En la Ciudad de México únicamente hay cuatro clínicas públicas que brindan servicios gratuitos de interrupción legal del embarazo, pero sólo tres están operando en la emergencia sanitaria actual.

Emilia Macías @EmiliaMacas1
Martes 7 de julio de 2020
A pesar de que el aborto debe ser un derecho, en pleno siglo XXI, sólo en Oaxaca y la Ciudad de México está despenalizado. En caso de violación, está despenalizado en todos los códigos penales, salvo en Guanajuato y Querétaro, donde sólo se permite cuando hay riesgo para la vida de la mujer.
En la Ciudad de México únicamente hay cuatro clínicas públicas que brindan servicios gratuitos de interrupción legal del embarazo, pero sólo tres están operando en la emergencia sanitaria actual: El centro de salud Beatriz Velasco de Alemán, la clínica Mata Lama y Santa Catarina Clínica comunitaria estatal.
También existen clínicas privadas y fundaciones como GineClinic, Consmed Ginecología, Ginecen entre otras que no han interrumpido el servicio del aborto durante la pandemia, pero la mayoría de las mujeres mexicanas no pueden pagárselo, menos en tiempos de pandemia donde la crisis económica ha aumentado.
Y no sólo por una cuestión económica, muchas veces las mujeres están limitadas por presiones familiares y sociales. Es mucho más difícil en estas épocas de aislamiento social. Las mujeres trabajadoras y jóvenes precarizadas son las más afectadas.
Esto lleva a que los abortos clandestinos aumenten y pongan en riesgo la vida de miles de mujeres. El acceso a métodos anticonceptivos y salud sexual en este contexto es todavía menos accesible.
Durante décadas, las mujeres hemos luchado por conquistar nuestros derechos. Uno esencial es el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Y a pesar de que esté despenalizado en Oaxaca y la Ciudad de México, debería ser legal, seguro y gratuito para todas las mujeres a nivel nacional estando o no en medio de una pandemia.
La agrupación de mujeres y la comunidad sexodiversa Pan y Rosas escribe una carta abierta a las mujeres que viven la precarización donde llamamos a organizarnos para hacerle frente a estas condiciones y exigir que la crisis no la paguemos nosotras.