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Red Internacional
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Crónica. 8M: una asamblea cruzada por polémicas prepara el cuarto paro internacional de mujeres

Con una larga lista de oradoras siguieron las deliberaciones hacia el 8M, que se espera masivo y de lucha. Hubo un fuerte debate sobre qué actitud tomar en un año electoral, si plantear la consigna de no pago al FMI y qué jerarquía darle al reclamo por el derecho al aborto.

Cecilia Rodríguez

Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r

Sábado 16 de febrero de 2019 15:30

“Hay una lista de oradoras, que se respete”. El reclamo surgió de un apretado grupo de jóvenes y se dirigía a la mesa de coordinación que daba inicio a la segunda Asamblea para preparar la marcha del 8 de marzo.

Pañuelos verdes y naranjas coloreaban el suelo terroso de la Mutual Sentimiento, al lado de la estación Federico Lacroze. Bajo un sol de verano, Chacarita recibía a militantes de numerosas corrientes políticas, sindicales y de tendencias feministas, junto con algunas compañeras no agrupadas.

“Vamos compañeras, respetemos la lista”. El reclamo persistía. En la primera asamblea una coordinación que solo incluía a militantes kirchneristas había controlado la lista de oradores y muchas se habían quedado sin hablar.

"Algunas plantean el método del consenso, pero eso es imposible porque hay distintas posturas, nosotras planteamos votar para que las resoluciones que tomemos reflejen verdaderamente los debates que hay y el apoyo que tienen” explica a esta cronista una militante de Pan y Rosas, que forma parte del Frente de Izquierda.

La asamblea comenzó con intervenciones de trabajadoras y jóvenes en lucha. Hablaron trabajadoras telefónicas y de la salud, que están enfrentando en sus gremios ataques para precarizar aún más las condiciones de trabajo: contaron su realidad y exigieron a los sindicatos parar el 8M como parte de un plan de lucha contra el ajuste. Más tarde hablaría también una compañera de la Editorial Atlántida, que están luchando contra los despidos.

También se pidió justicia por Sandra y Rubén, docentes de Moreno que murieron por la desidia del gobierno de Vidal. Niñas y niños en situación de calle denunciaron crudamente los abusos que han sufrido por ser pobres y la impunidad de la que gozan quienes los han violentado.

“En la primera asamblea también vinieron de otros sectores de trabajadoras en lucha”, explica una de las telefónicas, “se demuestra que en muchísimos gremios hay mujeres que están luchando”.

En esta sintonía, las mujeres del Frente de Izquierda hablaron de la necesidad de “enfrentar el ajuste de Macri y el acuerdo con el FMI que aplican los gobernadores de todo el país” y propusieron exigir a las conducciones de todas las centrales y sindicatos un paro efectivo "por todos los derechos de las mujeres, travestis, trans y no binarixs, por el derecho al aborto legal seguro y gratuito y la separación de las Iglesias y el Estado, basta de violencia y crimines de odio contra las disidencias, de persecución a lxs migrantes y todo tipo de ataques, y por el triunfo de todas las luchas", como dice una declaración que propusieron.

El debate político no tardó en surgir. Es inevitable en un movimiento de cientos de miles que haya diferentes tendencias. La principal polémica se dio entre organizaciones kirchneristas y la izquierda, sobre qué actitud tomar en un año electoral, si plantear o no la consigna del no pago de la deuda externa y si debe continuar siendo el eje de la marcha el reclamo por el aborto legal o si, por el contrario, la marcha tiene que tener un eje en lo electoral.

Este debate no se pudo continuar ni se pudieron votar las consignas. Al finalizar la asamblea surgió un inesperado enfrentamiento entre organizaciones kirchneristas y de la diversidad sexual y un pequeño grupo de jóvenes identificadas como feministas radicales, que interrumpió las deliberaciones. El viernes próximo deberá continuar la lista de oradoras que quedaron sin hablar.

Elecciones, aborto y deuda externa: ¿qué hacer?

“Queremos que el documento del 8 de marzo exprese cómo vamos a gobernar el país”, dijo Florencia Minici, de Mala Junta y el colectivo Ni Una Menos. En la misma sintonía intervino Victoria Freire, de la misma agrupación que comparte con Juan Grabois el Frente Patria Grande.

Así, desde las organizaciones que forman parte o simpatizan con el kirchnerismo se planteó que el eje del movimiento de mujeres debe ser encolumnarse detrás del frente electoral que arme el kirchnerismo con otros sectores del peronismo “para ganarle a Macri”.

La pregunta surge inmediatamente ¿puede un movimiento tan heterogéneo de cientos de miles encolumnarse en bloque detrás de un frente electoral? ¿Es deseable que lo haga? ¿Y si es así, con qué política?

Desde la izquierda salieron a polemizar con esta postura. “Las compañeras plantean el eje en el llamado frente anti-Macri, que promueven como parte de la estrategia electoral de partidos que tienen en sus filas a empresarios, aliados de la jerarquía clerical y burócratas sindicales, y que ya le prometieron a los organismos internacionales que, de ganar, seguirán profundizando el saqueo del país. Por eso no están de acuerdo en plantear consignas como el no pago de la deuda y la ruptura con el FMI”, explica una referente del Frente de Izquierda. “Además es dejar en segundo plano la pelea por el aborto legal y la separación de la Iglesia y el Estado, ya que eso alejaría a los pañuelos celestes del eventual frente electoral que quieren hacer. Para nosotras el movimiento de mujeres no se puede subordinar así a gente que está con el Vaticano”

La opinión se expresó en el debate público. “Hoy todas nos indignamos al ver la foto de la abuela juntando berenjenas mientras reprimían en Constitución. ¡Qué tan hijo de yuta tienen que ser Macri para reprimir a los que no tienen nada!”, fustigó Valentina, estudiante secundaria de Pan y Rosas. “Con la crisis que se viene estas cosas se van a repetir, por eso también me indignó ver como en paralelo Kicillof se sentó a negociar con el FMI. Cada vez que viene el FMI a las primeras que perjudica es a las mujeres, porque la tasa de femicidios sube o porque somos las primeras a las que despiden y las últimas a las que nos contratan”

Desde Actrices Argentinas, una compañera dio su opinión “hay que seguir peleando por el derecho al aborto porque ningún gobierno lo va a garantizar, no lo tuvimos antes y no lo tenemos ahora, esa es una pelea que tenemos que dar en las calles”.

Dentro de las mociones a resolver estaba entonces la consigna del no pago de la deuda y qué importancia tendría el eje aborto en la movilización. También la exigencia a las centrales y sindicatos para que llamen a un paro efectivo. Sin embargo, el debate se interrumpió abruptamente y las definiciones quedaron postergadas para la próxima reunión.

Por la extensión del listado de oradoras anotadas para hablar, la asamblea decidió que el encuentro culminara unos minutos antes de lo previsto, para poder resolver las cuestiones más inmediatas, y continuar con el listado en la próxima reunión. Sin embargo, inesperadamente, la deliberación fue interrumpida. Cuando llegó el momento de que hable un pequeño grupo de feministas que se autodenominan radicales, desde las filas de las organizaciones kirchneristas empezaron los cánticos exigiendo "que se vayan". Nunca se dejó en claro cuál era el motivo de semejante tensión, pero la cosa terminó con un enfrentamiento que -a criterio de esta cronista- resultó innecesario.

La próxima asamblea tiene el desafío de superar estos métodos que pueden sentar un precedente peligroso y antidemocrático y continuar preparando una marcha masiva a tono con las necesidades de un gran movimiento de mujeres que se enfrenta al ajuste económico y las jerarquías eclesiásticas, políticas y judiciales que atacan nuestros derechos.


Cecilia Rodríguez

Militante del PTS-Frente de Izquierda. Escritora y parte del staff de La Izquierda Diario desde su fundación. Es autora de la novela "El triángulo" (El salmón, 2018) y de Los cuentos de la abuela loba (Hexágono, 2020)

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