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Red Internacional
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ESCLAVITUD LABORAL. Zunduri, la joven esclavizada que se liberó

El caso de Zunduri una joven de 22 años que durante dos años fue esclava en una tintorería al sur de la ciudad, ha causado gran escándalo e indignación.

Marisol FN Agrupación de mujeres y disidencias Pan y Rosas

Martes 5 de mayo de 2015

El reciente caso de Zunduri, una joven secuestrada durante dos años para trabajar en una lavandería, pone de manifiesto no solamente el desprecio por la vida de una mujer trabajadora, sino hasta qué punto están dispuestos a llegar los patrones y empresarios para seguir manteniendo sus niveles de ganancias, a costa de la explotación brutal de sus trabajadores.

Mujer, joven y esclava
Durante dos años Zunduri fue encadenada, torturada y explotada dentro de la tintorería “Planchaduría Express”, ubicada al sur de la Ciudad de México. Obligada a mantenerse despierta día y noche para seguir trabajando, los dueños de la tintorería llegaron a mantenerla sin comida y ni agua hasta por cinco días. La joven declaró que al intentar escapar o pedir ayuda obtenía como castigo severas golpizas y torturas.

Zunduri huyó de su casa hace algunos años. Fue entonces cuando la dueña de la tintorería -y madre de una de sus compañeras de escuela- le ofreció un lugar donde vivir y comida, a cambio de planchar ropa por 300 pesos semanales. La situación cambió cuando Zundiri dejó el trabajo para irse a vivir con su pareja y cuando la relación no funcionó, regresó a la tintorería pero ahora con más carga de trabajo y menos comida.

A partir de entonces comenzó su infierno. Las duras jornadas de hasta 14 horas de trabajo continuo, más las brutales golpizas y múltiples actos de tortura cometidos contra la joven, han dejado severos daños y cicatrices en su cuerpo, que a la vista pareciera el de una niña de 14 años, pero que por dentro es el de una persona de 81.

Gracias a un descuido de sus patrones, Zunduri logró escapar de la lavandería y ahora intenta reconstruir su vida y castigo a sus secuestradores. Ella es una de las miles de mujeres víctimas de explotación laboral en México, cuyas vidas y trabajo generan ganancias millonarias para las personas involucradas.

No es un caso aislado
Mientras las autoridades capitalinas afirman que no se trata de explotación. Sin embargo, a diario miles de trabajadoras y trabajadores en todo el país tienen que enfrentarse a terribles condiciones laborales para poder sobrevivir junto a sus familias.

En México la explotación y precarización laboral, así como la pobreza y migración, tienen rostro de mujer. La necesidad de un ingreso económico para miles de mujeres y sus familias, las ha orillado a tener que soportar las peores condiciones de trabajo, así como a vivir abusos y atropellos por parte de los patrones, las autoridades y la burocracia sindical.

Mientras el gobierno de Enrique Peña Nieto se ha esforzado en vender al mundo la imagen de un país pacífico e ideal para la inversión extranjera, miles de mujeres son violentadas a diario en sus centros de trabajo y en los barrios pobres. Las trabajadoras no solamente tienen que cargar con duras jornadas de trabajo y sueldos de miseria, sino que se enfrentan a todo un aparato estatal y cultural que permite y fomenta la violencia contra las mujeres.

Mujeres contra la explotación
Son las mujeres de la clase trabajadora las que cargan sobre sus espaldas no solamente con las duras jornadas laborales, sino también con la obligación de atender y seguir reproduciendo la fuerza de trabajo. Ante esta situación es que en el último periodo han irrumpido en escena importantes luchas obreras, con las mujeres trabajadoras al frente.

La lucha de las jornaleras de San Quintín contra la sobreexplotación y el abuso de los empresarios estadounidenses, las trabajadoras de Pemex, Mazda y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Caja de Ahorro de los Telefonistas (SNTCAT) que vienen enfrentando los despidos y el acoso sexual, así como las despachadoras de las gasolineras propiedad del empresario Cohen Cababie y las obreras de Delphi en Zacatecas –por mencionar algunos casos–, son una muestra del gran potencial del proletariado mexicano y principalmente expresan el rol que juega el sector femenino doblemente oprimido y explotado cuando decide alzar la voz.

Hoy más que nunca es necesaria la coordinación y articulación de todas las luchas, así como la apropiación de las lecciones que ha dejado la clase obrera en sus lucha contra la explotación.

Las nuevas luchas que emergen en México y el mundo son también un aviso para los gobiernos y empresarios, de quienes ya no están dispuestos a seguir soportando las miserables condiciones de vida y trabajo y comienzan a hacer una experiencia de lucha.