Argentina en este 2024 sufrió la epidemia de dengue más grande vista en el país, con más de 55.0000 casos confirmados y alrededor de 280 muertos; en el medio de un ajuste brutal de años a la salud pública y el cambio de Gobierno, el mosquito Aedes aegypti encontró un caldo perfecto y vía libre para su reproducción y posterior propagación de la enfermedad. La responsabilidad del Estado se hizo evidente, con la ausencia de políticas sanitarias que no buscaron en ningún momento prevenir o poner freno a la enfermedad.
Jueves 11 de julio de 2024
Durante los primeros meses de este año 2024, Argentina sufrió por quinta vez en su historia una epidemia nacional de dengue, esta vez el brote fue histórico, llevándose el primer premio a la peor epidemia de la enfermedad viral del país, la cual causo más de 280 muertes. Hasta este año, desde la reemergencia del virus que causa la infección se habían registrado tantos casos de Dengue confirmados ni tantos fallecimientos.
Según el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, el pico máximo de la epidemia se registró durante la semana del 17 de marzo, llegando al número de 55.476 casos reportados.
Las imágenes sobre las guardias de los hospitales totalmente llenas, sin vacunas ni insumos básicos, como las que se volvieron virales en redes sociales de los hospitales del interior, del AMBA y porteños como el Ramos Mejía y el Durand, van a quedar en la memoria de una gran parte de la población, ya que, demostraron el vaciamiento total de la salud pública por parte del Estado Nacional como también de las diferentes gestiones en las diferentes provincias y localidades del país. Los medios de comunicación y las redes sociales se llenaron de videos de médicos y pacientes que afirmaban que la situación era ya insostenible.
“Las guardias del Hospital están saturadas, no hay insumos, no hay vacunas ni siquiera para el personal médico”. (Entrevista Diario El Tribuno).
Imágenes del Hospital Ramos Mejía y Durand durante la última epidemia de Dengue. (periodismo_movil)
Este proceso de desfinanciamiento de la salud pública lastimosamente lleva muchos años y es responsabilidad de todas las gestiones, desde peronistas con el Gobierno Carlos Menem con su famoso programa “Informe para el desarrollo-Invertir en salud” seguido del Gobierno de Néstor Kirchner y Cristina Fernández con su ministro de Salud fue Juan Manzur , como también lo fue bajo el macrismo y ahora bajo el Gobierno “libertario” que mientras el país estaba sumergido en la crisis sanitaria, avanzaba con el ajuste a la salud pública no tomando ninguna medida, incluso reafirmando su negativa a la vacunación gratuita, además de emitir comunicados vergonzosos culpando a los medios y al Gobierno anterior por la suba de los casos.
Mientras tanto, los empresarios millonarios especulaban con la producción y comercialización de los repelentes, un elemento básico al cual cientos de miles de personas no pudieron acceder a los montos absurdos que se cobraban.
La política brutal de ajuste de Milei actualmente alcanza a la salud pública, con su plan motosierra, despidiendo a 90 trabajadores de salud en el Hospital Posadas, hecho que agrava la crisis sanitaria. Pero en ese rumbo no está solo, Gobernadores como por ejemplo Osvaldo Jaldo y Axel Kicillof también desfinancian, con consecuencias en el desfinanciamiento de la salud pública lo cual impide tener una política integral de prevención en los meses previos al verano y también poder hacer frente ante los rebrotes.
¿Qué se podría haber hecho para enfrentar la crisis sanitaria?
En el marco crítico que se estaba viviendo, varixs especialistas junto al Frente de Izquierda Unidad, plantearon la necesidad de declarar la Emergencia sanitaria, garantizar bajo estricta prescripción médica, la gratuidad de la vacunación para la población mayor a 4 años en hospitales, establecimientos asistenciales y postas sanitarias, como también garantizar los medicamentos, insumos, equipamientos de los centros sanitarios y la provisión masiva de agua potable y repelente a todos los barrios e instituciones de referencia.
¿Qué salida favorable para las grandes mayorías se le puede dar al sistema de salud?}
La salud NO tiene que ser un negocio, porque es un derecho humano básico y no puede tratarse como mercancía. Las epidemias como las del Dengue o la pandemia de COVID 19 dejan en claro más que nunca la necesidad de un Sistema Único de Salud, financiado exclusivamente por el Estado, y administrado por sus propios trabajadores, especialistas, junto a los usuarios, que garantice el acceso en forma igualitaria a toda la población, sin barreras sociales ni económicas, y de forma universal y gratuita, basado en la prevención, la promoción y la Atención Primaria de la Salud. Solo un sistema social que termine con el lucro en la salud, con la ganancia capitalista y disponga de la riqueza, el desarrollo científico y tecnológico para el bienestar común, podrá brindar derecho a la salud para las enormes mayorías.