Desde el regreso a clases presenciales se notó la fuerte crisis en la que se encuentra la educación pública, una crisis que no es de ahora sino que se arrastra hace años pero que ningún gobierno se ha hecho cargo. La pandemia profundizó una brecha educativa y los establecimientos educativos se encuentran en condiciones de abandono. A un año del gobierno de Boric, esta crisis continúa.
Martes 14 de marzo de 2023
El año pasado, volvimos a clases presenciales con establecimientos educacionales en condiciones de abandono, con una deserción escolar importante e histórica, en la que se demostró que quienes tenían más recursos económicos pudieron seguir avanzando en su proceso educativo, en cambio las familias pobres y trabajadoras más precarias que tienen a sus hijos en las escuelas y liceos municipales, padecieron un retroceso en sus habilidades y recepción de enseñanza-aprendizaje.
Debido a esto, es que hubo una serie de movilizaciones regionales y en la capital, de trabajadores de la educación y estudiantes secundarios, donde se manifestó los problemas de infraestructura con aulas en condiciones de hacinamiento, sin cortinas, con cañerías colapsadas y falta de baños, con problemas de acceso a internet y herramientas tecnológicas, con falta de contratación de trabajadores de la educación tanto para cubrir licencias médicas como trabajadores de planta. Así como la violencia escolar, que fue un tema importante debido al aumento de violencia intrafamiliar, y problemas cotidianos de las familias durante la pandemia, que desahogaron presencialmente en las escuelas y liceos.
Estas demandas se manifestaron a través de paralización y movilizaciones, donde en Antofagasta desarrollamos una lucha desde los autoconvocados dado los obstáculos de los dirigentes del CdP, demandas que siguen no resueltas. A semanas de ingresar a clases este 2023, notamos que siguen existiendo problemas de infraestructura, hacinamiento, de conexión a internet y acceso a aparatos tecnológicos, etc. Lo que nos deja ver que las promesas se han quedado en eso: discursos ilusorios que no se cumplen en la realidad. Tenemos un Ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, que ha prometido cambios que no se han llevado adelante ¿Será solo un problema de voluntades? ¿Qué pasa con los recursos para educación pública?
Impactantemente nos encontramos con que el presupuesto educativo para el 2023, aumentó en sólo un 4,6% en relación al presupuesto anterior, un aumento miserable para las precarias condiciones y crisis en la que se encuentra la educación pública en este regreso presencial a clases. Las prioridades están más puestas en otorgar recursos a las policías y militares para continuar la agenda represiva de Piñera, en vez de lo importante que es que hoy no se quede ningún estudiante sin poder estudiar y que sea en condiciones acordes a las necesidades.
En Antofagasta, ya no existen cupos de matrículas para primero medio, los casi 39 mil alumnos ingresados en el sistema escolar municipal sobrepasan la cantidad de recintos educativos disponibles para solventar la alta demanda de matrículas y hay una espera de horas de más de 2.000 personas para obtener una matrícula en CMDS (la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Antofagasta). Existe un atraso en la construcción de nuevos establecimientos educacionales, la única salida que dan es instalar contenedores como aulas de clases para cubrir la necesidad de matrículas. Pero esto no soluciona el problema, ya que siguen sin contratar profesores, asistentes de aula, de la educación, trabajadores del aseo, es decir, no hay ninguna salida urgente estructural.
Daniela Avilés, profesora de la Escuela Padre Patricio Cariola, dirigenta del SIPPE (Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación) y parte de la agrupación Nuestra Clase, comentó para Antofagasta TV: “Es urgente un plan de construcción de escuelas y de mejoras de la infraestructura, porque nosotros no podemos permitir trabajar en hacinamiento, con este calor que hace en estas fechas, nuestras salas de clases ni siquiera cuentan con cortinas como corresponde para recibir a nuestros estudiantes (...) nos quieren llenar de estudiantes las salas de clases, sin importar cuántos estudiantes necesitan atención de terapeutas”.
Un plan de obras públicas para la construcción de infraestructura de manera urgente, es algo que debería ponerse como central, así como todo el resto de problemas que enfrentamos que también incluye el autoritarismo en las escuelas y liceos, que han puesto a disposición y despedido a trabajadores de la educación solo por persecución. Más de 46 familias de trabajadoras honorarios sin pago en enero y febrero este verano, dejando sin estos profesionales a estudiantes que llevaban adelante una continuidad pedagógica y de tratamiento.
Para esto, las direcciones sindicales y gremiales del Colegio de Profesores deben romper la tregua con el gobierno y pasar de los discursos a la acción, convocando a asambleas de base en todas las escuelas y liceos con horarios protegidos para intercambiar posturas y resolver un plan de acciones que permitan, no solo hacer movilizaciones por hito, sino que unificarnos a nivel nacional contra esta crisis educativa. Hoy, se mantienen en una pasividad que ha hecho retroceder la organización sindical y gremial, estando cada vez más adaptados al agobio laboral que nos imponen y, por ende, aceptando estas condiciones de miseria.