16 de noviembre del 2017. La película “Justice League” (la liga de la justicia) llegaba a los cines cómo otra película más de superhéroes, pasando sin pena ni gloria luego de un mediocre desempeño en la taquilla. Sin embargo, un rumor decía que existía un corte del director con la visión original de la película antes de ser intervenida por el estudio y un grupo de fans comenzó una campaña para la estrenaran. Lo que pudo ser otra intrascendente causa de internet se transformó en un movimiento político sobre la integridad artística que develó abusos laborales, prácticas anti sindicales, lavados de dinero, racismo y sexismo sistemático dentro de hollywood y un llamado internacional a tomar conciencia sobre la prevención del suicidio y el acceso a la salud mental. Una película censurada por su propio estudio, quienes pagaron una campaña internacional para que los medios negaran su existencia. Una película que fue el puntapié para dos de los mayores movimientos por derechos laborales en la historia de Hollywood, con protestas que se sostienen hasta el día de hoy.
Martes 29 de marzo de 2022
Esta es la historia de cómo el Snyder Cut vio la luz del día. Esta es la historia de la película de superhéroes más grande de toda la historia del cine.
Aviso: Esta no es una crítica cinematográfica de Zack Snyder’s Justice League, sino una revisión histórica de la importancia de la película. Sin embargo, este columnista se compromete a escribir una crítica cinematográfica de toda la trilogía (Man of Steel, Batman v Superman y Justice League) para un especial de Semana Santa.
Aviso 2: Este artículo contiene spoilers de Man of Steel (2013), Batman v Superman (2016) y Zack Snyder’s Justice League (2021)
Parte 1: la calma antes de la tormenta.
Esta historia comienza el 2013 luego del estreno de “Man of Steel”, la nueva adaptación de Superman a la pantalla grande tras el fallido intento de “Superman Returns”. Si bien la película fue un éxito en taquilla, dividió a la audiencia al adaptar al primer superhéroe de todos los tiempos a un tono realista en vez de idealista. “Man of Steel” es una historia donde Superman, un alienígena inmigrante, lucha contra el totalitarismo distópico que llevó a su planeta a la destrucción mientras busca su lugar en el mundo.
Con el éxito de Marvel y su MCU (Marvel Cinematic Universe), Warner Bros, estudio dueño de DC Cómics, ordenó al equipo de Zack Snyder (300, Watchmen) a tratar de competir con los rivales de enfrente y usar la secuela de Man of Steel (en ese entonces titulada "man of tomorrow) para iniciar su propia franquicia de superhéroes. Con esto en mente, Zack Snyder y Chris Terrio (guionista de Argo) hicieron equipo con Geoff Johns (guionista estrella de Cómics como Batman: earth one y Green Lantern) e idearon un plan de 5 películas para construir su propio universo; Batman v Superman, suicide Squad, Wonder Woman, Justice League Parte 1 y justice league Parte 2.
Sin embargo, el estreno de Batman v Superman puso en jaque esos planes. La película que enfrentaba a los superhéroes más famosos de la historia del cómic fue recibida con amplias críticas por su tono oscuro, nihilista y violento, que de manera poco sutil representaba la degradación de la sociedad estadounidense post 9/11 y la siguiente “guerra contra el terror". Acá, Batman es un hombre consumido por el odio y la venganza luego de presenciar la destrucción de Metrópolis al final de "man of Steel", lo que lo lleva a planificar el asesinato de este inmigrante ilegal llamado Superman que trajo los conflictos de su mundo a nuestro planeta.
Si bien fue un éxito en taquilla, la película que iniciaba el DCEU (Detective Comics Extended Universe) fue destrozada por la crítica especializada y ampliamente rechazada por un sector no menor de la audiencia, ya que su propuesta deconstructiva y crítica sobre los superhéroes estaba muy alejada del idealismo de los cómics o de lo que el público estaba acostumbrado con las películas de Marvel. Además, la película fue profundamente editada para que tuviera más funciones en el cine, quitando hasta 30 minutos del corte original para evitar la duración de 3 horas, lo que hace de la versión de cine algo incoherente e incomprensible. Con un 29% de aprobación en Rotten Tomatoes, Warner rápidamente entró en pánico frente al posible descalabro de toda su franquicia.
Parte 2: La tragedia toca la puerta.
Mientras los medios y la prensa especializada destrozaba la película y el futuro de la franquicia pendía de un hilo, Warner Bros. Negociaba en secreto su venta al gigante de las comunicaciones AT&T, por lo que este traspié ponía en juego el precio con el que se presentaban. Cómo la FTC (Comisión Federal de Comercio) tenía que autorizar la compra por las leyes antimonopolio de Estados Unidos, Warner no podía arriesgar a manchar su imagen públicamente, así que rápidamente tomó riendas en el asunto para corregir el curso del DCEU, su activo más lucrativo y así presentarse ante las negociaciones con un éxito en el bolsillo.
Por lo mismo, el equipo original de productores y guionistas compuesto por Zack y Deborah Snyder, Chris Terrio y Ben Affleck (ganador dos veces del oscar a mejor guión por Argo y Good Will Hunting) fue puesto bajo la férrea revisión de Geoff Johns y Tobey Emmerich, quienes además trajeron a Joss Whedon (director de The Avengers) para reescribir el guión, añadir escenas de humor y realizar re filmaciones. Esto ponía en jaque todo el trabajo de un año y con las tensiones al máximo, un fuerte tira y afloja comenzó entre los equipos de Snyder y Johns por quien tomaba las decisiones sobre que se grababa y que no. Llegó a tal el conflicto del estudio, que durante meses Warner buscaba la manera de despedir a Snyder y entregarle el control a Joss Whedon, quien había dirigido hasta ese entonces la más taquillera película de superhéroes del cine. Finalmente, luego de luchas internas y rencillas de poder, Warner tuvo la oportunidad de sacar a Snyder por medio de una terrible tragedia familiar.
Autumn Snyder, hija del director, se suicidó a los 20 años luego de una profunda depresión y episodios de bullying en su colegio. Esto fue un duro golpe no sólo para la familia de Snyder sino para todo el equipo de trabajo, quienes ya vivían un ambiente laboral agobiante y en constante conflicto. Debido a los altos costos de producción y lo brutal que pueden ser las redes sociales y los fanáticos de internet, Snyder decidió mantener esta pérdida en secreto y enfocarse de lleno en terminar la película para superar el duelo. Pero ante las presiones de Warner para que diera un paso al costado y la constante peleas en contra de sus desiciones, Snyder decidió dar un paso al costado y enfocarse en su familia. En sus propias palabras:
“En mi cabeza pensé que sería algo catártico volver al trabajo, enterrarme en él y ver si esa era la manera de superarlo. Las exigencias de este trabajo son muy intensas. Es absorbente. Y en los últimos meses, me he dado cuenta... He decidido dar un paso atrás y estar con mi familia, estar con mis hijos, que me necesitan de verdad. Todos lo están pasando mal. Yo lo estoy pasando mal”.
“Nunca planeé hacer esto público, pensé que se quedaría solo en la familia como un asunto privado, como nuestro dolor privado, pero cuando se hizo obvio que necesitaba tomarme un descanso, supe que surgirían historias en Internet. Harán lo que hacen. La verdad es que... ya no me preocupo por ese tipo de cosas“
Con los Snyder fuera de la producción, Joss Whedon y Geoff Johns tomaron el control del proyecto con el permiso del estudio para cambiarlo cómo quisieran. Sólo había una condición; la película si o si debía estrenarse en noviembre del 2017 para alcanzar a estar dentro de la nómina de estrenos de Warner antes de vender la compañía a AT&T. Con completo control creativo y el reloj en su contra, la dupla Whedon/Johns no se demoraría en encontrar inconvenientes en el camino.
Parte 3: Una producción infernal.
Para inicios del 2017, los costos de producción de Justice League se elevaban por sobre los 250 millones de dólares, sin considerar publicidad y distribución. Eso la transforma en una de las películas más caras de la historia del cine. Lo que iban a ser dos películas (Justice League parte 1 y parte 2) ahora eran una sola y aún quedaba camino antes de siquiera llegar a publicitarla. Con varias re filmaciones en mente, Whedon tenía sólo tres meses de grabación antes de que la película entrara a post producción para el inamovible estreno de noviembre 2017, así que decidió apretar el rodaje más allá de lo imaginable.
Los más afectados por esto fueron los trabajadores de montaje, tramoyas, sonido e iluminación, a quienes se les obligó a trabajar en extensas jornadas de hasta 72 horas sin turnos de descanso ni remuneración extra, con 4 descansos de una hora para dormir y comer. Ante el reclamo de los sindicatos de empleados teatrales (entre ellos IATSE), Warner amenazó con invalidar los contratos de las agencias tercerizadas luego de la compra de AT&T, lo que ponía en riesgo las compensaciones contractuales en caso de despidos y amenazó a los trabajadores a guardar silencio. La enorme carga laboral, la presión del estudio por hacer un producto rentable y el estres que Whedon y Johns aplicaban contra todo el equipo hicieron insoportable el ambiente laboral. Tanto que incluso el elenco de estrellas se vio profundamente afectado.
Ben Affleck, quien para ese entonces había sido sacado de la producción y sólo estaba cumpliendo sus obligaciones contractuales en el papel de Batman, dijo que la experiencia en Justice League fue tan insoportable que lo hizo recaer en el alcoholismo, lo que al poco tiempo lo llevó a pasar un tiempo en rehabilitación. Gal Gadot, actriz encargada de dar vida a Wonder Woman, hizo un reclamo formal contra Whedon por comportamiento inapropiado en el set luego de presionarla para grabar escenas con connotación sexual con el personaje de Flash, interpretado por Ezra Miller, algo que ambos actores decían era “inapropiado para sus personajes”. Whedon incluso amenazó con acabar con la carrera de Gal Gadot y ponerla en una “lista negra” sino grababa al menos una escena de humor sexual, lo que finalmente se concretó a través de dobles. Jason Momoa, actor que interpreta a Aquaman, declaró que si al principio de la producción todos se sentían cómo una familia, al final de ella se sentían como saliendo de la cárcel.
Fue tan insoportable el ambiente que Henry Cavill, actor que interpreta a Superman, tuvo que dejarse barba y bigote para su papel en “Misión Imposible 7” y al volver a las re filmaciones de Justice League, se rehusó a afeitarse acusando razones de contrato, lo que obligó a la producción a gastar 25 millones de dólares para borrar el bigote digitalmente, lo que no pudo lograrse del todo y el resultado se nota en pantalla desde el minuto 1 de pelicula.
Sin embargo, el más afectado de todos fue Ray Fisher, actor afrodescendiente quien interpreta a Cyborg. Su personaje era el más desconocido para el público general y por lo mismo, el corte original lo pone en el centro de la historia para identificarnos con él, lo que fue visto con malos ojos por Joss Whedon y Geoff Johns, quienes declararon que si el público objetivo de las peliculas de superheroes eran “los blancos”, no podían tener “a un negro enojado al centro de la pelicula”, por lo que su papel fue sacado casi por completo en la edición final relegandolo a un personaje secundario. No contentos con eso, varios actores afrodescendientes fueron “blanqueados” digitalmente debido a que según Whedon había “demasiada diversidad racial para una película de superhéroes’’. Esto causó un reclamo mayor por parte de los trabajadores de Warner y Fisher, un actor desconocido en un papel desconocido, no tuvo la misma suerte que Gadot; se le amenazó con consecuencias legales si seguía reclamando y se contactaron con su agencia de representantes para que no pudiera encontrar trabajo en el cine otra vez.
Fue tal el nivel de conflicto en el set que AT&T, preocupados por verse afectados al comprar Warner, presionaron para que hubiera un cambio de directiva y así arreglar los problemas nacidos por Justice League. Con 85 mil millones de dolares en juego, Warner sacó a Tobei Emmerich del presidente ejecutivo y puso en su lugar a Walter Hamada, quien al ver lo insalvable de Justice League, puso otra condición sobre los hombres de Whedon; la película no sólo tenía que estrenarse en noviembre del 2017, sino que no podía durar más de dos horas para maximizar los horarios de proyección y aumentar las ganancias.
Con sólo meses para la postproducción, las productoras Dune, RatPac, Syncopy, Atlas y The Stone Quarry, encargadas de los efectos especiales, tuvieron que trabajar hasta último minuto de manera inhumana para completar la cinta y a diferencia de los trabajadores de escena, las productoras de efectos especiales carecen de sindicalización, por lo que además no se pagaron las horas extras.
El resultado fue una de las películas más mediocres que haya llegado a la pantalla grande. Lo que se llamó “Un monstruo de Frankenstein hecha película” por sus escenas inconexas y tonos incomprensibles entre sí, sólo llegó a recaudar 657 millones de dólares lo que sólo cubre los gastos de producción. La película más cara de la historia, (al menos 350 millones considerando producción y distribución) se volvía un fracaso financiero sin precedentes y todos los involucrados en ella, desde el tramoya hasta el director, estaban obligados por contrato a guardar silencio de todo lo ocurrido.
Cómo última broma cruel del destino, las leyes estadounidenses obligan a las productoras a acreditar cómo director a quien haya estado trabajando más tiempo en rodaje y cómo Josh Whedon y Geoff Johns nunca fueron formalmente “directores”, Zack Snyder se llevó el crédito cómo director de una película que fue casi obligado a renunciar.
Parte 4: El éxodo por el desierto.
Rápidamente, Warner tomó control de la narrativa y comenzó una campaña del silencio, potenciando sus otros estrenos y sacando lentamente la película de circulación. Christopher Nolan, amigo personal de Zack Snyder, fue personalmente a la casa del director para decirle que nunca viera Justice League o se le rompería el corazón. Con los catastróficos resultados en taquilla, la caída del Justice League comenzó a transformarse en un tema de conversación recurrente entre la prensa especializada y youtubers y poco a poco se empezó a formar un grupo de fanáticos que esperaban un “corte del director”, una versión de la película previa a la interferencia del estudio que está asegurado por ley gracias a los sindicatos de directores. Ya había pasado con Batman v Superman, cuya “ultimate edition” es una película infinitamente superior a su versión de cine y es el BluRay más vendido a nivel internacional.
Sin embargo, Warner Bros, bajo la nueva administración de AT&T, no podía permitirse lanzar esa versión porque de cierta manera confirmaría los rumores detrás de su desastrosa producción, así que simplemente negó que Snyder tuviera un corte personal y echó por tierra los rumores a través de medios confiables y una red de Youtubers que confirmaron que esto nunca pasaría. Aún así, un grupo pequeño de fans comenzó una campaña por internet para que el “Snyder Cut” fuera lanzado, con una discreta junta de firmas digitales y algunas intervenciones en eventos comiqueros como la Comic Con de San Diego. Nada de esto fue escuchado y hubiese quedado en nada, sino fuera porque el 2018 Zack Snyder dijo en varios eventos que tal corte existía y que sólo le faltaban los efectos especiales, pero que Warner jamás lo iba a dejar ver la luz del día.
De ahí en adelante, lo que partió como un pequeño grupo de fanáticos se transformó como una bola de nieve en un gran movimiento en contra de los abusos del estudio Warner Bros. y poco a poco los actores involucrados fueron alzando la voz. Cientos de trabajadores confirmaron los abusos cometidos por Joss Whedon y Geoff Johns, Gal Gadot abiertamente habló de cómo tuvo que encerrarse en su camarín para escapar de un enfurecido Whedon y Ray Fisher aprovechó la avalancha de apoyo para forzar una investigación judicial en contra de Warner por racismo, sexismo y prácticas abusivas que resultó en una constatación de los hechos pero sin responsables castigados. El 2019, Zack Snyder se tomaría las redes sociales confirmando que tenía en su poder un corte de cuatro horas de Justice League, armado con lo grabado antes de la interferencia del estudio.
Pero lo que marcó un antes y un después fue un reportaje de Variety sobre el Snyder Cut y las revelaciones de que el estudio usó el sucidio de Autumn Snyder cómo excusa para sacarlo de producción. En una década marcada internacionalmente por los cuidados de salud mental y la falta de interes por parte de todos los gobiernos para invertir en politicas de prevención del suicidio, la jugada de Warner cayó particularmente mal no sólo en las redes sociales, sino en sus inversionistas. Fue tal la conmoción que AT&T, luego de enterarse de todo lo que ocultaron antes de la compra, se decidió por descabezar Warner Bros y fusionar al estudio con Discovery, básicamente creando un estudio de cero y cerrando uno de los estudios más importantes de la historia de Hollywood, aunque esto se concretaría recién el 2022.
Todo esto fue la tormenta perfecta para Zack Snyder, que a manera de reivindicar su trabajo, comenzó a negociar un posible estreno del Snyder cut con Warner Bros. quienes apretados por la opinión pública estaban en una encrucijada. Sin embargo, el inicio de la pandemia y la paralización total de producciones hollywoodenses a nivel internacional dejó a los estudios sin cines para estrenar sus películas y con un gran vacío de producciones para el año 2021 y con todo el mundo encerrado en sus casas apostando por el entretenimiento via streaming, llegó la oportunidad perfecta para anunciar el esperado Snyder cut. Curiosamente, la chilena Daniella Cares fue la encargada de hacer la pregunta final a Zack Snyder y Henry Cavill en una sesión de fanáticos por la plataforma VERO.
Parte 5: El legado del Snyder Cut
Explicar lo que significó el estreno de “Zack Snyder’s Justice League” en palabras es una tarea titánica. Por un lado, es una película contada en una épica bíblica de cuatro horas de duración, mucho más cerca de Jesús de Nazareth o Ben Hur que a cualquier otra película de superhéroes donde el tema principal es el legado que los padres dejan sobre sus hijos y la Fe en que ellos hagan del mundo un lugar mejor. Es una película donde el autor rompe la barrera entre director y padre al incluir en el soundtrack la lista que escuchaba su hija antes de morir. De cierta manera, es la despedida de un padre a su hija a través de personajes coloridos, atormentados y más grandes que la vida misma. Es un vistazo a la intimidad del dolor pero también de cómo la vida continúa luego de la pérdida de un ser querido.
Para ser más claro, es una película que incluye un cameo del director en pleno duelo de Lois Lane por la muerte de Superman cuya canción de fondo fue escrita por Nick Cave luego de perder a su hijo en el mar. Y todo esto con gente disfrazada de colores peleando con alienígenas del espacio.
Por otro lado, es la reivindicación del trabajo titánico de los trabajadores del arte y la cultura y una reparación simbólica de todo lo que tuvieron que sufrir. Posterior al lanzamiento del Snyder Cut, la pandemia afectó duramente al sector y la experiencia de lo sucedido en Justice league y otros rodajes parecidos motivó a IATSE, el sindicato más grande de trabajadores de escena, a tomarse las instalaciones de trabajado y paralizar todas las producciones de Warner, Disney, Netflix, Amazon Prime, Apple Tv, Universal hasta que no mejoraran las condiciones de trabajo. Finalmente esta movilización fue bajada por la burocracia sindical, pero las protestas siguen en pie e incluso se han sumado los ahora sindicalizados trabajadores de estudios digitales en lo que se está llamando “La primavera sindical” en Estados Unidos. Es tan el nivel de compromiso por el trabajo hecho que Zack Snyder decidió estrenarla en 1.33:1, un formato de grabación muy parecido al 4:3 de las películas antiguas, lo cual es irrelevante al verla en una televisión Widescreen pero al grabarla en formato IMAX, se decidió mantener el formato tal cual como fue grabada.
En una producción donde los altos ejecutivos de Warner fueron premiados con multimillonarios bonos por su eficiencia a la hora de explotar a sus trabajadores, algo de justicia trajo “la liga de la Justicia”. Tanto Joss Whedon, Geoff Johns y Tobei Emmerich quedaron estigmatizados por su participación nefasta en la producción y actualmente David Zazlav, CEO de Discovery, fue nombrado director ejecutivo de Warner Discovery en reemplazo de Walter Hamada por su participación en el encubrimiento de las distintas vejaciones cometidas en Justice League. No es mucho, ni siquiera es un cambio significativo en las políticas de los grandes estudios, pero es algo de reparación por todo lo sucedido.
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Palabras Finales.
Hay veces en que las películas no son sólo películas, sino que experiencias cinematográficas que definen una época, donde los momentos históricos exigen una catarsis cultural que pueda definir un espíritu de los tiempos a nivel global. Independiente de los gustos personales de cada uno, Zack Snyder’s Justice League es una de esas películas, quizás no por su guión o su relato sino por lo que hay detrás de ella, el testimonio de cientos de personas que sufrieron las injusticias de una de las más altas potencias del capitalismo neoliberal cuyo poder ilimitado parecía invencible. Y aún así, se ganó una batalla desigual por algo tan irrelevante pero tan potente como una película.
¿Es Zack Snyder’s Justice League una buena película? ¿Valió la pena tanto alboroto por otra película de superhéroes?
La carta de despedida de la película responde a eso de manera contundente.
“Zack Snyder’s Justice League” está disponible por HBO Máx.
PD: posterior a la escritura de esta columna, Zack Snyder’s Justice League ganó un reconocimiento en los premios Oscar como el "Oscar cheer moment" (momento más emocionante del año). Este premio se entrega por votación popular y viene a reconocer la pelea de esta película por existir.
Carlos Henríquez
Historietista. Panelista Podcast Troskosis