La industria nacional reclama flexibilización laboral y devaluación. El regalo de navidad de Acindar. Mientras las desregulaciones del gobierno nacional benefician a las grandes patronales, los industriales reclaman mayores flexibilizaciones laborales y una devaluación que licúe los salarios. En la industria siderúrgica, el ataque se profundiza con vacaciones forzadas y suspensiones, mientras la UOM permanece sin respuesta contundente. Es necesario asambleas y planes de lucha para enfrentar esta ofensiva que apunta contra los derechos laborales y la organización gremial.
Martes 17 de diciembre de 2024 08:21
Una fuerte discusión está cruzando estás últimas semanas entre los industriales y el gobierno.
Las desregulaciones en la importación de bienes y productos manufacturados a bajo costo han encendido las alarmas entre los industriales nacionales, acostumbrados a "pescar en una pecera". Frente a este escenario, ahora exigen la reducción de los costos laborales y una mayor flexibilización de la mano de obra.
Sin embargo, lejos de cuestionar los ejes centrales de la política económica e industrial implementada por el Ejecutivo, las cámaras industriales solo alzan la voz cuando perciben las desventajas competitivas que enfrentarán para colocar sus productos en el mercado.
Reclaman equilibrio de las reglas para poder competir. Traducido esto significa equilibrar para abajo.
Hablan de costos laborales cuando se refieren a los salarios o los derechos de millones de familias que día a día hacen mover la industria. Otro de los reclamos centrales es la eliminación del cepo y la "actualización del tipo de cambio". Piden más devaluación para licuar aún más los salarios.
Los datos publicados por las consultoras y los organismos especializados son claros. Las ganancias acumuladas los últimos años son exorbitante, picando en punta los años de pandemia, dónde aprovecharon para avanzar en implementar 12 horas obligatorias en muchas industrias y en operar con menos personal del requerido. Tal es el caso de nuestros vecinos de Ternium Siderar de Grupo Techint de Paolo Rocca.
Pero el ser nacional de estas patronales hoy se siente reflejado en las políticas del gobierno de Milei y profundizan los ataques a los trabajadores.
En la industria siderúrgica, la caída de la obra pública y de la industria automotriz impactó fuertemente en la producción. Sin embargo, Rocca, el "zar del acero", y la multinacional ArcelorMittal Acindar continúan respaldando, junto a toda la UIA, el plan económico del gobierno. La razón es clara: este les garantiza la posibilidad de avanzar contra las conquistas obreras.
El regalo de navidad de la patronal de Acindar es imponer vacaciones adelantadas y suspensiones a todo el personal de su planta de Villa Constitución.
Incumpliendo varias leyes, otorgó vacaciones sin los correspondientes días de antelación e incluso las fraccionó para que coincidan con sus planes de producción para el 2025. Literalmente consideran que son dueños de la vida del obrero y la de sus familias.
Estas patronales que amasaron fortunas, nuevamente niegan el aumento paritario a los siderúrgicos. La mayoría de los trabajadores de ésta industria están bajo la línea de pobreza y los metalúrgicos bajo la línea de indigencia.
Frente a la ofensiva de la patronal de Rocca y sus aliados, la UOM, comandada por Abel Furlán, no opuso una resistencia a la altura de las circunstancias. Fue permitiendo que los ataques avanzaran uno a uno, escudándose en que el contexto productivo no era el adecuado para enfrentarlos. De este modo, se ha permitido que avancen sobre los derechos conquistados sin encontrar una verdadera oposición.
De este modo fueron avanzando sobre los derechos conquistados sin una verdadera resistencia enfrente. La organización gremial y muchas corrientes políticas y sindicales se hacen eco de la crisis productiva, cubriendo con un "manto de piedad" las agresivas políticas patronales. Hablan de la peor crisis de la historia pero no hablan que los salarios metalúrgicos son los más bajos de la historia, que la precarización ha penetrado en la industria como nunca antes y la eliminación de puestos es una constante.
El ataque que estamos viviendo es político en toda la línea: apunta contra los puestos de trabajo, los salarios e incluso contra la organización gremial de los trabajadores. De este modo fueron avanzando sobre los derechos conquistados sin una verdadera resistencia enfrente. La organización gremial, corrientes políticas y sindicales se hacen eco de la crisis productiva, cubriendo con un "manto de piedad" las agresivas políticas patronales. Hablan de la peor crisis de la historia pero no hablan que los salarios metalúrgicos son los más bajos de la historia, que la precarización ha penetrado en la industria como nunca antes y la eliminación de puestos es una constante. Por eso, es urgente una respuesta política que trascienda las condiciones actuales de producción y las limitaciones que podrían imponer las medidas de fuerza.
Es necesario que en todas las seccionales, sobre todo las que involucran a estas patronales, se realicen asambleas masivas y unitarias entre efectivos, contratados y tercerizados para resolver planes de lucha que permitan demostrar la disposición de los trabajadores a enfrentar estos ataques. Todas las corrientes políticas y las agrupaciones sindicales deben tener como eje la defensa de los intereses de los trabajadores que son irreconciliables con los intereses patronales. Ya no cabe en el Siglo XXI pregonar que si al patrón le va bien, al obrero le va bien. Se sabe por experiencia que es todo lo contrario.