Fabiana Túñez, la Secretaria del Consejo Nacional de las Mujeres, no deja de sorprender con sus declaraciones.
Sol Bajar @Sol_Bajar
Miércoles 26 de septiembre de 2018 00:00
Fabiana Túñez, a cargo del más conocido Consejo Nacional de las Mujeres -hoy devenido en Instituto Nacional de las Mujeres (INAM)-, no deja de sorprender con sus declaraciones. Después de haber calificado al presidente Mauricio Macri como "el feminista menos pensado”, cuando tuvo que presentarlo en el marco de un acto por el Día Internacional de la Mujer, la funcionaria volvió a causar sorpresa con un twitt que despertó más rechazos que adhesiones.
"Hoy#YoNoParo", dijo en el marco de la contundente acción que protagonizó este martes la clase obrera argentina, en repudio al plan de ajuste del gobierno nacional, los gobiernos provinciales y el FMI. El mensaje de la funcionaria llegó poco antes que Mauricio Macri dijera que con la titular del Fondo Monetario, Christine Lagarde, "hemos empezado una gran relación, que espero que funcione muy bien y que termine con toda la Argentina enamorada".
Desde su escritorio en el Instituto que ahora depende del Ministerio de Desarrollo Social que dirige Carolina Stanley (una de las ministras con mayor patrimonio, y también con vínculo más estrecho con el papa Bergoglio), Túñez volvió a mostrar que aunque el género une a las mujeres en muchos de sus reclamos, su pertenencia de clase y los intereses sociales a los que sirven, las separan.
Hoy #YoNoParo pic.twitter.com/wuCrB2whwS
— Fabiana Tuñez (@fabianatunez) 25 de septiembre de 2018
En contraste, los trabajadores y trabajadoras mostraban a esa hora, con un paro contundente, la bronca que despiertan esos planes de mayor sumisión al capital financiero internacional, que lejos de "enamorar" atacan brutalmente la vida de millones, y particularmente, la vida de las mujeres más jóvenes, de las trabajadoras y de las mujeres pobres.
Así lo demuestran, entre otros, los datos aportados recientemente por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Aunque "el feminista menos pensado" dijo en aquél acto del 8 de marzo que “el salario igualitario tiene que ser una realidad”, la realidad sigue confirmando absolutamente lo contrario. Y no sólo porque las mujeres continúan percibiendo menos salario que sus pares varones por el mismo trabajo, sino también porque la crisis económica en curso las afecta a ellas con mayor crudeza.
Lo confirmó el propio INDEC al publicar en estos días un informe sobre la desocupación en Argentina. A la doble jornada laboral, en el trabajo y en la casa; a la brecha salarial, que distancia en casi un 30% a varones y mujeres; a los trabajos más precarios, que las afectan a ellas en mayor número; se suma el aumento de la desocupación en un 2 por ciento más para las mujeres que para los varones. El resultado de miles de despidos que se asientan en la precarización y la flexibilización laboral, una modalidad de contratación que mantuvieron todos los gobiernos en beneficio de las patronales, y las dificultades que tienen las más jóvenes para acceder a un trabajo son, según ese informe, la principal causa.
Los límites del "feminismo sororo"
Las declaraciones de la funcionaria de Cambiemos, cuyo nombramiento supo despertar la aprobación de sectores del feminismo aliado al gobierno de la UCR-PRO y a la oposición del PJ, son una nueva muestra de los profundos límites que tiene la llamada "sororidad" que promovieron desde estos sectores durante el debate sobre aborto en el Congreso. En aquella oportunidad, 38 senadores y senadoras de todos los partidos que integran el Senado, apoyados por la jerarquía de las Iglesias y por los gobernadores, decidieron sobre la voluntad de millones que se manifestaron en las calles.
Hoy, buena parte de las diputadas y senadoras que enarbolaron ese discurso de la "transversalidad" se preparan para votar el Presupuesto 2019: un presupuesto de ajuste y entrega que sin dudas significará un ataque brutal a las condiciones de vida y de trabajo de gran parte de la población. Como denuncian los diputados y diputadas del PTS/Frente de Izquierda, Nicolás del Caño, Myriam Bregman y Nathalia González Seligra, ese presupuesto destinará gran parte de los fondos al pago de la deuda externa, completamente fraudulenta, y quienes más sufrirán las consecuencias serán nuevamente las mujeres jóvenes, trabajadoras y pobres, junto con sus familias.
La lucha es ahora
El rechazo que esto genera volvió a verse en estos días. Lo expresaron con su lucha las trabajadoras del Hospital Posadas, que resisten los despidos y el vaciamiento de la salud; las maestras, que se organizan en defensa de la educación pública y dicen "ollas sí" ante los ataques que alientan funcionarias como María Eugenia Vidal o Patricia Bullrich. Ese hartazgo es el que mostraron también en los cortes de este martes, en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires, las obreras que resisten a los tarifazos que golpean crudamente a las fábricas recuperadas, como las trabajadoras de la gráfica Madygraf (ex Donnelley); las obreras de la alimentación que denuncian que su salario no alcanza siquiera para cubrir el costo de la canasta familiar; las empleadas estatales de la Línea 137, de atención a las víctimas de violencia y de abuso sexual, que siguen defendiendo sus puestos de trabajo y el derecho que conquistaron con su lucha las millones que dijeron Ni Una Menos. También lo expresaron con su apoyo decidido las estudiantes, las jóvenes que dieron continuidad a la marea verde con la toma de los colegios y universidades.
Si dudas, como demostraron muchas de esas mujeres que se manifestaron junto al sindicalismo combativo y la izquierda este lunes y martes, a las reaccionarias declaraciones de Fabiana Túñez y de los funcionarios de Cambiemos hay que responderles con un plan de lucha nacional, para preparar una gran huelga general que tire abajo los planes de Macri, los gobernadores y el FMI. La lucha es ahora y no admite medidas aisladas y sin continuidad, como proponen las direcciones sindicales, incluso aquellas que dicen defender los derechos de las mujeres a "la equidad en el trabajo". Eso es lo que sostienen quienes se organizan en la agrupación de mujeres Pan y Rosas y el Movimiento de Agrupaciones Clasistas. Se trata de impedir verdaderamente que millones de mujeres y sus familias caigan en la desocupación y la pobreza.