Pasaron dos meses del feminicidio de Celinda en manos de su expareja. La familia sigue clamando justicia con el temor que “sea un caso más que quede en el olvido, como varios que por negligencia y complicidad, quedan sin sentencia, dejándolos libres”.
Jueves 27 de junio de 2019
Foto: Redes sociales
Pasaron dos meses del feminicidio de Celinda en manos de su expareja. La familia sigue clamando justicia, con el temor que “sea un caso más que quede en el olvido, como varios que por negligencia y complicidad, quedan sin sentencia, dejándolos libres”, señalaron.
Su nombre era Celinda Helen Panozo Arancibia, la única mujer de tres hermanos que estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad Salesiana, acababa de ganar una beca con la que se iría a estudiar a Estados Unidos. El 27 de abril, en inmediaciones de la calle Tarija de la ciudad de La Paz, en la madrugada su ex pareja decidió acabar con su vida.
Días después, arrestaron al feminicida. El Juez Cautelar lo derivó al penal de Chonchocoro, mientras “no solo que no demostraba arrepentimiento, sino además se mofaba de nuestro dolor”, señaló la madre de Celinda. Y después de 2 meses, no saben cuándo terminará este calvario de “mendigar justicia ante las autoridades quienes no les muestran interés en dar respuestas, ni dar una sentencia definitiva”.
Con Celinda se suma una compañera más a lista de feminicidios, una compañera más que es víctima de la violencia machista, una familia más que clama justicia y 30 años de cárcel para el feminicida, una familia más que tiene que ser parte de este sistema de impunidad que otorga la Fiscalía, los jueces y la policía, quienes supuestamente tienen el deber de proteger a las víctimas, pero naturalizan la impunidad como se han venido a ver en los casos de feminicidio que solo en éstos primeros meses del año ya superan las 60 compañeras, pero también en los casos de violaciones de mujeres, niños y niñas, en acoso sexual, y bastas formas de violencia patriarcal.