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Red Internacional
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LAS RÉPLICAS DE LA CRISIS DEL PP. Andalucía en la crisis del PP: un momento de pausa

El escenario político andaluz ha alcanzado un momento de pausa en medio de la crisis que desgarra al Partido Popular. El posible adelanto electoral que barajaba el gobierno PP-Cs para asegurarse una fácil victoria ha paralizado hasta nuevo aviso.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Martes 22 de febrero de 2022

Juanma Moreno y Juan Marín. EFE

Los daños colaterales del enfrentamiento entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso se han hecho sentir más allá del escenario madrileño y de las filas internas del PP. Tanto en Castilla y León como en Andalucía la crisis del PP está afectando las posibilidades de gobierno del principal partido de la derecha española. En el primer caso porque sus dirigentes se encuentran negociando un gobierno autonómico que solo sería posible con su principal contrincante (Vox), tras un relativo fracaso electoral; en el caso andaluz, porque se les ha arrebatado la posibilidad del adelanto electoral al gobierno de la Junta de Andalucía (PP+Cs).

Aunque Juan Marín, vicepresidente de la Junta de Andalucía y líder de Ciudadanos en la región, pedía que todo quedase de Despeñaperros para arriba, la realidad es que el conflicto interno y público del PP ha sacudido al conjunto del partido y por tanto al panorama andaluz. Queda descartada y tras momentos polémicos generados por el propio Marin la posibilidad de un adelanto electoral en Andalucía que jugaba a favor del PP y Ciudadanos para revalidar un gobierno autonómico. Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP andaluz, que ya jugaba públicamente con hacerlo en estas semanas, ha dejado de hablar del tema tras el estallido de la crisis de su partido y desde su entorno parece que pretende alargar la legislatura hasta su fin natural en diciembre de este año.

Esta decisión, impulsada por la necesidad de resolver la guerra interna de su partido y para lo que Moreno Bonilla ya se ha movido supone un súbito cambio en el calendario político para todos los actores andaluces.

Vox en busca del sorpasso

Como ya se vio en las elecciones de Castilla y León donde el partido de Abascal le arrancó al PP una parte significativa de su base social y donde Ciudadanos desapareció políticamente, al igual que en otras Comunidades Autónomas, las encuesta pronostican que Vox tendrá un fuerte subidón en los próximos comicios andaluces. Incluso mejores perspectivas le dan estos últimos días tras el estallido de la crisis del PP, con múltiples encuestas hablando de sorpasso a nivel nacional de la ultraderecha al partido de Casado.

Esto condiciona en parte al PP andaluz que ha tratado de mantener una apariencia más moderada frente a otros sectores de su formación como el dirigido por Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Juanma Moreno sabe que probablemente deba pactar con Vox el próximo gobierno andaluz y que estos pedirán entrar al Ejecutivo, un escenario que el dirigente popular no parece desear y prefería hasta hace poco confiar en sus posibilidades de lograr la mayoría absoluta (algo que se planteaba como probable gracias al hundimiento generalizado de Ciudadanos).

Ahora, el crecimiento de la ultraderecha parece poner en riesgo esa hipótesis y acerca a los de Abascal a otro Ejecutivo autonómico, presuponiendo que lo más probable en el escenario actual es que entren al gobierno de Castilla y León, salvo que el PP quiera arriesgarse a una repetición electoral. Pero no solo se producen cambios en el bloque de derechas, sino que esto también repercute en los debates de la izquierda andaluza.

Fragilidad del neorreformismo y oxígeno al PSOE andaluz

El intercambio de papeles entre el PSOE y el PP andaluz está dando un nuevo episodio esta última semana. Si el primero siempre estaba acostumbrado a gobernar y el segundo a estar en la oposición, esto se rompió en 2018 y hasta hace poco parecía que seguiría siendo así. Tanto que era el PP quien amenazaba a sus oponentes con un adelanto electoral que pillaba al PSOE en pleno recambio de liderazgo con la elección de Juan Espadas, en las primarias andaluzas del partido.

Sin embargo, la iniciativa ha cambiado a manos de Espadas, quien aprovechó durante el fin de semana para reclamar un adelanto electoral en Andalucía a un Moreno Bonilla que guardaba silencio ante la guerra sucia dentro de su partido. Es el PSOE quien tiene ahora unas perspectivas optimistas respecto a su futuro, tanto que hasta se ha dejado ver en recientes movilizaciones impulsadas por CCOO y UGT, como si no fuesen responsables directos de la degradación de los servicios públicos andaluces o de la destrucción medioambiental tras décadas de pelotazos urbanísticos. Espadas quizás sabe que la profundización de la crisis del PP y el ascenso de Vox puede reportarle beneficios electorales, especialmente en un escenario de fragilidad del neorreformismo a su izquierda.

Porque si hay un perjudicado claro en todo esto, aparte del PP evidentemente, son las opciones a la izquierda del PSOE que buscaban un lugar propio bajo el sol andaluz o recomponerse de su desgaste: Adelante Andalucía, Unidas Podemos por Andalucía y Andaluces Levantaos (para el lector no andaluz, en orden de aparición: Anticapitalistas + aliados andalucistas; IU-PCA + Podemos; Más País Andalucía + aliados andalucistas). Una división de lo que en realidad hasta hace no tanto era Podemos Andalucía en alianza con Izquierda Unida.

Estas tres opciones llevan los últimos meses ocupadas en debatir como afrontar el próximo escenario electoral, en lo que parece ser una discusión sin un final claro. Varias líneas rojas suponen obstáculos clave: Adelante Andalucía se niega a cogobernar con el PSOE vs Unidas Podemos ya ha dicho que si puede lo hará y tanto los de Teresa Rodríguez como los errejonistas les gustaría una plataforma propia independiente de Unidas Podemos. No obstante, en tiempos más recientes la presión “malmenorista”, el miedo a un posible gobierno PP-Vox en la Junta de Andalucía, ha reducido el margen de maniobra para que cada grupo argumente su negativa acudir en una papeleta conjunta.

Múltiples ejemplos de la tensión interna se han manifestado en este periodo, como la aparición del manifiesto crítico “Andalucía lo primero” donde sectores de Adelante Andalucía pedían públicamente a la coalición que aceptasen una posible candidatura conjunta como el mal menor frente a la posibilidad del gobierno de ultraderecha. En aquel momento, el manifiesto hizo visible la división de opiniones dentro de Adelante Andalucía con Anticapitalistas y Defender Andalucía manteniendo las líneas rojas frente a Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista que sí se planteaban la posibilidad de reconstruir puentes con Unidas Podemos. Otro ejemplo es la división entre sectores afines al gobierno PSOE-UP por un lado y la izquierda sindical por otra en la próxima manifestación de las Marchas de la Dignidad el 28 de febrero, donde IU-PCE ejerce su fuerza para tratar de controlar un sector de los movimientos sociales en Andalucía.

Incluso Teresa Rodríguez ha llegado a abrir la puerta a una negociación con Unidas Podemos, eso sí con duras condiciones para los morados, pidiendo la reintegración de los diputados de Adelante Andalucía dentro del grupo parlamentario tras su expulsión que inició hace más de un año la guerra entre Anticapitalistas e Izquierda Unida en Andalucía. Algo que parece que no avanza muy rápido pero que es un cambio de postura, así como su aceptación de que quizás deberían apoyar desde fuera e investir un hipotético gobierno del PSOE en la Junta de Andalucía.

Si bien el atraso de las elecciones puede permitir a estas tres candidaturas más tiempo para dirimir sus diferencias, es también un mayor grado de presión debido al crecimiento de la ultraderecha. La presión “malmenorista” que ya hacía sentir sus efectos en estos partidos y en sus bases, ahora se verá reforzada ante la posibilidad de que el voto útil termine barriéndoles por separado y devolviendo al PSOE una parte significativa del apoyo electoral.


Roberto Bordón

Andalucía

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