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Red Internacional
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Cultura. Radio Olmos, el verdadero rock de la cárcel

En 1993, por iniciativa del productor Alejandro Taranto y del ex futbolista y amante del heavy metal, Norberto “Ruso” Verea, se llevo a cabo el 17 de agosto, un concierto en la penitenciaría Lisandro Olmos de Buenos Aires. Quedó registrado en un disco en vivo, titulado finalmente como Radio Olmos.

Jueves 29 de marzo de 2018 00:00

Este evento, dedicado a los internos del penal, quienes presenciaron los distintos conciertos de las respectivas bandas, de manera callada y controlada (siendo rodeados por abundantes guardias armados), produjo un álbum memorable que sin duda dejó su huella en la historia del rock de Argentina en una década tan intensa como la de los años 90s. En esa década pasó de todo: menemismo, despidos, desigualdad social, pos modernidad, enriquecimiento ilícito por parte de las empresas nacionales y extranjeras, privatizaciones masivas, etc.

Historia

El Ruso Verea, quien llevaba años transmitiendo música heavy metal en la Rock&Pop, decide crear y presentar un festival de rock con temática carcelaria y convocar a los máximos representantes del rock pesado de la escena nacional ese momento.

Las bandas que finalmente quisieron participar, fueron: Hermética, Lethal, Massacre, Pilsen, Attaque 77 y A.N.I.M.A.L. También como sorpresa, participó la banda inglesa de punk U.K. Subs, en su primera visita en Argentina.

La temática era que solo los presos que tenían buena conducta, pudieran disfrutar de un concierto de rock en el patio del penal, así de simple. Sin embargo, no fue nada fácil de convencer a las autoridades. Estas se resistían a que bandas como Hermética, cantaran canciones con letras que hablaban de la libertad fuera de la prisión.

A pesar de ello, las autoridades les dieron el OK a los productores y el concierto se llevó a cabo. Además de los presos y los uniformados, varios civiles, periodistas, y fanáticos de las bandas, se agolparon en las instalaciones de la penitenciaria, para un concierto, que en ese entonces, era inusual en Argentina. Uno de los pocos antecedentes de recitales en cárceles, fue el del emblemático cantautor Johnny Cash en Folsom Prison (1968) y el de León Gieco en Paraná en la Unidad Penal Femenina N°6 Concepción Arenal (1982).

Canciones contra el sistema

Lo que las autoridades no esperaban, es que las canciones de las bandas tendrían temáticas como fugarse, persecuciones, en contra de la represión policial o incitación a matar policías.

Aquí la lista de las canciones interpretadas:

• Rompiendo el silencio (Lethal)
• Sucio y desprolijo (cover de Pappo, Lethal)
• Robo un auto (Hermética)
• Ideando la fuga (cover de V8, Hermética)
• Nuevo día (Massacre)
• Stepping Stone (Massacre)
• Cop Killer (cover de Body Count, A.N.I.M.A.L)
• Hijos del Sol (A.N.I.M.A.L)
• Here come Alex (U.K.Subs)
• Warhead (U.K.Subs)
• Cucarachas para el desayuno (Pilsen)
• Represión (cover de Los Violadores, Pilsen)
• Sola en la cancha (Attaque 77)
• Espadas y serpientes (Attaque 77)

La expectativa fue enorme: los presidiarios no solo cantaban, también se sentía identificados con las letras, ya que en el contexto de encierro, muy pocas veces se han dado este tipo de espectáculos, por lo que no estaban acostumbrados a que artistas hablaban de la dura realidad carcelaria.

Se pensó en realizar una película para promocionar el evento. Aun que se grabaron algunas escenas de las bandas tocando y Verea siendo entrevistado, nunca se llegó a concretar, por lo que aún permanecen inéditos. Tras finalizar el concierto, vendrían los problemas.

Tras presentarse, los miembros de las bandas fueron llamados por las autoridades del penal, para responder algunas preguntas sobre el contenido de sus canciones. Quienes más fueron interrogados, fueron los miembros de A.N.I.M.A.L, el productor Alejandro Taranto y Norberto Verea; ya que el director le pareció incorrecto.

En una entrevista años más tarde, Taranto diría: “El director del penal se nos acercó a Verea y a mí y nos dijo ‘Miren que yo hablo perfectamente inglés y sé lo que están cantando’… Recuerdo la cara del Ruso cuando le respondí al director ‘Ah, qué bien que usted habla inglés… igual aquí nadie debe entender lo que están cantando’, y nos reímos. Y no pasó nada y todo siguió con normalidad”.

Lo que este festival generó, fue que los internos pudieran disfrutar de la música, a pesar de las duras condiciones de la cárcel, en su mayoría sobre poblada, con hacinamiento y sumado al maltrato físico-psicológico por parte de la policía, hicieron que pudieran encontrar la libertad, aunque fuera por un rato.

El disco completo: