Entrevistamos a Farid Reyes, economista y militante del MTS de la FES Acatlán sobre la coyuntura política que vive el país y las perspectivas para la izquierda socialista.
Miércoles 18 de enero de 2017
DJ: ¿Cuál es tu visión del movimiento que recorre el país contra el gasolinazo y Peña Nieto?
FR: Es una expresión del enorme descontento que recorre a amplios sectores de la sociedad mexicana, de la clase trabajadora y de los sectores populares. Desde que subió al poder Peña Nieto encontró fuertes protestas, ahora esta situación tiende a generalizarse y a extenderse a nivel nacional. En lo inmediato, no hay forma para que el gobierno recupere la confianza perdida.
DJ: ¿Puede realmente este movimiento derrocar al gobierno de Peña Nieto?
FR: Me parece que dependerá fundamentalmente de dos cuestiones: por un lado que el movimiento tenga la capacidad de articularse y “golpear juntos”, es decir que las múltiples protestas que recorren el país se coordinen, desde los pueblos originarios que luchan por su territorio contras las trasnacionales hasta los trabajadores de la ciudad que viven la precarización laboral o los estudiantes que ya han enfrentado a este gobierno en otras ocasiones; por otro lado para pensar en que el gobierno caiga hay que entender que el sector que lo puede poner en jaque es la clase trabajadora, encabezando al conjunto del pueblo oprimido y explotado. Ya hemos visto que maestros, mineros, telefonistas y petroleros comienzan a sumarse, pero es fundamental que los obreros industriales y los trabajadores de conjunto se sumen a esta lucha, enfrentando a la burocracia sindical que los inmoviliza, discutiendo como sumarse en asambleas en los centros de trabajo y organizando medidas de fuerza como un verdadero paro nacional, combativo y con movilización en las calles. Este paro debe ser el primer paso en el camino de preparar una Huelga General Política hasta que caiga Peña Nieto.
DJ: ¿Cómo ves el rol de Morena, el EZLN y la izquierda en esta coyuntura?
FR: Millones de personas ven en López Obrador una oposición consecuente al gobierno y a los partidos que eran parte del Pacto por México. Sin embargo, la dirección del Morena busca conciliar los intereses de los grandes empresarios con los del pueblo trabajador, eso es imposible. Es un partido que se apuesta a ser la nueva pata izquierda del régimen mexicano, por ello busca desviar el descontento hacia una salida electoral, no obstante miles de personas que integran su base se han sumado a las protestas, a las asambleas populares, a las marchas, hay disposición a luchar pero su dirección los frena. El propio Obrador por ejemplo ha dicho que no debe renunciar Peña Nieto para no afectar la “gobernabilidad”.
El EZLN por otro lado cuenta con la simpatía de amplios sectores. Nosotros partimos de defender a las bases zapatistas ante toda agresión del estado y las fuerzas represivas. Sin embargo, su dirección no se ha pronunciado ni ha convocado a acciones en medio de esta coyuntura de movilizaciones contra el gobierno. La dirección del EZLN prefiere aislarse en sus comunidades autónomas; sin embargo esto termina siendo en contra de la lucha por las propias demandas indígenas, ya que lo fundamental es impulsar la unidad obrera, campesina e indígena contra el gobierno. No obstante lo que es una realidad es que hay una enorme politización en amplias franjas de la juventud y de la clase trabajadora, me parece que la situación política abre grandes posibilidades para que emerja una izquierda revolucionaria que se plantee enfrentar a los capitalistas y a sus gobiernos.
DJ: ¿Y la llegada de Trump? ¿Cómo crees que afecte al pueblo trabajador mexicano?
FR: Sin duda no podemos esperar nada bueno de este millonario racista y misógino. La economía y la política en México están subordinadas a Estados Unidos, lo estaban en la era de Obama, que fue llamado el “Deportador en jefe” por haber batido el récord en deportaciones en sus dos administraciones (2.8 millones) y un presidente como Trump va a significar una relación mucho más agresiva, hay que salir a enfrentarlo. Ahora bien, es importante tomar en cuenta que la llegada de este presidente hace que miles de personas entiendan la importancia de movilizarse, tanto en Estados Unidos como en México y en el mundo. Quiero decir que si bien se esperan fuertes ataques, también habrá fuertes respuestas.
En este sentido es fundamental fortalecer a una izquierda anticapitalista y socialista que luche contra la opresión imperialista y se disponga a organizar a la clase trabajadora, que hoy en día se ha multiplicado por millones y levante una estrategia para la toma del poder por parte de los explotados y oprimidos, para reconstruir la sociedad de forma que nos convenga a la inmensa mayoría.