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Red Internacional
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LIGA MX. América vs. Pachuca

Dos partidos con muchos goles y con la emotividad hasta en el último minuto. Un Pachuca avasallador por momentos, que estuvieron siempre arriba en el marcador global y también con momentos de flaqueza al final del partido de vuelta, cuando estuvieron a punto de perderlo todo. Un América que mostró más carencias que virtudes y que terminó desfondado e impotente víctima de sus propios defensores.

Raúl Dosta

Raúl Dosta @raul_dosta

Lunes 18 de mayo de 2015

En el trascurso de ambos partidos se dio un choque entre un equipo ordenado y con estilo de juego muy definido, con bastante oficio para trasladar el balón con pases cortos y buen acompañamiento hasta llegar a la zona de definición.

La falta de solidez defensiva americanista facilitaba el trabajo de los tuzos, quienes se pusieron al frente a los cinco minutos un trallazo del Guti Erick Gutiérrez iniciaba la fiesta de goles, al 18’ Penilla aumentó la cuenta y por ahí dos llegadas más estuvieron cerca del tercer gol.

Hasta el minuto 36 duró el desconcierto azulcrema, cuando Michel Arroyo empalmó un disparo de media distancia un rechace de la defensa tuza. Pero inmediatamente Nahuelpan le quebraría la cintura a Pablo Aguilar colocaba su tiro desde fuera del área grande lejos del alcance de Moisés Muñoz. Finalmente, Ayoví equivocaría un pase, acomodándole el balón a Benedeto quien metió el 3-2 final.

La vuelta en el Estadio Azteca, fue una película parecida en la cancha, el juego asociado y con frescura de los jóvenes canteranos tuzos, destacando el Guti, Hirving Lozano y Rodolfo Pizarrro.

Enfrente, lo que los medios les dio por llamar “matosismo”: un puñado de buenos atacantes, que pueden ser muy letales a base de balonazos y centros “a la olla”, pero no tienen oficio para recuperar el balón y armar jugadas

(salvo Sambueza, que en este torneo ha rendido muy poco) y una defensa muy lenta y a veces golpeadora (Goltz y Pablo Aguilar suman varias expulsiones).

Y los tuzos volvieron a repetir la dosis con otro gol tempranero, anotado por Penilla luego de que el Guti recibiera impunemente el balón en el área y le enviara el balón mientras Samudio perdía la marca torpemente y le dejaba solo frente a Muñoz. Otra vez el desconcierto en el primer tiempo de las águilas que se salvaron un par de veces, incluido un disparo al travesaño del Guti y una descolgada de tres contra uno que Rodrigo Salinas no supo resolver.

Parecía que el ave se hundiría tras la expulsión de Goltz al minuto 33 al dejarle tatuados los tacos en la ingle a Lozano. Pero a partir de ahí equilibraron las en tanto el Pachuca se relajaba con tantas ventajas a su favor. Finalizando el primer tiempo un nervioso Conejo Pérez choca con sus defensas y el balón es cazado por Oribe Peralta, poniendo en riesgo sus cervicales en aparatosa chilena.

Con este 1-1, los de casa volverían con más bríos, empujando más, al 51’, un tiro raso de Michael Arroyo pegó en un pie de Aquivaldo elevándose justo hasta donde estaba Pablo Aguilar quien saltó y la metió poniéndose 2-1, en condiciones de calificar.

Matosas sacó inmediatamente a un desangelado Benedetto para reforzarse atrás con Ventura Alvarado pensando en controlar el partido pero Ayoví entró al área chica y colocó su disparo para el 2-2 al 56’. Después vino media hora de juego intenso en el que los tuzos parecían controlar y conformarse con el empate que los calificaba, pero una falta sobre Peralta, permitió que al 88’ Arroyo venciera al Conejo incrustara el balón al ángulo.

Un señor golazo, las tomas de la tele mostraban la gran mayoría en el estadio festejando aliviado, parecía la misión cumplida. Las águilas decidieron atrincherarse y tirar el balón lo más lejos posible. Aquivaldo devuelve uno de esos balones al corazón del área, y se arma el tira-tira que mató la ilusión azulcrema.

Pablo Aguilar detiene con la mano, penalti claro, expulsión y gol de Cvitanich. El balón al centro del campo, los amarillos corren hacia el área chica rival pero el balón va a las manos del Conejo, quien lo devuelve al otro lado y Ventura Alvarado la peina entregándola al pie, y con ventaja, de Germán Cano quien simplemente la mete. Fin de la historia del Ferrari Amarillo, ¿y del “matosismo”?,al menos en este torneo.