El 28 y 29 de junio de 1896 se realizó un Congreso que nucleaba diversas agrupaciones socialistas en el Club Vorwärts, que se considera fundador del Partido Socialista Argentino.
Martes 29 de junio de 2021 00:20
Se cumple un nuevo aniversario de la fundación del Partido Socialista Argentino, durante sus 125 años de existencia hay mucha tela para cortar. Desde sus inicios a finales del siglo XIX, su impronta en la fundación de clubes obreros y periódicos así como también la “épica” campaña de Alfredo Palacios, y un sin fin de virajes oportunistas y claudicaciones.
Un inicio
Hacia fines del siglo XIX la Argentina se consolida en el mapa mundial como proveedor de materias primas (lanas, cereales, cueros y carnes). Es el inicio del modelo agroexportador que se desarrolla a base de mano de obra barata de cientos de miles de inmigrantes, que venían de Europa escapando de las guerras y perseguidos por sus ideas anarquistas o socialistas.
Además de ocupar un lugar en las líneas de producción, en los mataderos y en las curtiembres, los trabajadores comienzan a tener una vida social y política en clubes, sociedades de fomento, allí se cruzaran con intelectuales y estudiantes que también llevarán ideas de cambio social consigo.
El club Vorwärts (que significa vanguardia en alemán) era de los más importantes, fundado por emigrados alemanes que habían llegado al país escapando de las persecuciones del gobierno de Bismarck, en general, miembros del partido socialdemócrata alemán y su nombre provenía de su lema “Verein Vorwärts”, traducido como “unidos y adelante”. El 28 y 29 de junio de 1896 se llevó adelante en este club, el considerado como el congreso constituyente o fundador del Partido Socialista Argentino.
Antes, hasta 1894, los grupos socialistas estaban compuestos casi exclusivamente por obreros inmigrantes, generalmente trabajadores cualificados y artesanos. Las asociaciones no solo se caracterizan entonces por la idea de desarrollar la teoría y la práctica socialista en Argentina, sino que también funcionaban como agentes de cooperativismo y lugares de encuentro entre extranjeros de un mismo país, que sufrían el desarraigo, en un momento en que el país atravesaba una enorme crisis económica y la tasa de retorno era altísima.
El 7 de abril de 1894 sale el primer número de “La Vanguardia”, desde la portada se define como “defensor de la clase obrera”, en sus páginas empieza a difundir las ideas socialistas buscando unificar las agrupaciones socialistas dispersas. Un año después se nombra el primer comité ejecutivo del Partido Socialista Obrero Argentino (nombre que a principios del siglo XX se simplificaría solo como "Partido Socialista"), pero faltaría un año para que agrupara a la mayoría de las agrupaciones que se reivindicaban socialistas. Todos los centros y sindicatos socialistas del país se aglutinan en un congreso constituyente, allí aprueban una declaración de principios, redactada por Juan B. Justo, un estatuto y un programa mínimo de gobierno.
Un programa reformista desde sus inicios
La plataforma del PS se basaba en un programa de reivindicaciones mínimas (salario igualitario entre hombres y mujeres, jornada laboral de 8 horas, etc.) y se pronuncia por el librecambio con el exterior a favor del ingreso de productos más baratos. El PS no plantea la cuestión nacional y la relación del país con el imperialismo (en un contexto de plena inserción del país en la división internacional del trabajo). Su estrategia es reformista, y así como en el plano económico aspira a la modernización del país capitalista, en el político se orienta a ocupar espacios dentro del régimen (consiguiendo en 1904 Alfredo Palacios la primera banca socialista en América Latina), y a través del parlamentarismo ir mejorando las condiciones de vida de los trabajadores. [1] Esta concepción es contraria a la que sostenemos desde el trotskismo, en el que los puestos parlamentarios están al servicio de la pelea por la revolución y la toma del poder por parte de los trabajadores, como ocurrió en la Revolución Rusa de 1917.
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Para el PS, la organización de los obreros en sindicatos, cooperativas y partidos, era la condición para conquistar el progreso del país. En tanto y en cuanto no se modernice el estado y entren en plena vigencia las instituciones, no se desarrollarían totalmente las fuerzas productivas y, por lo tanto, el proletariado como sujeto revolucionario.
El quiebre por izquierda dentro del Partido Socialista se dará en el marco, primero, de la Primera Guerra Mundial, y luego de la Revolución Rusa. En cuanto a la Gran Guerra, un sector del PS caracterizó correctamente a la escalada bélica como la consecuencia de la expansión imperialista. Este sector era una base más obrera que estaba cansada del reformismo y progresismo intelectual de Justo, que alejaba al PS de las luchas obreras.
Mas allá de que se asistió a una reconfiguración mundial de las izquierdas luego de la toma del poder por los bolcheviques, dentro del PS este mismo sector, también más juvenil, comienza a evidenciar el conservadurismo de Justo y, en un periódico que lanzarán en paralelo con "La Vanguardia", conocido como "La Internacional", mencionarán “Somos como Lenin, no como Kerensky”. [2]
El PS entre 1917 y 1919 reivindicará la revolución, pero será pro revolucionario, no pro bolchevique, caracterizando a Lenin y Trotsky como agitadores más cercanos a las ideas de Bakunin y no de Marx, alejados de las democracias reales, imponiendo una dictadura del proletariado que consumara una dictadura de los bolcheviques.
A partir de esta caracterización, se escindirá el actual Partido Comunista, adherente en ese entonces a la Revolución Bolchevique y la lll internacional, y el resto del Partido Socialista sufrirá divisiones en general orientadas en torno al "progresismo", fortaleciendo al régimen burgués.
El oportunismo y la claudicación como una constante en los partidos reformistas
El Partido Socialista Argentino desde su fundación, ha tenido rupturas, refundaciones de todo tipo, y si quisiéramos ahondar más sobre esto no nos daría para más de una nota. Pese a que fue cantera de grandes pensadores, intelectuales y referentes de la política argentina, como Alicia Moreau de Justo quien marcó un camino desde el inicio, fundando el movimiento feminista en Argentina. La historia de vida de Alicia Moreau decanta en el emblema de la progresía y el feminismo de “ministerios”, se la reivindica como la mujer que pudo en cierto punto superar todas las barreras y presiones de la época ultra conservadora y patriarcal. Un discurso que se abstrae totalmente sobre cómo viven las mujeres, como si la opresión se fuera acabando de a poquito, con la aplicación de leyes y reformas del estado burgués.
Desde su fundación, la concepción central del partido fue la búsqueda de la reforma del sistema capitalista por la vía parlamentaria a imagen y semejanza de la socialdemocracia alemana, y durante los años siguientes llevaron adelante políticas desde espacios de poder como cualquier partido de la burguesía. Hoy por hoy el Partido Socialista forma parte del Frente de Todos en varias provincias, tras el fracaso del Frente Progresista. Este debate es central hoy para los marxistas revolucionarios, luego de que en las últimas décadas se diera peso a la búsqueda de desarrollar partidos amplios sin definición estratégica clara, “anticapitalistas” en general pero sin establecer fronteras entre reformistas y revolucionarios.
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[1] Aragón, Hernán. Historia crítica del sindicalismo: desde los orígenes hasta el Partido Laborista, 1a Edición. Buenos Aires. Ediciones IPS. 2009.
[2] Entrevista a Hernán Camarero en Ideas de Izquierda, http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/wp-content/uploads/2017/11/48_51_Camarero.pdf