Esta actriz fue un ícono de la época de oro del cine mexicano, nació el 8 de abril de 1914 y falleció el 8 de abril de 2002. Ese día se perdió a la última gran diva del cine nacional.
Viernes 8 de abril de 2016
María de los Ángeles Félix Güereña fue sonorense de nacimiento. Sus padres fueron Bernardo Félix y Josefina Güereña, estudió en un primer momento en un convento en California, EE. UU., pero la familia Félix Güereña se mudó a Guadalajara, Jalisco, donde ella creció y fue nombrada reina de la Universidad, ya que destacaba entre todas sus compañeras por su belleza.
María se casó con Enrique Álvarez, solamente para salir del férreo control que tenía su padre sobre ella. De esta relación nació su único hijo, Enrique Álvarez Félix. A principios los años ‘40 del siglo XX se mudó a la Ciudad de México, donde el ingeniero Fernando Palacios la invitó a trabajar en lo que sería su primera película, El peñón de las ánimas, en 1943 bajo la dirección de Miguel Zacarías y compartiendo el papel con Jorge Negrete.
Desde el primer momento en la pantalla María Félix cautivó al público, le siguieron María Eugenia y Doña Bárbara. Esta última le daría el mote de “La Doña”. Así empezó una carrera en la que completaría 47 filmes.
Entre los más destacados están Enamorada, bajo la dirección de Emilio El Indio Fernández compartiendo el papel estelar con Pedro Armendáriz, La diosa arrodillada, bajo la dirección de Roberto Gavaldón explota toda su belleza, pero fue con Río Escondido cuando ganó el Ariel por su actuación.
Al finalizar los años ‘40 La Doña trabajó en Europa bajo la dirección de Rafael Gil, con quien realizó en España; Mare nostrum, Una mujer cualquiera y La noche del sábado. Siguió en la década de 1950 su trabajo en el extranjero: en Italia filmó Hechizo trágico y Mesalina, en Argentina realizó La pasión desnuda y en Francia protagonizó La bella Otero.
En la cinta Tizoc trabajó al lado de Pedro Infante, lo que le dio fama internacional y se convirtió en un clásico del cine mexicano. Pero fue en La cucaracha donde se proyectó toda la personalidad recia que tenía, compartiendo la pantalla por única vez con otra diva mexicana, Dolores del Río.
El último trabajo de María Félix en la pantalla grande fue en La Generala, a principios de los años ’70. Después de eso se retiró de la actuación, y vivió entre México y Francia.
La actriz mantuvo diversos romances durante su vida, pero solamente se casó en tres ocasiones más, con Agustín Lara, El Flaco de Oro, quien le compuso en su luna de miel la canción “María Bonita”, con Jorge Negrete del cual enviudó, y finalmente Alex Berger.
El pintor Diego Rivera nunca oculto su fascinación por La Doña, la cual plasmó en un cuadro emblemático. Entre los artistas para los que posó María destacan Leonora Carrington, Remedios Varo y José Clemente Orozco.
Aún alejada de las pantallas, Félix mantuvo contacto con los medios de comunicación. Se recuerdan las entrevistas para la televisión en los años ‘90 para Verónica Castro y Ricardo Rocha. Fue en esa misma época cuando pierde a su hijo Enrique Álvarez Félix.
En el año 2015 la televisión pública en el Canal 22, en su sección grandes figuras del arte mexicano, le dedicó un programa La Doña, “María Félix: María bonita, María del alma”, el cual también se podrá ver en la sexta edición del Festival de Cine Documental Contra el Silencio todas las Voces, del 8 al 19 de abril de 2016.
También el Sistema de Transporte Colectivo Metro homenajeó a la diva en su centenario de nacimiento emitiendo una tarjeta especial y un boleto conmemorativo, además de exposiciones temporales en las estaciones de Bellas Artes y Zapata, donde se bautizó un convoy de la línea A con el nombre de la diva.
María de los Ángeles Félix Güereña murió en la Ciudad de México a los 88 años de edad, no sin antes haber dejado huella en la vida nacional. Conoció a personajes de la talla de Octavio Paz y Jean Paul Sartre, reyes como Faruk de Egipto, artistas y escritores como; Frida Kahlo, Renato Leduc, Carlos Monsivais, Salvador Novo, Xavier Villaurutia y Juan Rulfo.
Entre sus principales biógrafos, así como escritores y cronistas se reconstruye en definiciones la vida de la actriz. Fue descrita como la mujer que “se interpretó a sí misma en cada película” según Paco Ignacio Taibo I; Jean Cocteau dijo alguna vez en referencia a María, “tanta y tan intensa es su hermosura, que duele”; o como mencionará Monsivais, “la persona que veía en el lujo la escenificación de sus fuerzas interiores. Y sí, María era su propio sueño”.
A diferencia de otras figuras del cine de oro, María Félix no fue identificada por ser parte del pueblo mexicano, pero sin duda su altivez, su aspiración de mujer insumisa, la “mujer con corazón de hombre” -como ella misma se definió-, sigue hoy en día cautivando en cada rodaje.