En partido sin brillo destacó el apoyo a los estudiantes de Ayotzinapa por parte de la afición migrante.
Raúl Dosta @raul_dosta
Miércoles 1ro de abril de 2015
Foto: Hinchas de la selección mexicana exhiben banderas por Ayotzinapa
Este sábado había que enfrentar a Ecuador y Miguel el piojo Herrera conformó una alineación nacional con varias incógnitas entre aquellos que en Europa se la pasan en la banca y los que juegan un papel destacado actualmente y algunos refuerzos de la Liga MX. Con las notables ausencias de Carlos Vela que recién sale de su operación de rodilla y de Rafa Márquez que está recuperándose de una lesión.
Y la amalgama no funcionó: los triunfadores Héctor Herrera del Porto lusitano y Andrés Guardado del PSV holandés, estuvieron batalladores durante todo el partido pero sin colaboradores para armar jugadas al ataque, a menos que buscaran con pases en profundidad al Chicharito que era la única opción al frente del ataque mexicano.
En el primer tiempo el equipo de Ecuador ridiculizaba a cada tanto a las estrellas del piojo. Salían armando jugada tras jugada desde su zona defensiva y llegaban amenazadoramente al área grande mexicana. Para fortuna de los aztecas, los arietes ecuatorianos traían muy mala puntería: Mena desperdiciaba sus oportunidades mandando sus zapatazos casi hasta el banderín de tiro de esquina. Además, un par de oportunidades fueron frustradas por espectaculares intervenciones de Jesús Corona.
Dominó Ecuador en el primer tiempo, salvo una gran jugada de Javier Hernández que valió la victoria por la mínima diferencia: luego de robar un balón, eludió a un par de contrarios y sacó un riflazo al poste izquierdo del portero quien ni las manos pudo meter. El segundo tiempo se emparejó más a fuerza de luchar, más con un empuje desordenado que con labor de equipo.
Debe agradecerse al Chicharito su entrega que a base de riñones logró un par de llegadas que el arquero Domínguez logró anticipar. También, a diez minutos del final, un pase filtrado de Guardado lo peleó y alcanzó a recentrarlo justo a la cabeza de Raúl Jiménez quien torpemente remató a las manos del arquero.
No era la noche del regreso triunfante de Raúl, ni la de los demás consentidos del piojo. Defraudaron un Giovani apático, como ya nos tiene acostumbrados, y unos desorientados Layún y Reyes. Incluso la torpeza de este último más la rigurosidad del árbitro le regalaban la opción del empate a los sudamericanos, pero Bolaños falló el tiro penal y Corona salvó la meta recostando atinadamente.
Al carrilero Paul Aguilar lo detectamos por una entrada al mejor estilo de la AAA directo a los tobillos de un rival y que el arbitró sólo sancionó con una tarjeta amarilla. En resumen, rescatamos al Chicharito luchador, quitándose la etiqueta de “cazagoles” que le ponen algunos comentaristas “conocedores”, la excelente forma del Chuy Corona y el aguante del público migrante de Los Ángeles, con casi 90 mil espectadores, que desplegó mantas por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.
Hay que trabajar mucho con sus consentidos señor piojo, para meterlos en ritmo de competencia. Tan consentidos que trascendió que Pacomemo Ochoa se enojó por haber sido alineado “a la malagueña”, es decir, en la banca y se acordó que tiene un hijo por ver nacer y mejor se regresó a España, dejando colgado al piojo para el partido contra Paraguay obligándolo así a llamar de emergencia a Melitón Hernández.
Bueno quizás el más consentido en la selección mayor es el mismo piojo Herrera, que se ha preparado tanto para la Copa de Oro y la Copa América: grabando más de una docena de comerciales y hasta una estatua en el Museo de Cera se le ha confeccionado… muy prematuramente ¿no?