Durante sus seis meses de gobierno el macrismo dio vasta muestra de lo lejos que se encuentra de siquiera impulsar una mínima medida por las mujeres y la diversidad sexual.
Andrea D’Atri @andreadatri
Pablo Herón @PhabloHeron
Lunes 13 de junio de 2016
El año arrancó con despidos, y continuó con recortes a los programas de salud sexual y reproductiva, quita de terrenos destinados a refugios para mujeres que sufrieron violencia y un continuo intento por ganarse la simpatía del Papa Bergoglio.
En febrero Mauricio Macri modificó el Decreto N° 357/2002 que reglamentaba la Ley 25.673 de creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. El único objetivo de esta medida fue disolver el programa despidiendo a decenas de trabajadoras y trabajadores.
Aun así, algunas referentes no se abstienen haciendo discursos de problemas que desoyen en los hechos: “Digamos #Niunamenos, este es un compromiso no como gobernadora, es un compromiso como mujer y como ciudadana, a mí también me duelen las muertes de cada mujer víctima de violencia de género en la Provincia”. Esto decía María Eugenia Vidal en la apertura de sesiones de la legislatura bonaerense. Mientras tanto, el presupuesto asignado al Consejo Nacional de las Mujeres, el organismo destinado a implementar la ley contra la violencia de género, es del 0,0055 % del total del presupuesto nacional, lo que equivale a $ 4,50 por mujer.
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No contentos con eso, el gobierno de Cambiemos, en función de “hacer prevalecer el proceso de preservación del patrimonio inmobiliario estatal y la racionalización del espacio físico del mismo, con vistas a su mejor aprovechamiento y utilización” le exigió a Susana Trimarco la devolución de terrenos realizada a su fundación. El objetivo de los mismos era la construcción de viviendas sociales para mujeres que se enfrentaron a situaciones de violencia extremas. La idea era no solo acompañarlas y darles contención en una primera instancia, sino brindarles la posibilidad de una vivienda segura donde pudieran vivir junto a sus hijos.
Hasta Pedro Robledo, que no pierde tiempo en lanza alabanzas hacia la Iglesia católica y es erróneamente vinculado a la lucha por los derechos de las personas LGBTI, es parte y firmante del ajuste. El pasado mayo declaraba "no quiero que la Subsecretaría sea un local partidario de La Cámpora ni del PRO. Para ser respetuosos con los contribuyentes tomé la decisión más correcta. No queremos un 6,7,8 ni 9,10,11", para justificar más de 35 despidos en el Ministerio de Desarrollo Social.
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Mientras tanto, siguen siendo asesinadas tantas mujeres y muriendo por las consecuencias de los abortos clandestinos tantas otras, como durante el gobierno de Cristina Kirchner. Por eso; para las mujeres; el primer semestre cerró con centenares de miles de personas que se movilizaron el pasado 3 de junio, al grito de #NiUnaMenos, denunciando todas las formas de violencia de género y que los gobiernos, la justicia, la Iglesia, en suma el Estado capitalista también es responsable.
Andrea D’Atri
Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en (…)