De fondo, ante la debacle de la Lista del Pueblo, hay un conglomerado que no dio el ancho, en el sentido de que no fue capaz de hacerle frente a las presiones del régimen político y en particular a la derecha.
Lunes 6 de septiembre de 2021
Sin duda es absolutamente rechazable la crisis que se le abre a Rodrigo Rojas, por haber usufructuado políticamente de un drama de millones de personas que somos usuarios reales del sistema público de salud. Su crítica a la salud de mercado es real, sin embargo, que él haya mentido con su situación, no niega esta tremenda realidad de personas que mueren en listas de espera por no tener la capacidad financiera de pagar por su salud. Por eso nosotros luchamos consecuentemente por acabar con los mercaderes de la salud, por un sistema único, público y de cobertura universal, para que sobrevivir no dependa del tamaño de nuestros bolsillos.
La derecha rasga vestiduras con este tipo de hechos, buscando dañar y desmoralizar no solo a la lista del pueblo sino a sus electores, a los sectores del pueblo, los trabajadores, mujeres y juventud que confiaron en ellos como alternativa política a los partidos de los 30 años, para de ese modo intentar convencerles de que la derecha puede ser una alternativa de gobierno. Esto no lo podemos permitir, la derecha y la ex concertación no solo han mentido y robado, sino que tienen sus manos manchadas con sangre obrera, mapuche y de la juventud, por lo tanto su sinverguenzura para enfrentar este tema no tiene nombre.
Por eso ante la debacle de la Lista del Pueblo, la respuesta de la izquierda revolucionaria tiene que ser más decidida aun. Esto no es el fin para las aspiraciones de cambio y transformación social, es un capítulo más del fin de la Lista del Pueblo, un conglomerado que no dio el ancho, pero en el sentido de que no fue capaz de hacerle frente a las presiones del régimen político y en particular a la derecha.
Se subordinaron al acuerdo por la paz, echaron al tacho de la basura la oportunidad que tenían de fortalecer la lucha por la libertad de las y los presos de la revuelta desde las tribunas constituyentes que conquistaron, aceptaron la presencia de Arancibia en la comisión de derechos humanos, comprándose el falso discurso democrático de la derecha y por esa vía dándole la espalda a las miles de familias victimas del terrorismo de Estado en Chile, tanto durante la dictadura de Pinochet como durante el gobierno criminal de Piñera. Y esto último no puede reducirse a la discusión de que si Rodrigo Rojas Vade tiene que seguir o no en la convención, y más aún, quienes debieran renunciar al poder del Estado son Arancibia, Piñera y todos sus secuaces, autores intelectuales y responsables políticos de gravísimos crímenes de Lesa humanidad.
Esta polémica aunque sin duda es necesaria dar, debido al alcance público que posee no puede tapar el problema de fondo de esta coalición política de “independientes”, que es que al llegar a la convención se hayan subordinado absolutamente a los poderes constituidos y que hayan intentado convencer a los sectores que confiaban en ellos y ellas que mediante el consenso con el Frente amplio y el PC y la subordinación a la derecha, podríamos conseguir las demandas de la rebelión.
Las demandas motoras de la rebelión, como sueldos dignos, salud, educación, pensiones etc. aun no las conquistamos, y más aún, se han agudizado por la pandemia y el manejo proempresarial que Piñera contando con el beneplácito de toda la izquierda reformista han llevado adelante. Por eso más que desmoralizarse y no saber “en quien creer” lo que necesitamos es confiar en nuestras propias fuerzas, mediante la autoorganización y la coordinación desde las bases, tal como lo hicimos durante la rebelión, pero no solo con eso, también es necesario levantar una alternativa política totalmente independiente de los empresarios y los partidos de los 30 años, como el Frente por la Unidad de l@s Trabajador@s, que desde el PTR y otras organizaciones venimos levantando en varias regiones del país.
Un frente que no se subordine a las cocinas parlamentarias y que ponga en el centro fortalecer la lucha en las calles, la necesidad de articulación y recuperación de los organismos estudiantiles y sindicales hoy en manos de una burocracia de militantes de los partidos de la ex concertación, el pc y el fa, que además han mantenido una tregua vergonzosa con Piñera y los grandes empresarios, para ponerlos a disposición de unir y fortalecer las luchas y sectores hoy desarticulados.