Tras cinco audiencias desbordantes de pruebas, vienen los alegatos del juicio en el que cuatro miembros de la fuerza represiva chaqueña pueden ser condenados a perpetua por tortura seguida de muerte. Nora, la mamá del hombre asesinado en Charata, publicó una carta abierta. Denuncian que un testigo recibió intimidaciones.
Martes 22 de octubre 10:13
En 2022 Leandro Bravo tenía 37 años y dos hijos, vivía en Charata, provincia del Chaco, era empleado judicial y estaba en el último tramo de su carrera universitaria de Derecho. La tarde del 26 de febrero de ese año salió de su casa con su primo, en moto. Iban a comprar cerveza. Poco después terminaría muerto tras ser detenido por una patrulla de la Policía provincial.
Dos años y ocho meses después de los hechos, los agentes Alexis Fleitas Noguera, Enzo Gómez, Franco Sosa y Carlos Díaz se sentaron en el banquillo de los acusados. La mañana del 14 de octubre comenzó el juicio oral y público en el que se los acusa de “tortura seguida de muerte” y “falsedad ideológica”. Si el Poder Judicial hace justicia, al final del proceso deberían recibir penas de prisión perpetua.
La semana pasada transcurrieron las cinco audiencias en las que los jueces Juan Carlos Clauster, Lorena Cimbaro Canella y Sergio Benito se dedicaron a escuchar a testigos, analizar pericias y atender las estrategias jurídicas de las partes. Quienes siguen el caso no dudan en afirmar que el Tribunal debería ya estar convencido de la culpabilidad de los policías.
Está comprobado que a poco de salir en la moto, Leandro y su primo empezaron a ser perseguidos por los efectivos. Que su primo se bajó para pedir ayuda a una vecina mientras Leandro era abordado por la patrulla. Que le dieron una paliza ahí mismo, que luego lo subieron a la caja del patrullero y dos policías le siguieron pegando mientras se lo llevaban. Que en Sanidad Policial ordenaron que lo llevaran a un hospital. Y que al nosocomio llegó ya fallecido.
Además de videos de cámaras de seguridad vecinales y de diversos testimonios, fue clave el informe de una segunda autopsia realizada al cuerpo de Bravo. La primera había sido realizada de forma irregular, totalmente por fuera del Protocolo de Minnesota (aplicado internacionalmente para casos de este tipo). En la reautopsia se pudo determinar, por ejemplo, que lo que originalmente se había calificado como “raspones” en el cuerpo en verdad eran “marcas de escopeta” y que las “marcas” en los hombros eran quemaduras de tercer grado “infringidas sobre algún elemento con una temperatura superior a los 70 grados”.
También la segunda autopsia permitió determinar que sobre Leandro se aplicaron “mecanismos de asfixia no continuos, intermitentes”. Un dato no menor es que la primera autopsia se hizo de forma precaria y no duró más de sesenta minutos, mientras que la segunda (conseguida tras el reclamo de la familia) duró más de cuatro horas. Pese a mostrarse reacios a las conclusiones de la reautopsia, los peritos de la Policía que participaron, convalidaron con su firma ese segundo estudio al cadáver.
En declaraciones a la periodista Adriana Meyer de Página|12, el abogado que patrocina a la familia de Leandro fue contundente. “Tenemos probado que hubo persecución y hostigamiento sin orden judicial, hubo golpes y quemaduras cuando lo subieron a la camioneta, como declaró la testigo Romina Aguirre, como una bolsa de papas, y hubo compresión de cuello y tórax de los policías que le provocaron a Leo Bravo la asfixia mecánica traumática”, detalló el doctor Jorge Ferronato.
Este miércoles en el juicio tendrán lugar los alegatos de las partes. Lógicamente, la querella pedirá perpetua para los cuatro imputados. Las defensas, como suele ocurrir pese a las múltiples evidencias, exigirán la absolución de sus clientes. Y la familia de Leandro espera que la fiscal Silvana Rinaldis también valore en su justa medida todas las pruebas volcadas en el debate y solicite al Tribunal condenas acordes. Tras los alegatos del miércoles, los jueces darán el veredicto (para lo cual pueden tomarse hasta un mes de tiempo).
“¿Justicia o impunida?”
Con esa pregunta Nora Nieto, la madre de Leandro, tituló una carta que difundió durante el fin de semana. El texto completo dice:
“Pusimos todo, lo dimos todo, cada video que se mostró cronometrado el tiempo del hostigamiento, persecución, detención y traslado (47 minutos con 45 grados de temperatura en la siesta del 26 de febrero del 2022) fue recolectado por mis hijas ya que el fiscal Baigorri, encargado de hacerlo, le importó NADA y se fue a descansar.
El tribunal a cargo de llevar adelante el juicio por tortura seguida de muerte de cuatro policias imputados tiene todas la pruebas, todos los testimonios de los testigos, las pericias forenses, anatomopatológicas, la declaración de los forenses que dejan en claro el abuso de poder del fiscal Baigorri (descargo que realizo el equipo forense de Charata), la declaración de la doctora (Gabriela) Lamparelli, directora del Instituto Médico Forense de la provincia del Chaco, la pericia psiquiátrica del doctor (Ramiro) Isla y también las verdades del circo mediático armado por la defensa que el forense Rodríguez se encargó de aclarar, como así también el doctor Gurman.
Repito... ya lo dimos todo, ahora es el momento de seguir confiando que la Justicia existe, el Tribunal hará su trabajo y tomará una decisión. En Charata hostigaron, torturaron y llevaron a la muerte a mi hijo Leo Bravo.
¡Pedimos Justicia! ¡Pedimos que se asegure la no repetición de estos hechos! ¡Nunca Más es Nunca Más!”
Intimidación
El sábado la familia y quienes reclaman justicia por Leandro Bavo recibieron la noticia de que una de las personas que atestiguaron en el juicio, relatando parte de los hechos, fue “intimidada por un grupo de hombres”. La familia difundió un mensaje claro: “Alertamos a los medios a difundir este hecho y dejamos constancia de que cualquier situación de gravedad que le ocurra a éste u otrx testigo hacemos responsables a la Policía y la Justicia de Charata. A pocos días de los alegatos y sentencia final decimos: Justicia por Leandro Bravo; fue tortura seguida de muerte; fue la Policía de Charata; basta de impunidad”.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario