Si en julio del 2019 Valparaíso ya registraba las cifras más altas de la tasa de desempleo a nivel nacional, hoy la crisis sanitaria abierta por el coronavirus y las medidas precarizadoras del gobierno tienen a los trabajadores haciendo malabares con su seguro de cesantía y pidiendo limosnas en las calles porteñas
Miércoles 8 de abril de 2020
Las enormes filas de trabajadoras y trabajadores en distintos puntos del país para cobrar sus seguros de cesantía producto de las medidas precarizadoras del gobierno para enfrentar la crisis sanitaria del COVID-19, llenan las calles de viña del mar de incertidumbre; al mismo tiempo que los semáforos de estación puerto son ocupados por garzones cesantes que entonan en cada luz roja “una monedita pa los sin pega”.
“Es primera vez que estoy pidiendo dinero en la calle, es difícil, pero hay que comer, pagar arriendo, mi pareja tiene un hijo y se nos hace difícil” dice Juan González, garzón despedido de barrio puerto.
Esta es la realidad que comienza a verse en decenas de trabajadores de Valparaíso, región que tiene la mayor tasa de desempleo nivel país con un 10.7% que se traduce a más de 150 mil desempleados; al mismo tiempo que cientos de trabajadores sortean su suerte en las filas de espera para cobrar sus seguros de cesantía sin saber por cuánto tiempo sus jefes y gerentes tendrán sus contratos, es decir sus sueldos, suspendidos.
El llamado de las autoridades y de la AFC (Administradora de Fondos de Cesantía) es demagógico, mientras hablan de hacer los trámites por internet para evitar el contagio en las filas de espera, avalan y dan el consentimiento para precarizar durante los meses de la pandemia a miles de trabajadores, que se exponen por falta de recursos, al contagio.
Ley de “protección” del empleo, la nueva medida para descargar la crisis sobre los hombros de les trabajadores
La última medida del gobierno, votada por los partidos del régimen y los partidos de la supuesta oposición como el PC y el Revolución Democrática, juega nuevamente en favor de los intereses empresariales, dando mayor margen a las empresas para suspender temporalmente los sueldos de los y las trabajadoras, sorteando que se mantengan con su seguro de cesantía.
Pero en una región como la de Valparaíso, con miles de cesantes, dónde las estadísticas muestran que existe un universo de 51.847 personas arriba de dieciocho años que pertenece al 40% más pobre de la población y que se mantienen durante meses sin encontrar empleo y sin contar con ninguna otra fuente de ingresos ¿Qué salida encuentra en esta ley empresaria?
Es más, ¿qué salida pueden encontrar los cientos de trabajadores y trabajadoras en una medida que mes a mes les reduce sus ingresos de sus propios fondos de cesantía? No olvidemos que los primeros tres meses se reducirá en un 70% el salario y luego seguirá bajando.
Es por eso que hay que denunciar y responder de manera organizada ante los ataques del gobierno y los empresarios que disfrazan de solidaridad medidas precarizadoras como esta, exponiendo a cientos de familias pobres para salvar sus ganancias.
Suspensión de industrias y actividades económicas no esenciales. Prohibición de despidos y licencias pagadas al 100% del sueldo
Hoy más que nunca debemos exigir que no haya despidos en ningún lugar de trabajo, al mismo tiempo que el cese de los sectores no esenciales de la economía, garantizando licencias laborales masivas que paguen el 100% de los sueldos para todos y todas las trabajadoras de los sectores productivos no esenciales para no exponerlos al contagio ni a ellos ni a sus familias.
¡Pensiones a los jubilados y subsidio a los trabajadores informales de 500 mil pesos!
Que la crisis la paguen quienes la generaron, los empresarios y no los trabajadores, mediante el congelamiento de los precios, la condonación de la luz, el agua y la electricidad mientras dure la crisis; y un presupuesto de emergencia para programas de cuidado de la niñez, jóvenes y adolescente, de los adultos mayores, a las personas con discapacidad y en situación de calle.