Los ingresos no alcanzan y se reemplazan los alimentos más caros. Un 48 % de los encuestados disminuyó el consumo de carne, también se redujeron lácteos y medicamentos. La inflación no da tregua.
Lunes 11 de marzo de 2019 23:28
El asado de los domingos se volvió un bien de lujo al que pocos pueden acceder. Un 48 % de los participantes de una encuesta disminuyó el consumo de carnes, el 35 % el consumo de lácteos, 24 % frutas y verduras, 44 % gaseosas, jugos y soda, 63 % salidas y esparcimiento, 41 % combustible, 23 % medicamentos y 15 % fideos, harinas y arroz.
Los datos alarmantes fueron relevados por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) y el Instituto Proyección Ciudadana a través de una encuesta realizada en el área metropolitana (CABA y GBA) donde se consultó por los cambios recientes en los hábitos de consumo.
A cada uno de los encuestados se les preguntó si redujeron, mantuvieron o subieron el consumo de lácteos, carnes, frutas y verduras, gaseosas, jugo y soda, salidas recreativas, combustible y medicamentos.
Durante los meses de diciembre y enero, siguió la caída en el consumo especialmente en carnes, combustibles y recreación.
Por su parte, sólo el 9 % de los encuestados aumentó el consumo de lácteos, 9 % de carnes, 9 % gaseosas, jugos y soda, 12 % salidas recreativas, 8 % combustible y 10 % medicamentos. Los rubros donde la mayor cantidad de consumidores subieron el fueron fideos, harinas y arroz (13 %) y frutas y verduras (14 %). En este sentido, el relevamiento advierte que se observa “por un lado una propensión a reconfigurar el consumo en términos de hidratos de carbono, relativamente más baratos y por otro lado el incremento estacional del consumo de frutas y verduras propio del verano”.
La encuesta analizó la evolución de los consumos por nivel socioeconómico. La evolución del consumo mostró que en todos los niveles socioeconómicos (alto, medio, bajo) hubo un porcentaje importante de encuestados que redujo las cantidades consumidas. En términos generales, mientras que los de nivel socioeconómico bajo tienden a bajar más el consumo en productos de primera necesidad, los sectores medios y altos lo hicieron en salidas recreativas y combustibles.
Vacaciones “gasoleras”
El relevamiento reveló que el 51 % de los encuestados sostuvo haber cambiado los hábitos vacacionales durante el 2019, a lo que se suma un 15 % que no tiene planeado irse de vacaciones y otro 15 % que todavía no sabía al momento de realizarse la encuesta.
Las respuestas coinciden con lo costoso que es irse de vacaciones. Un informe de Cepa estimó que vacacionar una semana en la costa argentina en la temporada 2018-2019 para una familia de cuatro integrantes ronda los $ 13.060 en la versión gasolera y $ 62.879 en una más confortable en materia de viaje y alojamiento.
Los cambios de hábito en el consumo no son moda, como podría titular “el gran diario argentino” sino son producto de la inflación que no da tregua y el poder adquisitivo de los salarios que se derrumbó (según el Indec fue del 12,2 % en 2018). Este jueves se conocerá la inflación de febrero, que muchas consultoras estiman en 4 %.
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