En la conferencia mañanera de hoy, el presidente López Obrador pidió a la audiencia y al pueblo de México un año más para que se dé un “cambio por completo” en la realidad de millones de mexicanos.

Yara Villaseñor Socióloga y latinoamericanista - Integrante del MTS - @konvulsa
Viernes 1ro de noviembre de 2019
En la conferencia mañanera de hoy, el presidente López Obrador pidió a la audiencia y al pueblo de México un año más para que se dé un “cambio por completo” en la realidad de millones de mexicanos.
Es en particular la crisis abierta por el operativo fallido en Culiacán contra el hijo del Chapo, Ovidio Guzmán, que destapó la continuidad de la estrategia de seguridad de años anteriores, la que orilló al presidente a dar estas declaraciones.
A 11 meses de gobierno, la mayoría de las promesas de campaña no se han vuelto carne. En el caso del mundo del trabajo, lejos de acabar con el outsourcing, la 4T ha sofisticado los mecanismos de precarización laboral, implementando una Austeridad Republicana cuyos recortes han afectado en primer lugar a trabajadores públicos administrativos, como parte de una política para adelgazar el sector de trabajadores estatales, contando por decenas de miles los despidos.
En el tema de derechos democráticos, lejos estamos de ver el aborto legalizado y garantizado en todas las clínicas y hospitales, pues sectores conservadores de la oposición hacen lo posible por evitar que este derecho elemental avance, gracias a la complicidad del Morena, que se niega a impulsar la movilización en las calles como vía para torcer el brazo de la derecha, depositando la confianza en instancias legislativas donde aun con mayoría del Morena no han aprobado dicho derecho.
AMLO promete que durante su sexenio se acabará la “guerra contra el narco”, cuya extinción afirmada desde Palacio Nacional, se puso en duda con la crisis de Culiacán y la continuidad de los feminicidios dejan claro que la situación es más grave de lo que el gobierno quiere reconocer.
Como salida, AMLO plantea poder crear un nuevo marco legal – una nueva constitución- que contemple todas las reformas que se han aprobado y, por supuesto, también las aprobadas en sexenios anteriores, como la educativa, energética y la laboral, que se mantienen casi íntegras.
Pero nada menciona sobre las causas de origen en el aumento de la violencia y el fortalecimiento de los cárteles del crimen organizado, como son los planes de inversión estadounidenses, aplicados gracias a la subordinación de todos los poderes a los dictados de Washington, y la ilegalidad de las drogas, que permite ganancias exorbitantes para los capos y una excusa para pelear por “la plaza”, llevando a cuestas a miles de “víctimas colaterales”.
La gran pregunta es cómo pretende AMLO desarticular una potente asociación entre el crimen organizado y el Estado y sus instituciones, alianza sin la cual sería imposible “blanquear” las ganancias ilegales del narco, así como funcionar día con día con pleno conocimiento público de las operaciones. ¿Cuál es, entonces, la estrategia del ejecutivo contra el crimen organizado?