Este Orgullo está atravesado por la campaña electoral y las amenazas hacia los derechos de las personas LGTBI por la extrema derecha, que nos quiere enviar “al basurero” después del 23J. Pero nosotres vamos a dar pelea. Un año más, salimos a las calles recuperando el espíritu de Stonewall, peleando por una sociedad sin explotación ni opresión.
Viernes 23 de junio de 2023
Tras las últimas elecciones municipales y autonómicas, el PP y VOX ya se han aliado para gobernar en más de 140 ciudades y regiones con un programa reaccionario y antiderechos, basado en derogar leyes como la ley trans o leyes contra la violencia de género (a la que niegan que exista) y plantean un programa idéntico para las próximas elecciones generales. Muestra de ello es la lona desplegada por Vox en el centro de Madrid, que ataca por igual al colectivo LGTBI, el feminismo, el independentismo, el comunismo y los okupas.
El auge de la extrema derecha es, además, un fenómeno internacional que lleva varios años poniendo en el punto de mira a los colectivos más oprimidos de la sociedad, señalándonos y cargando el arma contra ellos, buscando culpabilizarlos de la falta de empleo y canalizando hacia ellos, de forma reaccionaria el malestar social como hace Vox con los “Menas” y con los que okupan una casa para no dormir en la calle.
La persecución hacia las personas disidentes del género se está viendo aumentada en países como Polonia, donde se declaran zonas libres de personas LGTB; Hungría, donde existe la posibilidad de denunciar a parejas homosexuales; o EE.UU., donde hay una variedad de leyes que impiden el acceso a hormonación, la represión de shows drag o la prohibición de pasear por la calle mostrando rasgos de disidencia; Uganda, que ha reforzado su legislación contra las personas LGTB y todo ello sumado a la cifra de 73 países en los que la homosexualidad y transexualidad están penadas por la ley, algunos de estos con la muerte.
En el Estado Español, no dejan de sucederse las agresiones, el acoso en las aulas, las calles y el trabajo y la permanente amenaza de que podemos perder en cualquier momento los derechos conquistados con la lucha, como la Ley Trans o el derecho al aborto.
Frente a esta derecha, las personas LGBTI debemos organizarnos para enfrentarla. Y debemos hacerlo junto con el resto de sectores a los que ataca esta derecha y que no le deben nada al sistema capitalista cisheteropatriarcal y racista del que la derecha es su cara más “ultra”. Debemos organizarnos en cada centro de estudio, de trabajo y barrio, junto a las migrantes, las mujeres y el resto de la clase trabajadora, que es quien tiene una posición estratégica en la producción y la capacidad de también parar todo el sistema.
Organicémonos, para parar a la derecha, y hagámoslo sin ninguna confianza hacia quienes dicen que desde el “progresismo” cada vez más moderado van a parar a la derecha, pero aplican medidas que le abre la puerta. Y es que lo que nos encontramos es que en las próximas elecciones Sumar y el PSOE se presentan como opciones “progresistas” que velan por los derechos de las mujeres, las personas LGTBI y las migrantes frente a esta extrema derecha reaccionaria. Pero este progresismo o “mal menor” es el mismo que lleva cuatro años gobernando aprobando reformas laborales que nos mantienen en la precariedad y con un ministerio de Igualdad infrafinanciado que no puede garantizar que las mujeres tengan acceso a un hogar lejos de su maltratador porque no expropia las viviendas vacías de bancos y fondos buitre. Es el mismo gobierno que nos envió a la policía a reprimir movilizaciones contra el asesinato de un joven al grito de “maricón de mierda”, avala la masacre de migrantes en Melilla y mantiene vínculos con el régimen saudí que es LGBIfóbico.
¿Cómo es esto posible? El problema está en que a una “derecha de verdad”, que atenta contra nuestros derechos y que nos quiere de vuelta en los armarios donde nunca debimos estar no puede ser frenada por una “izquierda de mentira” que piensa que gobernando en un régimen capitalista e imperialista se pueden cambiar las cosas para los sectores populares, la clase trabajadora y los sectores oprimidos. Nuestros derechos no nos los ha regalado ningún gobierno: los hemos conquistado y defendido con la lucha en las calles. Esta lucha es la que verdaderamente puede frenar a la derecha y sus políticas reaccionarias y que tanto han buscado frenar estos últimos cuatro años como vimos en Cádiz, Cantabria y ahora en Vigo.
Por eso, este mes de junio nos organizamos con orgullo. Vamos a enfrentar a la derecha, sino resignarnos a caer en la trampa del mal menor y queremos ser miles en las calles gritando contra la LGTBIfobia. Desde Pan y Rosas y Contracorriente te invitamos a buscarnos y sumarte a nosotres en las manifestaciones en Zaragoza, Barcelona y Madrid, y a organizarte cada día contra toda opresión y explotación. Como oprimides y explotades contemos con la fuerza de la clase trabajadora, los movimientos de mujeres y antirracistas de todo el planeta para llevar adelante esta tarea. Porque la clase trabajadora es cada día más sexodiversa, feminizada y racializada.
Organizarnos, ¿con qué programa?
Las personas LGTBI y, especialmente, si somos migrantes o jóvenes, sufrimos persecución continua por nuestra identidad y nuestra forma de expresarla y también por nuestras formas de ocio. En muchas ocasiones, son los propios cuerpos policiales y judiciales los que nos persiguen o nos revictimizan si hemos sufrido una agresión. Por eso, luchemos por acabar con todas las leyes mordaza que hacen posible la represión y por la disolución de los cuerpos policiales del Estado, que solo sirven para reprimir a la clase trabajadora que lucha en huelgas, desahuciar familias pobres y perseguir la delincuencia que el mismo Estado reproduce en forma de desigualdad.
No nos conformamos con migajas que no toquen a los capitalistas, ni con una “liberación” para quien se la pueda pagar. ¿Qué liberación hay si la juventud casi no puede independizarse o continúan los desahucios? Exigimos la expropiación de las viviendas de los grandes propietarios, bancos y fondos buitre que tienen cientos de miles de viviendas vacías, prohibición de los desahucios y solución habitacional para víctimas de violencia machista o a quienes nos echan de casa por nuestra identidad de género o sexual.
Desde que somos niños, niñas y niñes se nos ofrece una educación que no tiene en consideración la diversidad ni la educación sexual, una educación que va únicamente orientada a hacernos trabajadores obedientes para la explotación capitalista y no a solucionar los grandes problemas de la actualidad como el cambio climático o cómo acabar con la violencia machista y LGTBifóbica. Bajo gobiernos de todo signo proliferan los centros privados y concertados de la Iglesia, una institución patriarcal que se ha organizado siempre de la mano de reaccionarios para atacarnos. Por eso, debemos pelear por una educación sexual integral y en todos los niveles educativos, en una educación 100% pública y financiada por los impuestos a las grandes fortunas. ¡Basta ya de conciertos! ¡Ni un euro más a la privada! ¡Por la separación total de la Iglesia y el Estado!
Necesitamos también pelear por una ley trans integral donde se reconozca la identidad de las personas no binarias, con cupo laboral trans contra la discriminación patronal y asistencia sanitaria a las migrantes y que asegure la inversión en sanidad para la hormonación y operaciones de reasignación así como asistencia psicológica suficiente para todes.
Esto tiene vinculación con la urgente necesidad de dar papeles y sanidad 100% pública para todes y acabar con la ley de extranjería, que mantiene en la precariedad vital a miles de personas en el Estado español y que las condena a la pobreza y la clandestinidad. Nuestro orgullo no se para en las fronteras, quiere derribarlas, el capitalismo que las levanta y sus administradores que las refuerzan.
Es necesario acabar con las políticas imperialistas del Estado español. ¡BASTA YA DE ASESINATOS EN CEUTA Y MELILLA! Por el fin de los CIEs, del envío de armamento a Ucrania para participar de una guerra reaccionaria entre el régimen de Putin y la OTAN. De igual modo, basta de acuerdos de colaboración militar y policial con la dictadura marroquí contra el pueblo saharaui y contra quienes huyen de la guerra y la miseria causadas por el imperialismo.
Construyamos una izquierda socialista y revolucionaria, para acabar con la extrema derecha y con el capitalismo cisheteropatriarcal y racista que nos mata cada día. Súmate a construir una organización combativa, rebelde, furiosamente anticapitalista y antipatriarcal. Porque llevamos a Stonewall y al socialismo como bandera ¡Por un Orgullo LGTBI anticapitalista y de clase! ¡Súmate a Contracorriente y Pan y Rosas!