que ocupaba el cuarto lugar entre las provincias del centro de Rusia en cantidad de obreros industriales.
“El 21 de marzo de 1905, Yakov Mijailovich participó en una manifestación política abierta, cuyo motivo fue la muerte de un estudiante de secundaria, N. Popov, hijo de un médico que era supervisado por el gobierno municipal (Zemstvo). Incapaz de soportar la persecución de las autoridades de la escuela, que descubrieron sus conexiones con los estudiantes revolucionarios, Nikolai Popov se pegó un tiro. Al menos mil personas acudieron al cementerio. A la cabeza de esta manifestación estaban Yakov Sverdlov, Nikolai Podvoisky, Antonina Didrikil. Llevaban una cinta de luto con la inscripción: “Víctima de la autocracia”. Estaban custodiados por trabajadores armados, estudiantes en general y estudiantes secundarios. Todos los intentos de la policía por apoderarse de la cinta fueron infructuosos. Se oyeron gritos: “¡Abajo la autocracia!”, “¡Abajo el zar asesino!”, “¡Viva la revolución!”, “¡Viva la libertad política!” La manifestación mostró que el proletariado de Yaroslavl se había convertido en una fuerza impresionante. Los combatientes que luchaban no permitieron que la policía entrara al cementerio, donde se pronunciaron discursos políticos en la tumba de N. Popov.”
Luego pasó un tiempo en Kazán, donde adoptó el seudónimo de “Andrey”. Aquí además de realizar propaganda estudiando en círculos obreros y participar en un periódico ilegal, desarrolló un trabajo político entre los soldados en la guarnición local.
Bajo indicaciones del comité central, Yakov llega a Ekaterimburgo en septiembre de 1905. Casi veinte años después, esta ciudad llevará el nombre de Sverdlovsk.
Los Urales eran el centro de la industria minera en Rusia. Casi la mitad de los mineros del país trabajaban aquí. Si bien la concentración de decenas de miles de trabajadores en una misma empresa no era típica de esta zona, incluso acá también existían fábricas tan grandes como Motovilikhinsky, que explotaba a 10.000 trabajadores. Las condiciones de explotación llevaban a los proletarios a la desesperación, lo que hizo surgir una tenaz resistencia y una lucha desinteresada contra el zarismo. Sin embargo, debido a la heterogeneidad de la composición de los trabajadores, muchos de los cuales estaban atados a la tierra, fue difícil lograr una respuesta positiva de los trabajadores a la propaganda socialdemócrata.
Yakov en los Urales debió reunir y organizar las fuerzas del partido, que estaban golpeadas por una serie de arrestos de agitadores y propagandistas experimentados. Puso todas sus capacidades y experiencia en esta tarea. En los primeros días realizó reuniones ilegales con 100 a 200 personas en distintos lugares de la ciudad, al mismo tiempo se pone al frente del trabajo de propaganda, liderando un círculo de propagandistas.
Luego de la huelga general política de octubre de 1905, el zarismo se vio obligado a maniobrar. Publicó un manifiesto el 17 de octubre proclamando las libertades democráticas y otorgando funciones legislativas a la Duma del estado. Esto abrió las puertas para desarrollar un trabajo político en forma legal y abierta. Había que aprovechar todas las posibilidades que abría esta nueva situación.
La Okhrana informaba en esos días que “el camarada Andrey” o “Mijailovich”, luego de publicado el manifiesto zarista, dirigió todos los disturbios que se dieron en Ekaterimburgo y presidió y fue orador constantemente en todas las reuniones de carácter revolucionario que allí se realizaron…”.
Durante octubre de 1905 se desarrollaron veinticuatro huelgas en los Urales. El periódico local Uralskaya Zhizn publicó que los socialdemócratas están trabajando “ciertamente con gran éxito”. En relación al desarrollo de los soviets, Yakov tomó rápidamente la postura leninista “tanto el soviet de diputados obreros como el partido”, que corregía la línea sectaria de algunos dirigentes bolcheviques que llegaron a plantear públicamente que había que definirse entre el soviet o el partido. En noviembre de 1905 Yakov hacía este llamamiento a los trabajadores de Ekaterimburgo: “Todos los trabajadores deben elegir inmediatamente a sus representantes electos para el Consejo de diputados. Hasta ahora, el Consejo ha incluido diputados de solo unas pocas fábricas. Es necesario que el Consejo incluya diputados de todas las fábricas y plantas”.
En esos días, surge una huelga en algunas fábricas en Ekaterimburgo, el comité del partido obrero socialdemócrata ruso, realizó otro llamamiento que fue redactado por Sverdlov, acá podemos ver qué relación establecía entre el soviet y el partido. “Un medio fuerte, pero difícil para los trabajadores, de lucha contra los opresores, la huelga, solo trae éxito a los trabajadores cuando está organizada. Organícense, camaradas, sigan el ejemplo de los combatientes de San Petersburgo por la causa del proletariado y golpeen audazmente a su antiguo enemigo. La unidad es tu fuerza. Formen, camaradas, un soviet de diputados obreros y encomiéndenle la dirección de su lucha para mejorar su situación. Elija un diputado de cada 50-100 personas, y que elabore un plan de lucha, informe a todos los trabajadores de Ekaterimburgo, reúna los fondos necesarios para las huelgas presentes y futuras, que nos lleve a una jornada laboral de 8 horas. Y entonces se abrirá una brecha hacia un futuro más brillante. Hacia el socialismo, al que el partido obrero socialdemócrata ruso los está llamando y conduciendo”.
Después de la derrota de la revolución
Luego de la derrota del levantamiento armado de diciembre de 1905. Yakov reorganiza el partido logrando realizar una conferencia regional de los Urales que tuvo lugar en Ekaterimburgo en febrero de 1906. Allí se decidió crear un escuadrón de combate de los Urales. Así, los trabajadores de los Urales cumplieron las instrucciones de Lenin de tomar las armas aún más audazmente, a pesar de la derrota de diciembre. La conferencia logró la unificación de las organizaciones bolcheviques de los Urales en una nueva organización regional. Yakov fue elegido como máximo dirigente del comité regional.
El 11 de junio del mismo año, Sverdlov junto a su compañera Claudia Novgorodtseva son traicionados por Votinov, el jefe de armería del escuadrón de combate de Perm, que se reveló como un provocador.
El 3 junio de 1907 el zarismo disuelve la segunda Duma de Estado dando inicio a un fuerte periodo de reacción. Donde la represión fue feroz contra los revolucionarios y la clase obrera. Fueron años que pusieron a prueba a los bolcheviques y a todas las corrientes socialistas.
Durante los años en prisión, Yakov estudia incansablemente sobre economía, política, filosofía, etc. Lee las obras de autores rusos y alemanes, desde Plejanov hasta Kautsky. Estudia alemán y lee en los originales a Goethe y Schiller. Siguió también la literatura occidental contemporánea. Esto lo hizo mientras se transformaba en el centro de la organización de una “universidad tras las rejas”. Así se ganó el respeto y la autoridad entre sus compañeros de celda y sus camaradas bolcheviques. Cuando fue liberado de prisión en 1909, con 24 años, ya no era solo un experimentado revolucionario en la práctica, sino también un bolchevique con formación y pensamiento teórico, que se mantenía al tanto de la última literatura del partido.
En las cárceles también se desarrollaba una lucha muy importante, entre los militantes revolucionarios de un lado y los gendarmes, la administración de la prisión, los jueces; es decir contra todo el aparato policial autocrático. Este último buscaba quebrar la voluntad y la moral de los revolucionarios con todos los medios posibles. En esta situación, Yakov reunía a los prisioneros para luchar contra los carceleros. Los presos políticos lo eligieron también como líder en esta lucha.
Esto escribió un destacado bolchevique de los Urales, A. Mitrofanov sobre el tiempo que compartió en prisión con Yakov Sverdlov en Ekaterimburgo: “Las condiciones inhumanamente terribles de estar en prisión, en cautiverio del ganador descaradamente triunfante: la autocracia. Cuando diez personas tuvieron que beber té con un terrón de azúcar y compartir una pata de cabra con casi toda la celda de 30 personas, cuando desde atrás de los muros de la prisión de vez en cuando salían noticias de monstruosas provocaciones, y casi todas las semanas ahorcaban o mataban a alguien en el patio trasero de la prisión, naturalmente, creaban tal decadencia y desesperación entre los pusilánimes que la gente comenzaba a hundirse, a pelear entre ellos, ponerse nervioso. Solo Yakov Mijailovich siempre, incluso en las nimiedades, resultó ser una cabeza más alta que los demás. Estaba invariablemente alegre. Trataba todas las dificultades con facilidad y sencillez, con un toque de ironía. Uniforme y tranquilo. Era como si estuviera forjado con un material denso pero elástico”.
En diciembre de 1909, estando en Moscú, Sverdlov fue arrestado nuevamente, delatado por un provocador. La policía secreta no tenía ninguna prueba en su contra. Asimismo, el médico de la comisaría constató que Yakov padecía de un catarro crónico en el pulmón izquierdo. Solicitó poder ir al extranjero para recibir un tratamiento. Pero se lo negó el ministro del interior. En abril de 1910, Yakov fue exiliado por tres años a Narym por pertenecer a la organización socialdemócrata de Moscú. A los tres meses de estar allí logró fugarse.
Resurge la lucha de la clase obrera
La situación, durante el otoño de 1910, comenzaba a cambiar a favor de los revolucionarios. Lenin señalaba: “El trienio de los días dorados de la contrarrevolución (1908-1910), aparentemente llega a su fin y es reemplazado por un periodo de crecimiento incipiente. Tanto las huelgas de verano del año en curso como las manifestaciones por la muerte de Tolstoi… apuntan claramente a ello”.
En diciembre de 1910 aparece el periódico bolchevique legal Zvezda. Donde Yakov participó activamente en su organización. El periódico fue publicado por la fracción socialdemócrata de la Duma. En esta había algunos mencheviques, que pelearon por la dirección del periódico. Yakov junto a otros bolcheviques luchó incansablemente por defender la dirección bolchevique del periódico.
El 14 de diciembre fue arrestado nuevamente en las calles de San Petersburgo por los gendarmes. Permaneció durante seis meses en régimen de aislamiento en el centro de detención preliminar de la ciudad. El 4 de abril, estando Yakov en prisión, nació su primer hijo.
Luego de la prisión en San Petersburgo fue enviado al exilio nuevamente a Narym. Esta vez por cuatro años. En ese momento se había formado un fuerte grupo del partido en Narym que mantenía una relación estrecha con el comité central, con Moscú y San Petersburgo. Este grupo organizó una escuela para estudiar economía política, historia del partido, del movimiento revolucionario, historia y literatura rusa. Además, pusieron en pie un teatro de aficionados. Pero en el otoño de 1911 las autoridades zaristas destruyeron las conquistas de los exiliados zaristas. La organización clandestina del partido en Narym fue derrotada, estaba encabezada por Valerian Kuibyshev. En el verano de ese mismo año, el gobernador de Tomsk viaja a Narym para establecer un régimen de exilio más duro. Sverdlov fue trasladado al pueblo de Maksimkin Yar, casi mil kilómetros río arriba del Ket.
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El invierno de 1911-1912 en ese pueblo, fue más duro para Yakov. Estaba aislado. Sin correo, sin periódicos y bajo la vigilancia de guardias hostiles. En esta situación, Yakov se dedicaba a la caza y la pesca junto con el dueño de la casa donde vivía y ayudaba a las tareas para obtener los alimentos necesarios. Sin dudas, el largo y duro invierno en Maksimkin Yar, sin vínculos con los camaradas, oprimieron a Sverdlov. Su salud se deterioró. Cayó a través del hielo hasta la cintura, se congeló su rostro tres veces y sus manos se agrietaban hasta salir sangre.
Pero esto no lo doblegaba. Enfrentaba la situación en forma realista y así lo expresaba: “Procedo del hecho, y dado que la invernada se ha convertido en un hecho, entonces no hay nada que decir”. Se dedicó a la enseñanza a la anfitriona de la casa y su amiga. Estudia francés. En la noche lee y relee periódicos viejos. Organiza un grupo de teatro entre los jóvenes. Y se enfrenta al reaccionario sacerdote local, Pokrovsky. Los bolcheviques de Naryn lanzan una campaña para que Yakov sea llevado de vuelta a Narym. Ante esta situación, la autoridad de Narym termina cediendo. Yakov regresó a Narym en febrero de 1912.
Comienza un nuevo ascenso revolucionario
Ante la masacre del régimen zarista contra la huelga de los mineros del Lena en abril de 1912, se produce un movimiento huelguístico de 300.000 obreros, el alcance no fue menor, según Lenin que en 1905. Durante el ascenso de este movimiento Lenin funda el periódico obrero de masas Pravda. Para dirigir más rápidamente al partido en su relación con este ascenso obrero Lenin se muda a Cracovia en el verano de 1912.
En Narym, los bolcheviques organizan un acto de solidaridad para el 1º de mayo, donde participan 200 personas. Se izaron banderas, se pronunciaron discursos y sonaron canciones revolucionarias. Varios bolcheviques fueron arrestados a causa de esto. Pero debieron liberarlos al poco tiempo por falta de pruebas. A Yakov lo enviaron de nuevo a Kolpashevo.
Durante cinco meses, de agosto a diciembre, intentó escaparse. Solo en el tercer intento lo logra. Para la segunda quincena de diciembre de 1912 ya estaba en San Petersburgo.
A fines de 1912, el balance era más que positivo para Lenin y los bolcheviques. Durante ese año había tenido lugar la Conferencia de Praga del Partido obrero socialdemócrata ruso, donde los bolcheviques dan una fuerte lucha contra los “liquidadores” que se oponían al trabajo ilegal y se produce la ruptura definitiva con los mencheviques. Luego de esta Conferencia, en una reunión del recientemente elegido Comité Central del partido bolchevique, es cooptado en su ausencia para integrar el mismo, Sverdlov. Además, la lucha huelguística de la clase obrera se mantenía, el diario obrero Pravda se había publicado durante seis meses y los diputados bolcheviques se habían destacado en sus intervenciones en la Duma.
Ante los problemas políticos que venían ocurriendo en Pravda, el Comité Central del partido bolchevique y Lenin confiaron la tarea principal de jefe de redacción a Yakov. Quien rápidamente se puso a trabajar, llevando adelante las instrucciones de Lenin para enderezar la línea del diario. Concentrado en esta tarea central del partido, mantuvo una relación estrecha con la fracción bolchevique de la Duma y con el comité del partido de San Petersburgo. Para finales de febrero de 1913 ya eran notorios los avances en Pravda.
Para esos días, Yakov había sido arrestado nuevamente por la Okhrana. El agente secreto Malinovsky, que había logrado infiltrar la okhrana en los órganos más importantes del partido bolchevique como el Comité Central y la fracción bolchevique de la Duma, conspiró para entregar a Sverdlov a la policía zarista. Esa vez fue condenado a cinco años en el exilio siberiano en el pueblo de Turukhansk. En el arresto también cayó su compañera Claudia Novgorodtsev que cuidaba de su hijo Andrei.
Nuevo exilio en Siberia y su relación con Stalin
Turukhansk era un poblado aislado de todo, en un área de casi dos millones de kilómetros cuadrados. Con heladas extremas, una tundra interminable, a cientos de kilómetros de la carretera más cercana, igual o más lejos del ferrocarril. Solo el río Yeniséi conectaba esta región con la carretera de Siberia. A esto había que considerar el telégrafo, que la policía utilizaba como arma contra el fugitivo más veloz.
En este lugar, entre 1913-1916 hubo alrededor de 100 exiliados políticos, 39 de ellos fueron bolcheviques. El Comité Central bolchevique, había sufrido seis detenciones. Entre ellos estaban Sverdlov y Stalin. Esto era labor sin dudas del agente de la policía secreta Malinovsky. Ante esto, por iniciativa de Lenin, se reúne el Comité Central para discutir y planear las fugas. Que en primer lugar serían las de Sverdlov y Stalin. Pero Malinovsky frustró los planes, dando aviso a la okhrana rápidamente.
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Informadas las autoridades locales de este plan, ordenan trasladar a los dos bolcheviques casi 300 kilómetros al norte, en un pueblo de pescadores llamado Kureika. En una carta del 22 de marzo de 1914 enviada a L. Besser “desde las regiones polares”, Sverdlov cuenta: “Me instalé en un nuevo lugar mucho peor. Lo único es que no vivo solo en la habitación. Somos dos. Conmigo está el georgiano Dzhugasvili, con quien ya nos conocimos en el exilio. El tipo es bueno, pero demasiado individualista en la vida cotidiana. Soy partidario del pedido mínimo. Por eso a veces me pongo nervioso. Pero no es tan importante. Mucho peor es que no hay aislamiento de los propietarios. La habitación está contigua a la del maestro y no tiene entrada independiente. Los dueños tienen chicos. Naturalmente, están durante horas con nosotros. A veces se interponen en el camino”.
Fue evidente que Sverdlov no logró soportar la convivencia con Stalin. En mayo de ese año se separaron, viviendo en casas diferentes. Yakov a pesar del frío extremo que llegaba a los 50 grados bajo cero, logró esquiar docenas de kilómetros, cazar y pescar, aprender francés, mantener una extensa correspondencia y estar informado de las noticias de Rusia.
Estalla la guerra
Al acercarse el verano, comenzó a prepararse desde el comité central del partido, un nuevo plan para lograr la fuga de Sverdlov y Stalin. Pero esto fue interrumpido por el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial. El 12 de agosto de 1914, Yakov le escribe a su compañera desde Kureika: “En este momento lo más preocupante es lo que está pasando allá, lejos de aquí. La información es más que escasa. Llegan muy pocos telegramas y periódicos. Es imposible cubrir de inmediato tal masa de eventos de suma importancia mundial. Se poco, muy poco.” Sin embargo, esto no le impedía a Yakov tener un análisis del momento histórico y realizar una previsión del futuro para el movimiento obrero internacional. Esto le decía también a su compañera: “El asesinato de Jaures golpeo fuerte. Algunos camaradas prevén la derrota desesperada del movimiento obrero, el triunfo de la reacción, que lo hará retroceder. No puedo pensar así. Más bien, el movimiento obrero dará un gran salto adelante. Los horrores de la guerra, sus consecuencias, el pesado lastre presionara a las capas más atrasadas, hará una enorme gesta revolucionaria, aclarara la conciencia de las masas de los millones que aún no han sido tocados en los países atrasados”.
En octubre del mismo año, al enterarse que los socialdemócratas alemanes votaron a favor de los créditos de guerra en el parlamento, y sin saber cuál era la posición de Lenin al respecto, le escribe en otra carta a Claudia Novgorodtseva, su compañera: “Es difícil desear la victoria a cualquiera de los beligerantes”. Cuando en el verano de 1915 es informado de lo que acontecía en los principales centros obreros de San Petersburgo, donde se debatía en amplios sectores de masas la necesidad de la huelga general, Yakov le planteó al reciente exiliado bolchevique, B. I. Ivanov, que lo puso al día: “La guerra mundial, como resultado del tedioso gobierno de la burguesía, como la búsqueda de nuevos mercados para el capital, es el umbral de un poderoso torbellino mundial de revolución, cuyo curso inevitable es solo cuestión de corto tiempo. El colapso de la Segunda Internacional no será un factor de demora; las masas superarán a sus líderes: son impulsadas a esto por el horror de la autodestrucción en el mundo, la matanza, el hambre, los altos costos y el desempleo”.
En junio de 1915 llegan a Turukhansk un grupo de bolcheviques, entre ellos diputados de la Duma e importantes miembros de la dirección como Kamenev, que habían sido detenidos y condenados por el zarismo al exilio siberiano. Lenin condenó la actitud de Kamenev de renunciar a la consigna de derrotar a su gobierno en la guerra, durante el juicio del régimen zarista, declarando su desacuerdo con la posición del comité central. “Es un método erróneo e inaceptable desde el punto de vista de un socialdemócrata revolucionario” declaró Lenin. Para esto era necesario transformar el proceso en una tribuna revolucionaria no solo contra la política del zarismo en la guerra sino también contra todo tipo de socialchovinismo.
Sverdlov, también, en una carta a L.N. Dilevskaya del 20 de marzo de 1915 se acerca a la posición de Lenin: “No estoy muy satisfecho con el proceso de los diputados. Debería haber sido diferente, más brillante, más fuerte. Era necesario descartar por completo la idea de la posibilidad de recibir una sentencia mínima…”.
Esta lucha se resolvió en una reunión de los bolcheviques exiliados en Turukhansk, que se realizó en una choza sobre la orilla del río Yeniséi. Habían más de 30 bolcheviques, entre ellos cinco diputados a la Duma y cuatro miembros del comité central. La resolución adoptada decía: “La posición de los diputados condenados de la fracción bolchevique del POSDR sobre la cuestión de la guerra es el único punto de vista correcto sobre los sangrientos acontecimientos en curso, que corresponde a los intereses de la clase obrera en Rusia y la idea del socialismo internacional.” También señalaba las críticas a los diputados bolcheviques por no haber logrado convertir el proceso judicial en una acusación abierta contra el zarismo. Y dejaba claro que en el momento que los socialistas europeos traicionaron el lema de la solidaridad de clase, “cinco trabajadores, diputados de la fracción bolchevique del POSDR, resultaron ser el único grupo de la Internacional que audazmente levantó la bandera del internacionalismo. La hermandad entre trabajadores y proclamó en voz alta la olvidada consigna: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”.
Antes de este acontecimiento importante para el partido, Yakov había logrado felizmente volver a reencontrarse con su compañera, su pequeño hijo Andrei y su nueva hija Vera que, con alrededor de 2 años de vida, aún no conocía a su padre.
Yakov y sus escritos
Durante los cuatro años del exilio en Turukhansk, Sverdlov escribió ensayos sobre la historia de la región, sobre la historia del movimiento obrero internacional, el artículo “Exilio masivo (1916)” y otras obras. En el periódico “Vida Siberiana” publicó una serie de artículos entre 1916 y 1917. Algunos de ellos fueron: “Alza de precios”, “Escorbuto y hambre”, “Falta de mercancías”, “Comerciantes y extranjeros”, “Grafito de Turukhansk”, “Ruta del Mar del Norte”, “Al estudio de Siberia”, entre otros.
Yakov, también se hacía tiempo en el exilio para escribirle a la joven Kira. A quien había conocido en el año 1905 en Ekaterimburgo. Ella era, en ese momento, la pequeña hija de Alexander Besser, un ingeniero forestal que fue colaborador del partido en los Urales y con quien Yakov mantuvo una relación personal muy cercana. Con Kira tuvo una copiosa correspondencia durante su vida, que solo fue superada en cantidad por el intercambio con su compañera Claudia.
En una carta del 19 de marzo de 1916 le escribe: “No busques un ídolo, un ideal en una persona concreta, viva, en una persona separada. Esto lleva a una gran decepción. `No te conviertas en un ídolo´. En la vida moderna no puede haber una persona perfecta, las condiciones no son tales que pueda desarrollarse. Pero ya en la actualidad, en un número de personas, uno puede encontrar rasgos individuales que sobrevivirán a la vida antagónica moderna. La futura persona armoniosa como tipo se puede prever a partir de estos rasgos de personas individuales. El estudio de la historia del desarrollo de la humanidad genera confianza en la venida del reino de este hombre. Y ahora el punto no está en la superación personal, sino en la destrucción de las condiciones que dan lugar a cosas malas y feas en las personas”.
Yakov revela su profundo pensamiento en la relación del individuo en la sociedad moderna y la lucha por un futuro comunista. Más adelante en una carta del 20 de enero de 1917, le escribirá a la joven Kira sobre la causa de su optimismo y actitud alegre hacia la vida.
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“A menudo te has sorprendido, querida Kirochka, de mi alegría, incluso has dudado de su constancia. Verás, la explicación aquí es bastante simple. También tengo momentos de resentimiento. Pero todos ellos son causados solo por varias “pequeñas cosas cotidianas”, que no son la base de la existencia. Esto es, por así decirlo, una incursión temporal. La base de una actitud alegre ante la vida, surge de una cosmovisión que da vigor en las condiciones más difíciles. Con mi cosmovisión, la confianza en el triunfo de una vida armoniosa, libre de todo tipo de inmundicias, no puede desaparecer. La confianza en el nacimiento de personas entonces puras y hermosas en todos los aspectos tampoco puede ser quebrantada. Deja ahora un montón de maldad alrededor. Comprender sus causas, comprenderlas, es comprender su significado transitorio. Por lo tanto, las experiencias individuales, a veces difíciles, se ahogan en una actitud alegre general hacia la vida. Este es todo el secreto. No hay renuncia a la privacidad aquí. Por el contrario, es precisamente con tal actitud hacia la vida que es posible una vida personal completa, donde las personas se fusionan en un todo no solo físicamente, sino también espiritualmente.”
Febrero de 1917 y un viaje de 3 semanas en trineo por el Yeniséi
Cuando estalló la revolución rusa de febrero, Sverdlov seguía en el exilio Siberiano en Turukhansk. Esta separación forzosa de los centros revolucionarios de Rusia era insoportable para Yakov. Y empezó a pensar en cómo salir de ese encierro y llegar lo más pronto posible a San Petersburgo. Yakov y sus camaradas sabían que la burguesía buscaría aprovechar este momento para tomar el poder en sus propias manos y que los mencheviques y socialistas revolucionarios con sus posiciones “defensistas” la ayudarían en esa empresa. Esto implicaba dar una lucha política muy fuerte para evitar ese desenlace y sentía la necesidad y el deber de tomar parte activa en ella.
A comienzo de marzo las tormentas de nieve son muy fuertes en Turukhansk, al punto que hace muy difícil salir de las cabañas. Mucho más difícil es desplazarse en trineo por el río Yeniséi congelado. En algunos lugares del recorrido el hielo está a punto de romperse, lo que pone en peligro la vida de cualquiera que se arriesgue a viajar en trineo. Pero para Yakov era inaceptable esperar hasta mayo cuando se abriera la navegación del Yeniséi. Rápidamente se preparó para salir. Viajar por el Yeniséi hasta Krasnoiarsk y desde allí tomó el tren hacia San Petersburgo.
Sverdlov reflexionaba: “Por supuesto, es más fácil para los socialpatriotas y los conciliadores reunir sus fuerzas. Todos están reunidos allí, en San Petersburgo, en Moscú… ¿Y nosotros? Lenin y muchos miembros del comité central estaban en el extranjero, los trabajadores del partido estaban dispersos en las cárceles y en el exilio, muchas organizaciones fueron destruidas. ¿Quién está en San Petersburgo ahora? ¿Quién está en Moscú? Poco, malditamente poco, sabemos aquí. ¡Oh, bueno, averigüémoslo! ¿me gustaría saber qué está pensando Ilich ahora?”
Lenin en ese momento enviaba el siguiente telegrama desde Ginebra hacia San Petersburgo: “desconfianza total, ningún apoyo para el nuevo gobierno; Kerensky es especialmente sospechoso; armar al proletariado es la única garantía…”.
Yakov emprendió el viaje junto a su camarada Philip Goloshchekin sobre un trineo, recorriendo mil quinientos kilómetros por el Yeniséi congelado. El viaje duró casi tres semanas. La primera parada fue en el pueblo de Kostina. Allí los dos bolcheviques reunieron a los campesinos y exiliados y Yakov habló sobre la causa del derrocamiento del Zar y la lucha de los trabajadores y campesinos por su liberación. Desarmaron al guardia local y entregaron las armas a la nueva autoridad en Turukhansk. Durmieron durante el viaje y pararon en distintos pueblos sobre la costa del Yeniséi, solo para cambiar de caballos, buscar información a través de periódicos nuevos y saber las últimas noticias de Krasnoiarsk y San Petersburgo.
La revolución estaba en pleno desarrollo, Yakov iba rápidamente al encuentro con las masas para reorganizar al partido y dirigir la toma del poder. ¡Un nuevo mundo se abría!