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Red Internacional
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DESENGRIETÁNDONOS. Alberto Fernández: “Se terminó la guerra con Clarín, confío en ir limando asperezas”

Desde Página|12 y AM 750, el precandidato presidencial kirchnerista le mandó un inconfundible mensaje a quienes desde hace una década ven a la corporación de Magnetto como causante de todos los males.

Domingo 19 de mayo de 2019 16:31

Imagen programa Código Político | Junio 2017

Huelga decir lo mucho que significa la palabra Clarín para el o la militante kirchnerista promedio.

Desde el ya olvidado “¡Noble, Magnetto, devuelvan a los nietos!” (en referencia a los hijos irregularmente adoptados por Ernestina Herrera de Noble en plena dictadura), hasta el impulso de una causa penal por la apropiación de Papel Prensa por parte de Clarín y La Nación con los favores del Videla y Martínez de Hozs, pasando por miles de informes de 678 durante el segundo mandato de CFK; muchas fueron las batallas culturales del kirchnerismo contra Clarín.

Bueno, parece que ese odio a La Corpo (que tanto armó argumentativamente y organizó políticamente a las huestes kirchneristas) ahora está llamado a mutar casi en cariño, a partir de que la “jefa” nombró a dedo al candidato presidencial del espacio. Porque, a no olvidar, Alberto Fernández fue siempre para el cristinismo un vocero y un operador del Grupo Clarín y otras corporaciones.

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“Limemos asperezas”

Este domingo, en una extensa entrevista concedida al diario Pagina|12, el exjefe de Gabinete habló de Clarín y de qué relación cree que debe tener su espacio político con el monopolio mediático y de las telecomunicaciones.

A Fernández le preguntaron cómo imagina “la relación con el grupo de comunicación dominante en la Argentina, Clarín, teniendo en cuenta lo que han sido sólo estos últimos cuatro años”. Claro, solo le preguntaron por el período macrista, no fuera a ser cosa que hay que preguntar incomodidades. Pero Fernández recogió el guante y se fue más allá en el tiempo, al punto que no habló del Clarín macrista sino de que el fallecido Julio Blanck definió como el del “periodismo de guerra” contra Cristina.

“A mí me parece que lo que alguna vez Julio Blanck llamó ’Periodismo de guerra’, es algo que en Clarín aún hoy se sigue practicando”, respondió Fernández, dando a entender que la guerra sería solo unilateral. Y hasta cuestionó a los periodistas de Clarín porque “no hablan con Cristina”, dando por sentado que la expresidenta atendería sin problemas sus llamados.

Es más, afirmó que “hace mucho que no hablan” tampoco con él, “porque desde que estoy cerca de Cristina se enojaron conmigo”. En ese sentido chicaneó a Clarín diciendo que “a esta altura parecen esos japoneses que en una isla no se enteraron que la Segunda Guerra terminó. Y la verdad sería bueno que dejen de hacer periodismo de guerra y se ocupen de volver a hacer periodismo”.

Los entrevistadores (Nora Veiras y Mario Wainfeld) lamentablemente no le repreguntaron (al menos en lo que se publicó) sobre otros momentos “no periodísticos” de Clarín, que se cuentan de a montones y que pondría el acento en cuestiones un poco más densas.

Para Fernández, como Clarín “ya que tiene esta condición de multimedio dominante tienen la doble obligación de no hacer” más “periodismo de guerra”. Y dobló la apuesta: “confío que poco a poco podamos ir limando asperezas no para que ellos escriban lo que nosotros queremos sino para que entiendan que la Argentina también necesita un cambio de ellos”.

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Que lo llame Magnetto

Veiras y Wainfeld le preguntaron si, ante la novedad de la candidatura, lo llamó Héctor Magnetto, el CEO de Clarín. “Yo con Magnetto no hablo desde el día que renuncié como jefe de Gabinete”, respondió. Y agregó que “todo lo demás es una fantasía”.

¿A qué fantasías se refiere? No será a la campaña sistemática, muy bien argumentada por cierto, del propio kirchnerismo que lo sindicó durante más de diez años como un agente, lobbista y operador de Clarín, Repsol y otras corporaciones, ¿no? Vale recordar una curiosidad. Nora Veiras, la entrevistadora de Página, fue panelista estable de 678, uno de los espacios televisivos que más colocó a Fernández en ese rol traidor, clarinista y anti-K.

Obviamente, en su nuevo rol de contemporizador con el stablishment económico, financiero y mediático, Fernández buscó salir del laberinto por arriba. “Si me llamara (Magnetto), hablaría y le diría lo que les estoy diciendo a ustedes. Aspiro a que todos entendamos que el tiempo que se avecina tiene que ser distinto. Hay que parar la locura que se sembró en estos años”, finalizó.

No se sabe si la pregunta se la hicieron al principio, en el medio o al final de la extensa entrevista. Lo cierto es que Veiras y Wainfeld eligieron colocar ese pasaje en el final de una extensísima nota en la que se habla de Massa, Lavagna y otros excríticos de Cristina. Quizás con la ilusión de que pocos lectores lleguen al final y lean las respuestas del candidato.

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“La guerra se terminó”

Sobre la mañana del domingo, en el programa de Eduardo Valdez en AM 750 (la radio del grupo de Página|12 que maneja el “negrero” Víctor Santa María) Fernández insistió con la idea. “Muchos creyeron que yo, por las críticas que hacía, era un hombre de Clarín. Fue una de las grandes ignominias que hicieron sobre mí”, dijo en referencia al kirchnerismo.

Y para que no queden dudas dijo que “la guerra se terminó, no voy a disparar un solo tiro más. Todos sabemos quién es quién. El gran éxito del debate de la Ley de Medios es que todos sabemos quién es quién y ahora el que elige, elige y punto. Se terminó la guerra”.

Sobre eso último, habrá que ver cómo les cae semejante definición de Fernández. Hubo muchas comunicadoras y muchos comunicadores que al momento del debate sobre la Ley de Medios sabían de sobra quién es quién y lo que pretendían era mucho más que “saber”.

La tan mentada “democratización de las comunicaciones” que, pese a estar encabezada por un texto legislativo incapaz de democratizar nada, encolumnó a decenas de medios progresistas y a cientos de periodistas y organizaciones gremiales, se supone que pretendía algunos “éxitos” un poco más ambiciosos que los de Fernández.

No se sabe si las palabras del candidato, ¿exoperador?, ¿exlobbista? y ¿exvocero? de Clarín alcanzarán para cambiarle el chip a la militancia nac&pop. Lo que sí se sabe es que Alberto tiene un objetivo claramente amistoso con Magnetto y su banda japonesa. Se avecinan tiempos muy interesantes para las y los amantes de los archivos.


Redacción

Redacción central La Izquierda Diario