El día 10 de agosto comenzó a circular por redes sociales y de comunicación un audio en que Matías Huerta, ex presidente de la UDI Talca y candidato a Concejal, insulta y golpea a una mujer, presuntamente su novia.
Domingo 14 de agosto de 2016
En base a lo que la víctima dice durante la grabación, este sería uno de los tantos episodios en que Huerta abusaba de ella. Luego de esto, renuncia a su militancia y candidatura, pero no porque atente contra la moral de su partido político: renuncia porque el caso sale a la luz, como la renuncia de Pablo Longueira al saberse que está involucrado en el caso de corrupción SQM. Tras la renuncia de Huerta, Álvarez Salamanca, diputado UDI por Talca y cercano al agresor, argumentaba que "no se puede meter más allá de las relaciones personales". Pero la violencia hacia las mujeres no es un problema de la vida privada, es un problema político que afecta a la sociedad entera.
La violencia física, que muchas veces termina en brutales muertes, es su expresión más cruda, pero se manifiesta en distintos niveles: como la doble jornada laboral que viven cientos de mujeres con el trabajo asalariado y el doméstico; como la prohibición, férreamente defendida por la UDI, del derecho a decidir sobre nuestra maternidad; los sueldos menores al de un hombre por el mismo trabajo, o la mayoría de mujeres que trabajan bajo el yugo de la subcontratación, estas últimas, avaladas por el código laboral heredado de la dictadura; entre muchas más.
La violencia contra las mujeres es un hecho repudiable en cualquier circunstancia. Sin embargo, en este caso particular, es también reflejo de la ideología política de la misma UDI, partido defensor de la dictadura militar que violó, torturó y asesinó a decenas de mujeres, niñxs y embarazadas y que sistemáticamente ha negado sus derechos a mujeres y diversidad sexual. Que "no se puede meter más allá de las relaciones personales", dice el hipócrita Álvarez Salamanca, pero cada vez que mujeres, gays y trans salimos a la calle exigiendo nuestros derechos, son los primeros en oponerse, imponiendo su moral conservadora.
Basta con recordar los debates en tornos a la despenalización del aborto bajo tres causales, en que la UDI, junto a la Iglesia y la DC, han sido sus máximos detractores.
Conocidos son los dichos de Ena Von Baer el 2012, cuando argumentaba que las mujeres no tenemos derecho al aborto porque solo prestamos el cuerpo, de José Antonio Kast diciendo que "sólo una maquinación intelectual es capaz de decir que la mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo", y que al aprobar la despenalización del aborto "se firma una sentencia de muerte", cuando la única sentencia de muerte cae sobre las mujeres pobres que se ven obligadas a abortar en condiciones inseguras; de Marisol Turres, oponiéndose a la causal por violación argumentando que "hay violaciones que no son tan violentas" y que el ser madre es una bendición, sea por violación o no; o del mismo Matías Huerta, señalando que “de ser aprobado el aborto, nuestro país estaría validando una violación masiva, sistemática y brutal contra el más básico derecho humano”.
También podemos mencionar los debates en torno al matrimonio igualitario y la adopción homoparental, en que estos partidos se oponen férreamente apelando a la “defensa de los niños”. "Qué culpa tiene un niño de que lo adopte una pareja homosexual", " decía Van Rysselberghe. "Nosotros creemos que no es conveniente para la formación de un niño o una niña que sus padres sean de un mismo sexo, estamos protegiendo los intereses de la formación de los menores" argumentaba Víctor Pérez. "Ahora seguramente se votará el matrimonio de homosexuales y hasta podría permitírseles que adopten. Una aberración, porque un niño necesita padres (…) Se parte del concepto de igualdad de género y por ahí nos vamos: se debilita la familia, hay baja natalidad, se defienden los derechos homosexuales. Más niños sufren, hay más abandono, ¡me da mucha pena!", declaraba María Angélica Cristi.
Le impiden a parejas homosexuales contraer matrimonio y adoptar niños, cuando en el SENAME ¡ya van más de 500 niños y niñas muertas por negligencia! Van Rysselberghe nuevamente se ha opuesto a la aprobación del proyecto de Ley de Identidad de Género, desde la Comisión de DDHH del Senado, pues le parece que "eso es llegar al matrimonio igualitario por el camino corto" y dio indicaciones para impedir que niños menores de edad, personas con hijos o casadas pudiesen acceder a cambiar su nombre y sexo registral.
“No se pueden meter más allá” de lo que pase al interior de las relaciones personales, del hogar, del dormitorio… hasta que vulnera el status quo, hasta que se trata de defender su hipócrita y doble moral conservadora, hasta que peligran los pilares misóginos, homotransfóbicos y capitalistas donde reposan sus privilegios de clase. Necesitamos luchar contra toda expresión de machismo y violencia de género, y transformar de raíz esta sociedad, para esto es necesario que mujeres y diversidad sexual nos organicemos y nos movilicemos junto a estudiantes y trabajadores, que levantemos secretarías y comisiones de géneros y sexualidades en todos nuestros lugares de estudio y de trabajo para hacerlo, y que salgamos a las calles con más fuerza.
Porque nuestros derechos no serán otorgados por los políticos corruptos y misóginos ni la clase para la que legislan, que nos los quitaron: ¡se los arrebataremos de sus manos!
Fernanda Santander, estudiante de Lengua Hispánica (U. Chile) y Yamila Martínez, estudiante de Pedagogía en Castellano (ex Peda)