La reunión en el Ministerio Trabajo provincial no logró ningún acuerdo y, por la noche, la asamblea obrera rechazó levantar la medida de fuerza sin la reincorporación de los trabajadores. Desde el miércoles pasado la planta está parada en respuesta a 12 despidos.
Facundo Durán @FakuDuran
Miércoles 8 de julio de 2015
La asamblea de los trabajadores fue nuevamente clara: los despedidos deben volver a sus puestos de trabajo. Durante el día, en el Ministerio de Trabajo no se había logrado acuerdo y amenazaron con la aplicación de una conciliación obligatoria con los despedidos afuera a partir del miércoles. A las 22 hs se presentó la Directiva y la Interna y, con la excusa de que “otras organizaciones” se acercaban a la portería, propusieron hacer la asamblea adentro, lo que impedía que los despedidos participaran. La base se opuso y se fue a los molinetes. Primer triunfo obrero. La propuesta de una conciliación obligatoria con los trabajadores afuera no fue aprobada porque el único objetivo que tiene es que la patronal pueda volver a producir y los trabajadores no puedan realizar medidas de fuerza. Otro triunfo para la base que no quiere ceder. Pero la conducción no ofrece alternativas y maniobró para que sea una junta de delegados la próxima en reunirse, sin convocar a una nueva asamblea. La fuerza que tiene el conflicto reside en que son las bases las que resuelven democráticamente y así debe seguir siendo.
La patronal mantiene una línea de ataque duro. Este domingo sacó una solicitada en los medios defendiendo los despidos. Carlos Vaccaro, gerente de Asuntos Externos de Acindar, graficó el carácter antisindical del ataque: “Se está negociando con el gremio la salida de seis personas porque creemos que no deben estar en la compañía (…) No es el primero (el paro) que hemos tenido en el año (…) tenemos que ser cada vez más rentables, más competitivos y no podemos permitir estas actitudes”. Pero las plantas que dependen de la producción de palanquillas que se fabrican en Villa Constitución están sin materia prima para producir y se pararían en las próximas horas; por eso la urgencia patronal de conseguir una Conciliación que levante el paro.
El ataque de Acindar tiene como objetivo terminar con la práctica de los trabajadores que defienden sus conquistas y a los contratados con el método de la asamblea y el paro. Quieren borrar esta tradición. Buscan a la vez imponer un plan de ajuste, reduciendo los puestos y aumentando la flexibilización, que lleva a cada vez más accidentes. Luciano Molina, delegado de Acería, señaló que “la Conciliación con los trabajadores afuera es una trampa que hay que rechazar, porque solo busca aislar a los compañeros despedidos. Y ésto solo debe ser resuelto en asamblea; no en la Junta de Delegados donde tiene mayoría el sindicato y donde los trabajadores y los despedidos no pueden hablar. La Interna debe dejar de vacilar y ponerse al frente. Se puede ganar, pero hay que rechazar la conciliación tramposa, mantener el paro, sacar el conflicto a la calle con la movilización y preparar un corte de autopista para que en todo el país se enteren de que en Villa la multinacional de Acindar despide a los que defienden sus derechos”.