En un nuevo reporte diario de la pandemia, se registra la cuarta alza de los contagios a nivel nacional, mientras la cifra de fallecidos totales por COVID-19 en Chile, entre confirmados y posibles asciende a casi 15 mil.
Domingo 23 de agosto de 2020 02:58
El día de ayer durante un nuevo reporte diario de la situación sanitaria por el COVID-19, se informó la cuarta alza consecutiva de casos nuevos a nivel nacional, esta vez el Ministerio de Salud informó 1926 casos. De éstos, la cifra de nuevos contagios es liderada por la Región del Bíobío y por sobre las demás la Región Metropolitana, con más de 600 nuevos casos en un día, luego de registrar 5 días con cifras menores a esta. Además el día viernes el DEIS registró 69 fallecidos.
Con este nuevo reporte diario, la cifra total de contagios desde el inicio de la pandemia en Chile asciende a 395.708 casos, y un total de decesos confirmados por PCR de 10.792.
Sin embargo durante horas de la tarde de éste sábado, el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), publicó un nuevo informe epidemiológico, reportando la terrible cifra de 14.939 fallecidos, entre casos confirmados con PCR y casos cuya causa probable de muerte es atribuible a COVID-19.
Con estas nuevas cifras podemos evidenciar claramente el fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno de los empresarios de Piñera, a través de su plan de desconfinamiento progresivo, que no es más que un plan de reactivación económica a la medida del bolsillo de los empresarios. Con estas cifras sobretodo en regiones con alzas de casos, como la RM, Bíobío, Magallanes, queda demostrado que las "medidas sanitarias" impuestas por el gobierno de Piñera, solo buscan incansablemente proteger las ganancias de los empresarios, multimillonarios y dueños del país, como Luksic en el caso de la minería en la Región de Antofagasta, magnate que durante la pandemia ha aumentado aún más sus ganancias.
Y es que justamente "medidas sanitarias" como un absurdo toque de queda, que no es más que una medida represiva para la población, o aquellas comunas que han pasado a la etapa o paso de "transición", trabajen y produzcan para los empresarios durante el día y el fin de semana, simplemente son medidas insólitas que no tienen argumento científico. Ni hablar que durante la pandemia tanto Mañalich como Paris y Piñera han responsabilizado a la población del aumento de casos en el país, pero en ningún momento han cuestionado el colapso del transporte público, la exposición de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras que deben seguir trabajando a pesar de no ser esenciales, además de empresas que no respetan las condiciones legales sanitarias para continuar su funcionamiento.
En resumen el gobierno de Piñera durante la pandemia ha buscado a toda costa proteger el bolsillo de los grandes empresarios, contagios, fallecidos, miles de suspensiones y despedidos, y el hambre de la población. Impone medidas sanitarias como el plan paso a paso que no vela por la seguridad de las y los trabajadores y ni siquiera presenta un plan serio acorde al momento epidemiológico de trazabilidad de los contagios, muy importante para evitar rebrotes, y lo que justamente está ocurriendo con retrocesos a cuarentena de algunas comunas y ciudades.
Asimismo el heredero de Mañalich, el Ministro de Salud Enrique Paris, en el contexto del avance de las vacunas a nivel mundial, declara que será gratuita y obligatoria para más de 5 millones de personas, pertenecientes a grupos de riesgo. Pero, ¿se puede asegurar la inmunización a tan elevado número de personas y sin considerar al resto de la población que voluntariamente querrá vacunarse, sabiendo la poca capacidad que tiene hoy en día el sistema de salud público?
Es un cuestionamiento que debe abrirse ante el surgimiento de posibles comienzos de vacunación en países capitalistas más avanzados que ya han asegurado por completo los millones de cargamentos con las primeras dosis de vacunas. La clase trabajadora y los sectores populares serán los últimos en recibir la inmunización, mientras deben continuar produciendo para los empresarios y capitalistas que aseguran sus vidas a costa de la precarización, contagio y muerte de las y los trabajadores.