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Red Internacional
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Brasil. Allanan viviendas de 8 empresarios bolsonaristas por supuestos mensajes golpistas

Los allanamientos fueron ordenados por un juez de la Corte Suprema luego de que la prensa divulgara los mensajes en que los empresarios defienden un golpe de Estado en caso de una victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en las elecciones presidenciales del 2 de octubre.

Martes 23 de agosto de 2022 13:55

Un juez de la corte suprema de Brasil determinó hoy allanamientos y el bloqueo de las redes de ocho empresarios multimillonarios aliados del presidente Jair Bolsonaro que están acusados de alentar un golpe de Estado en caso de que el líder opositor y expresidente Luiz Inácio Lula da Silva gane las elecciones del 2 de octubre, se informó oficialmente.

La Policía Federal realizó este martes por la mañana allanamientos en propiedades de ocho de los empresarios investigados que forman parte de un grupo de Whatsapp donde estarían tramando un movimiento para evitar el reconocimiento de una eventual victoria de Lula ante Bolsonaro.

Los allanamientos fueron ordenados por Alexandre de Moraes, juez de la corte que investiga al presidente por diseminar ’fake news’ y atentar contra la democracia. El magistrado también es el titular del Tribunal Superior Electoral (TSE).

Los empresarios sospechosos son Luciano Hang, dueño de las tiendas Havan; Meyer Nigri, de la constructora Tecnisa; Afranio Barreira Filho, de la cadena de restaurantes de camarón Cocobambú; Ivan Wrobel, de la constructora W3 Engenharia; José Peres, de la gigante de los shoppings Multiplan; Marco Raymundo, de la multinacional brasileña del surf Mormaii, y los magnates Luiz Tissot y José Koury, del Grupo Sierra, constructora de muebles de lujo.

La revelación sobre la trama golpista fue dada por el sitio de noticias de Brasilia Metropoles.

Bolsonaro repudió en una conferencia de prensa el viernes pasado la nota al calificarla de ’fake news’.

Bolsonaro evitó anoche condenar manifestaciones golpistas de sus seguidores al considerarlas parte de la "libertad de expresión".

Durante su participación en la entrevista del Jornal Nacional, el noticiero de la TV Globo, el más visto del país que fue seguido por 9 millones de personas, Bolsonaro condicionó la aceptación del resultado electoral de los comicios generales del 2 de octubre en los que busca la reelección a que las elecciones "sean limpias".

"Será respetado el resultado desde que las urnas sean limpias y transparentes", dijo Bolsonaro durante su participación con 40 minutos en el programa periodístico más importante de Brasil, el Jornal Nacional de la cadena Globo, en la televisión abierta.

Las amenazas sobre reconocer o no los resultados, o los allanamientos a empresarios amigos de Bolsonaro se incriben dentro de la campaña electoral en curso. La misma comenzó en los hechos el 11 de agosto cuando se leyeron publicamente las llamadas "cartas por la democracia", que no fueron ni más ni menos que la expresión de la unidad de un amplio arco que va desde empresarios, medios y partidos que fueron parte del golpismo contra Dilma y Lula años atrás, junto a intelectuales y sindicatos para apoyar en estas elecciones la fórmula Lula-Alkmin.

Este giro de los sectores que hace cuatro años apoyaron a Bolsonaro y hoy le sueltan la mano se expresa en las presiones para que reconozca el resultado de las elecciones, sea desde los medios o con la acción del "partido judicial" con este tipo de acciones hacia su círculo más cercano. Es el mismo partido judicial que estuvo detrás de todos los armados golpistas de los últimos siete años.

El objetivo es relegitimar como "defensores de la democracia" a todas las instituciones desprestigiadas por haber participado del golpismo y del apoyo a Bolsonaro, pero sin tocar las reformas económicas neoliberales, las privatizaciones y los ataques del presidente ultraderechista.

El propio Alexandre de Moraes, el juez que pidió el allanamiento a los empresarios bolsonaristas acaba de asumir como presidente del Tribunal Superior Electoral el 16 de agosto ante las principales figuras del régimen, incluyendo a Lula, Dilma y Bolsonaro, en un acto que buscó legitimar a la casta judicial como parte de una relegitimación de un régimen golpeado tras el interregno bolsonarista.

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