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Red Internacional
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ZONA SUR DEL GRAN BUENOS AIRES. La desidia patronal se cobró la vida de un obrero en la fábrica Rigolleau

El hecho ocurrió el jueves pasado, en la fábrica Rigolleau de Berazategui cuando el trabajador se encontraba realizando tareas dentro de la fábrica.

Sábado 6 de junio de 2020 21:50

Víctor Rodríguez de 37 años, fue alcanzado por una bolsa de yeso de aproximadamente 1250 Kg que le cayó encima, terminando con su vida casi al instante.

Hasta el momento según trascendió, la empresa no ha emitido ningún comunicado y a continuado el funcionamiento de su fábrica con total normalidad.

Como se puede ver, una vez más, la desidia empresarial y el desprecio por la vida de los obreros por parte de los empresarios sigue siendo un hecho constante.

Mientras las condiciones de precariedad laboral por la que hoy atraviesan miles de trabajadores sigue creciendo, los empresarios siguen actuando de manera impune.

Las políticas de todos los gobiernos con la complicidad de los sindicatos traidores, siguen permitiendo que además de que se paguen sueldos de miseria, no sé garantice en muchos casos, la provisión de elementos de protección personal, ni las condiciones seguridad necesarias para realizar tareas en los lugares de trabajo que muchas veces se terminan convirtiendo en lugares de alto riesgo con consecuencias fatales.

La realidad es que mientras los empresarios siguen amasando fortunas e incluso recibiendo subsidios millonarios, cómo los que hoy están recibiendo por parte del gobierno de Alberto Fernández, a los trabajadores siempre les toca la peor parte, la de los despidos, suspensiones, rebajas salariales y en muchos casos, hasta perder la vida en una fábrica como le sucedió a Víctor Rodríguez.

Hoy una vida obrera más que se pierde, hoy le pasó a Víctor, ayer a Mechi Cantero y así todos los días.

Los trabajadores no podemos permitir que nos sigan matando de esta manera, es necesario organizarnos para terminar con la desidia y los atropellos de la patronal, formando comisiones de seguridad e higiene propia de los trabajadores, porque somos nosotros quienes mejor sabemos cómo hacer nuestro trabajo y muchas veces nos obligan a realizar tareas que ponen en riesgo nuestras vidas.

Es hora de decirles; basta de muertes obreras, porque nuestras vidas y la de nuestras familias, valen mucho más que sus ganancias.