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Red Internacional
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Villa Constitución. Acindar: Acuerdo salarial sin paro pero las amenazas de despidos continúan

La UOM de Villa Constitución logra un acuerdo con Acindar sobre el salario atrasado, desactivando el paro anunciado. Sin embargo, la amenaza de despidos masivos y la lucha contra la reestructuración patronal siguen siendo un desafío para los trabajadores siderúrgicos.

Miércoles 17 de julio 14:30

La UOM de Villa llegó a un acuerdo con Acindar sobre el salario atrasado de los trabajadores siderúrgicos. Con la negociación paritaria que lleva adelante la UOM de Abel Furlán y la Cámara Argentina del Acero liderada por Paolo Rocca, que ya lleva más de 7 meses en la rama 21 y sigue sin resolverse, en Villa Constitución, la UOM de esa seccional había anunciado un paro por tiempo indeterminado con fecha de inicio el lunes 15, mismo día en el que la acería y otras plantas retomaban su producción luego de dos semanas de parate. Se llegó a un acuerdo que contempla la incorporación de un ítem al recibo de sueldo haciendo mención "a cuenta de futura paritaria" y otros puntos a seguir discutiendo de cara a las negociaciones nacionales.

Este acuerdo viene a descomprimir un poco la situación salarial de los siderúrgicos de Acindar, pero no resuelve el problema de fondo que es el plan de las patronales de licuar los salarios, eliminar puestos y nivelar para abajo.

Otra de las cuestiones centrales que pusieron a la seccional en estado de alerta son los anuncios de despidos que realizaron tanto ArcelorMittal Acindar como en Tenaris. Lo hicieron ante la Secretaría de Trabajo y anunciaron que deben despedir a 100 trabajadores de Acindar y 40 del Grupo Techint. Ante estos anuncios, rápidamente se demostró una solidaridad y acompañamiento que trascendió los límites de la ciudad y llegaron muestras de apoyo de distintos gremios, personalidades e incluso una veintena de diputados y diputadas nacionales hicieron llegar su apoyo.

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El freno a la obra pública y la caída pronunciada de la construcción privada, junto a la instalación de nuevas tecnologías, son las excusas preferidas para intentar justificar estos ataques. Es sabido que estas patronales coparon el gobierno para pasar estos planes de ajuste, reestructuración y flexibilización.

La Ley Bases les viene a dar un marco de legalidad a lo que ya están acostumbradas a hacer, por eso se sienten confiadas en avanzar contra los derechos de los trabajadores. Cuentan con el inestimable apoyo y colaboración de las centrales sindicales que dejaron pasar esta Ley sin llamar a enfrentarla en la calle y hoy se sientan a discutir la reforma laboral con abrazos y café de por medio.

Es necesario que las y los trabajadores dejen de ser convidados de piedra y puedan tomar en sus manos la pelea contra las políticas de ajuste.

Cada día se nota más necesario que la pelea sea preparada, que se realicen asambleas en los sectores para confluir en asambleas generales, Congresos abiertos y todo tipo de instancia democrática en la cual las bases tengan voz y voto. Ya se demostró que hay disposición a pelear en la gran marcha del 11 de abril. Hay que repetir esas acciones en conjunto con el resto de la sociedad que también está sufriendo el ajuste. Al plan de guerra de Milei y Rocca hay que contraponerle la más amplia unidad y resistencia desde abajo.

Las nuevas tecnologías deben servir para aliviar el peso del trabajo o la carga horaria, por ejemplo, rebajando la jornada a 6 horas o los días trabajados en la semana. No es lícito contraponer tecnología con puestos de trabajo, pueden convivir perfectamente si se tiene en claro que la ganancia del empresario no es sacramento que no se pueda alterar. La reducción de la jornada, sin afectar el salario, podría generar miles de puestos de trabajo instantáneamente. La tecnología no solo debe ser aplicada para acrecentar la productividad, también para mejorar la calidad de vida de las familias trabajadoras.

A pesar de este reciente acuerdo salarial, las amenazas de parte de Acindar y Tenaris de despidos siguen latentes, el estado de alerta es el primer paso para ponerse en movimiento, pero queda planteada una gran inquietud: ¿cuáles serán los próximos pasos de la UOM para enfrentar estos ataques y defender los derechos de los trabajadores?