Val Carbone presenta una nueva obra en la que suelta reflexiones sobre la vida que llevamos en las grandes urbes. Conversamos con el cantautor sobre este cuarto disco y sus planes inmediatos.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Lunes 30 de septiembre 12:00
Sin ninguna presión ni apuro, a su ritmo y con sus tiempos, el cantautor Val Carbone lanzó en estos días su nuevo trabajo, Camino a Nunca Jamás, el cuarto que se inscribe dentro de su proyecto OHGBlues. Ese ritmo, que contrasta con la catarata de producciones con las que bombardea la industria musical, parece una forma de responder al agobio al que empuja el frenetismo que se vive en este tramo del siglo XXI que nos toca transitar, donde transcurrimos velozmente entre moles quietas que estructuran nuestro paisaje diario. De pronto, sin ninguna pompa de anuncios grandilocuentes, este lindo disco de canciones que ponen a la melodía en el lugar central apareció en todas las plataformas digitales. Val Carbone trabaja sus temas como un orfebre y los comparte cuando ya está pulido hasta el último detalle: el resultado, lógicamente, es una obra convincente, vívida y cálida, que cumple con la propuesta tácita de hacernos una pausa para simplemente tomarnos un respiro de la enajenación cotidiana.
Aunque no hay un horizonte inmediato de presentaciones, que a su debido tiempo llegarán, el lanzamiento reciente constituyó una buena ocasión para volver a charlar con Val Carbone: La Izquierda Diario se comunicó para desmenuzar cómo se pergeñó Camino a Nunca Jamás y consultar sobre los planes futuros de OHGBlues.
LID - Lanzaste flamante disco titulado Camino a Nunca Jamás, lo que inspira una idea de utopía ¿Qué nos podés decir del nombre del disco? ¿Dónde quedaría Nunca Jamás si existiera?
VC - El título del disco está inspirado en una idea que aparece en el último tema del álbum (que por eso incluso lleva el mismo nombre, “Camino a Nunca Jamás”). Es obvio que hay una referencia a la historia de Peter Pan aunque el tema en sí no habla de la historia de Peter Pan sino que el personaje de la canción de alguna manera lo toma como referencia para explicar su actitud. Y es una referencia y al mismo tiempo pienso que habla acerca de la coherencia, de la inocencia, todas esas cosas con las que en general las personas nacen y no desean abandonar en el transcurso de su vida. A veces pasa que, en el transcurso de una vida, un ser humano por su andar en la sociedad o con sus intereses con las cosas que les pasan, pierde los valores o ideales que tiene. Y probablemente la canción hable de que “ir a Nunca Jamás” es como buscar un lugar donde esos valores se puedan conservar o incluso vivir con personas que también los conserven. Así que sí, evidentemente es una utopía, y no creo que exista lugar en la sociedad que conserve esa utopía, pero sí que esa utopía puede marcar la conducta, puede marcar el derrotero de las personas, como un deseo de compartir con otros esa forma de ser, no perder los valores, no perder las buenas ideas, las buenas maneras y resistirse a una sociedad que trabaja en contra de eso. De hecho, la simbología de la portada creo que lo refleja porque -si uno mira la portada- son personas que van hacia un lugar, que supuestamente van a Nunca Jamás, pero no es una persona sola, sino que van varias. Entonces, es como que transmite la idea de una búsqueda compartida.
Este estreno es el cuarto disco de OHGBlues ¿Qué lo distingue de estos trabajos previos?
Probablemente lo que diferencia a este cuarto álbum de los anteriores es que tiene grabaciones más contemporáneas, o sea, las composiciones son más de esta época. En los otros discos hay muchas canciones que están hechas hace tiempo (algunas, otras no tanto, pero que en definitiva no fueron hechas en esta época). En este caso, la mayoría de las canciones fueron hechas ahora en este último año y probablemente reflejen más la actualidad del compositor, así que yo pienso que esa es una de las diferencias. La otra cosa es que en este disco lo que se buscó es pulir un poco lo que se vino haciendo con los tres discos anteriores en cuanto a formas de producir, en cuanto a estéticas que ya están en los otros discos pero que se buscó, de alguna manera, perfeccionar. Me gustó la idea de profundizar en algunos puntos, por ejemplo el tema de los coros, el tema de los arreglos, hay un poquito más de riesgo. Hubo un poco más de riesgo en cierta clase de arreglos que eran complicados y que pudimos sacar adelante. En fin, para mí ha sido un desafío hacerlo porque tratamos de ir un poquito más allá de lo que habíamos sido en las anteriores producciones. Así que pienso que eso sí es lo que diferencia a este disco de los anteriores. Es contemporáneo y como que hay más riesgo estético, por decirlo así.
Cuando charlaste con La Izquierda Diario hace un tiempito nos contabas que OHGBlues es más un proyecto musical que una banda pero que podría configurarse como banda en algún momento ¿Estás pensando en darle esa forma? A la hora de grabar ¿Recurrís a otros músicos o vos tocás todos los instrumentos?
Viste que había alguien que decía que “la vida es lo que te pasa cuando estás haciendo otros planes”, ¿no? O sea, yo tenía toda la intención de armar una banda para apoyar el proyecto musical y que el proyecto musical se convierta en una banda, pero no se dio, no encontré los huecos de tiempo para hacer eso. En algún sentido tuve que elegir. Si me planteo dentro de los tiempos que tengo para este proyecto, me planteo ponerle mucha fibra a las grabaciones o buscar la experiencia de la banda, que yo ya la tuve con Oro Negro. Por supuesto que a nivel de presentación del proyecto, yo sé que es mucho más fuerte para la gente la idea de una banda, pero también es cierto que las grabaciones son lo que queda. El buscar lo mejor de una canción o una grabación finalmente es como decir “Tengo algo que si sale bien va a quedar en el tiempo”. Entonces un poco elegí darle bolilla a la grabación, o sea elijo utilizar el tiempo para optimizar todo lo que esté referido a las grabaciones y que por otro lado, las grabaciones son algo cotidiano, son metódicas ya que una vez por semana yo grabo. Para mí hoy es lo central, y es lo interesante y además no deja de ser una experiencia. Entonces creo que eso es a lo que le estoy dando prioridad. No grabo solo, sí tengo a veces músicos y en este momento quienes graban en OHGBlues son Martín Di Lacio, que hace toda la parte de bases -batería, bajo, teclados- y yo hago guitarras y voces, aparte del tema de la composición. Martín es el productor musical y yo soy quien provee el material.
Se percibe una unidad conceptual en Camino a Nunca Jamás: tanto el arte de tapa como la temática de varias canciones (empezando por “Mole quieta”) están atravesadas por la ciudad y los avatares que nos plantea vivir en grandes urbes ¿Qué cosas te fueron movilizando a componer por ese lado?
Con respecto a este punto, es cierto que hay una temática en las canciones acerca de la vida en las grandes urbes, la ciudad. Como comenté antes, seguramente es porque es mi actualidad. Sin duda refleja algún cansancio de lo que pasa en la ciudad, es alguna reflexión, alguna preocupación. Alguna cosa que uno ve en el paso del tiempo que no solamente no se modifica sino que se profundiza y me interesa reflejarlo. O sea, lo reflejo como una reflexión, como una molestia, como una expresión. Pienso que las ciudades son opresivas, que las ciudades son instrumentos, entre comillas, del poder. Entonces, obviamente siento la presión como la sienten todas las personas y probablemente eso sea lo que se refleja en el disco. No fue buscado tampoco, sino que salió así.
En una entrevista radial del año pasado contabas que el mar es un elemento muy presente en tu obra, en este disco por ejemplo aparece en “Sin resignación” ¿por qué motivos te inspira?
Con respecto a esto es interesante esa contraposición de la urbe y la naturaleza. Y pienso que a mí de la naturaleza probablemente lo que más me despierta curiosidad y sensaciones es el mar, sin duda, porque es evidente que nos recuerda que vivimos en un entorno mucho más grande que nosotros y que nos contiene… El mar tiene eso. Es una fascinación probablemente, y no es que yo te pueda explicar por qué me inspira sino que simplemente me pega esa sensación de estar cerca de un océano o en el mar o navegando. En fin, es como darse cuenta de que uno es pequeño y obviamente que eso pasa con otros contextos naturales, pero con respecto al mar, por eso aparece mucho, sin duda.
Esta semana estrenaste un muy buen video del tema “Esta no es la realidad”. Teniendo en cuenta que tenés una trayectoria en el ámbito audiovisual ¿También es creación exclusivamente tuya o es un trabajo que desarrollás en equipo con otras personas?
El video lo hicimos con la gente que me acompaña en la parte de redes y que aparte mete mano en todo lo que es lo visual y se trata de Laura Roa (lauraroa.redes) que en general me lleva las redes sociales y que en el caso del video estuvo interviniendo en la concepción del video. El vídeo está hecho con inteligencia artificial, pero no lo trabajé exclusivamente solo, sino que un poco lo desarrollamos a medias, porque también Laura tiene habilidades como escritora, así que pudimos llevar adelante una buena idea con el vídeo y encontramos buenas herramientas en el caso de la inteligencia artificial así que estamos tratando de aprovecharlas para contar algo que acompañe el lanzamiento de los temas.
Claramente en el proyecto de OHGBlues no hay intencionalidad comercial ¿Qué ventajas y qué dificultades te plantea la independencia artística?
Cuando era joven, como mucha gente, buscaba el apoyo de alguna compañía discográfica. En fin, porque claro, a diferencia de ahora, sin ese apoyo no se podía grabar, no se podía hacer prácticamente nada. No lo conseguí, pero no hay problema ya que hoy en día disfruto mucho y de verdad que no pienso en ningún momento darle una intencionalidad comercial al proyecto. Por supuesto que es una actividad paralela a partir de otras actividades que tengo, pero es una actividad paralela super importante para mi. Las dificultades son obvias y la economía no pasa por este proyecto, que no hay problema, y la ventaja es total libertad creativa. Puedo hacer lo que tenga ganas de hacer, no tengo que pensar si lo va a escuchar una persona, si lo van a escuchar cien mil. Me gusta tener feedback, me gusta la idea de que haya personas que lo escuchen y que disfruten del material, pero no es por donde pasan las cosas. Me parece muy triste porque lo he escuchado de parte de músicos decir que no quieren grabar discos porque las grabaciones de discos no rinden económicamente, así que no tiene sentido. Y lo he escuchado de músicos conocidos, entonces la verdad que me impacta un poco. Y ahí volvemos al tema del principio, de por qué se llama Camino a Nunca Jamás el álbum. Me parece que eso también es ir a Nunca Jamás, es decir, por qué yo tengo que posponer ser un artista porque la sociedad no me rinde económicamente. Es una falsa alternativa. Yo no tengo ese problema. Tengo otros, pero ese no. Así que esto está bueno y claramente lo voy a seguir teniendo así al proyecto.
Solés contar que tus influencias son clásicas, empezando por los Beatles, Dylan, Pink Floyd… ¿Hay artistas o bandas nuevos que te parezcan destacables?
Me encantaría decir que hay bandas nuevas o artistas nuevos que me llamen la atención. De verdad que me encantaría, pero no pasa, sinceramente. Probablemente sea negligente, sea una negligencia mía, pero no lo encuentro. Sí encuentro destellos de cosas, o sea, artistas que me gustan mucho, que de vez en cuando sacan algo, gente grande. Tanto afuera de Argentina como dentro de Argentina, la ausencia de músicos fundamentales en la Argentina, porque ya no están, como el caso de Spinetta, por ejemplo, que uno lo sigue revisitando o artistas como Neil Young, que siguen sacando cosas aunque no con la intensidad de antes, pero siguen sacando cosas. En fin, nuevos artistas no, a lo mejor no di con ellos.
¿Estás planificando presentaciones de Camino a Nunca Jamás?
Sí. Estoy planificando hacer alguna presentación a fin de año, a principios del año que viene, aprovechando un poco el verano de Argentina. Estoy intentando, estoy en conversaciones para ver si existe la posibilidad de hacer algo el año que viene en España, hacer alguna presentación, probablemente por Madrid o por Barcelona y después seguir difundiendo este material al igual que el resto, así como seguir trabajando con nueva música. Para mí grabar se ha convertido en una rutina así que tengo intención de seguir con esa rutina porque de verdad que, probablemente de todo el conjunto de cosas que uno hace, es una de las cosas que más me hace feliz y también aprovecho para agradecer a las personas que me están acompañando como Laura Roa, que me está apoyando con la parte de redes y en la concepción artística de los videos musicales, el caso de Belén que me está apoyando muchísimo con el tema de prensa y Martín Di Lacio que es un genio en la producción y que de verdad es muy importante en este proyecto porque de alguna manera hace posibles muchas ideas que le voy llevando, así que seguiremos adelante “camino a Nunca Jamás”.