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Red Internacional
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Coronavirus. Ante la crisis de la salud pública y el negocio privado, los trabajadores y los más pobres exigimos y proponemos

El Covid-19 declarado pandemia por la OMS destapó la precariedad de los centros de salud pública tanto en países imperialistas y con mayor consecuencia en países semicoloniales. También hace notar cómo los gobiernos de turno nunca trabajaron para potenciar la salud pública; al contrario, sus gestiones son en beneficio de la salud privada. Las y los trabajadores organizados podemos dar una salida.

Lunes 23 de marzo de 2020

Foto: Eju.tv

Italia tiene colapsados todos los centros de salud pública, recurren en préstamo de espacios a hospitales privados. Es el país europeo donde más fuerte está el contagio local. En momentos que escribimos esta nota son 4.825 los muertos en Italia de los más de 14.000 a nivel mundial. Italia hasta el 2018 había asignado 6,54% del PIB a salud, ese rango entre los países imperialistas es bajo. Estados Unidos asigna del PIB 14.32% a salud (datosmacro.com). Con frecuencia el capitalismo hace negocio con la salud, apuesta que todo sea privado. En general estos presupuestos son bajos para la salud pública lo que beneficia a los grandes conglomerados de hospitales, laboratorios farmacéuticos y de investigación privados.

Hoy se desnuda con crudeza ante los ojos de la población mundial que la salud pública ha sido destruida a niveles inauditos y no puede atender esta emergencia global. Los empresarios de la salud y los grandes propietarios de clínicas o de grandes cadenas farmacéuticas han socavado la salud pública y además se benefician de ella. En una carta que mandan los médicos italianos al gobierno dice “toda la red de cuidados intensivos se ha reestructurado y trabajamos con gran esfuerzo para ayudar a pacientes graves y muy graves, cuya vida depende de equipos médicos, que desafortunadamente son limitados” (www.radioformula.com.mx).

Bolivia, como país semicolonial, no es la excepción, los distintos gobiernos que pasaron siempre asignaron bajos recursos a la salud pública. Es recurrente ver movilizaciones del plantel médico y trabajadores en salud por mayor presupuesto y mejor infraestructura. Mientras se ve en crecimiento clínicas particulares y privadas.

El Gobierno de Jeanine Áñez actuó tarde (sin ningún plan de mediano ni de largo plazo) improvisando medidas cuando el virus ya estaba en el país. La ausencia de un plan se observa cuando el Gobierno ni siquiera había podido llevar adelante una campaña de información a las poblaciones alejadas sobre las características del coronavirus, situación que provocó reacciones defensivas y espontaneas de la población por el miedo a la enfermedad. Lo vimos por ejemplo cuando se produjeron bloqueos a los hospitales para que no ingresen los enfermos con el virus.

Hace unos días su Gobierno anunció que hay 252 camas de aislamiento para atender a pacientes con coronavirus y 35 de Unidad de Terapia Intensiva (UTI) a nivel nacional (ANF, 18/03/20). Esto para una segunda y tercera fase de la enfermedad, según el ministro de Salud, pero insuficiente si el virus sobrepasa las expectativas conservadoras de gobiernos que actúan con decidia y poco interés hacia los trabajadores y la población pobre.

Se decretó el pago de 500 bolivianos por niño en colegios fiscales; dinero que sale de los distintos ministerios, es decir, de los dineros de las y los trabajadores, empleados públicos, pequeños comerciantes. A los grandes bancos que ganaron millones en la gestión del MAS y con la gestión de Áñez no se les dice nada. Al contrario, se está pensando cómo ayudar a empresarios y banqueros.

Se decretó el 10% para salud del presupuesto de la nación, que tantos años los trabajadores en salud habían luchado. Pero hoy es otro contexto donde se necesitan más recursos humanos y materiales para atender la emergencia sanitaria. Se continúa actuando tarde, de manera conservadora sin pensar en los millones que viven en zonas alejadas de las ciudades sin centros de salud próximos a sus hogares.

Las medidas gubernamentales no atienden a los más vulnerables

Las y los trabajadores informales, por cuenta propia, comerciantes que ganan al día y desempleados son parte de la población más vulnerable. Con las medidas de cuarentena se está afectando su sobrevivencia. Son los grupos sociales a quienes primero va afectando el virus. Los segundos son los trabajadores formales que ya ven sus rubros afectados y a nivel internacional se está viendo que las distintas patronales están despidiendo; están dando vacaciones forzadas, están negociando con los sindicatos traidores rebajas salariales. La Federación de Mineros de Potosí ha denunciado en los últimos días el despido de más de 100 trabajadores en diversas empresas.

Son las y los trabajadores precarizados quienes tienen que continuar trabajando, son a los que no cubre el seguro social y tienen bajos ingresos. En Bolivia más del 51% de la población no tienen cobertura de salud (OPS, enero 2019) y son potenciales clientes de clínicas privadas que hacen negocio con la salud.

Los obreros industriales y los sectores más explotados podemos dar la solución

Se dicta la cuarentena total, pero miles de empleados de bancos y supermercados e industrias continúan yendo a sus trabajos. Nadie controla si esos centros de trabajo tienen los artículos de bioseguridad necesarias para que no haya infección entre los trabajadores.

Hoy hace falta barbijos para toda la población, hace falta gel para todos los hogares, hace falta test de prueba en todo el país y los respiradores para atender a los más graves no existen en grandes cantidades.

Los trabajadores los podemos producir, el Gobierno se niega a intervenir ante la especulación y el agio. Al Contrario, cierran fábricas de gel clandestinas. Esas fábricas con los protocolos de seguridad sanitaria deben ser puestas en servicio por las y los trabajadores con financiamiento del Estado.

Es urgente poner a las fábricas y talleres textiles a producir barbijos para toda la población en cantidades industriales y cuya distribución debe ser gratuita. La iniciativa del control obrero de la producción para que se produzca en función de la necesidad y para toda la población.

Fábrica que no tenga personal para atender la demanda de productos de higiene debe contratar personal de los desocupados. Es decir, se debe organizar turnos y distribución de las horas de trabajo ya!

La cuarentena si bien es una medida importante no es suficiente. No solo que su efectivo cumplimiento enfrenta límites objetivos que exceden a la "vuena voluntad" o "la conciencia" sino que a esta medida se debe mínimamente acompañar garantizando tests masivos para aislar a la población en riesgo. Al mismo tiempo es urgente centralizar los sistemas de salud bajo control de las y los trabajadores para que la población aislada sea atendida en las condiciones adecuadas.

En todos los centros de trabajo tiene que existir comisiones de salud. En las fábricas y lugares de trabajo deben verificar si los patrones cumplen normas sanitarias.

Los trabajadores y trabajadoras que hacemos funcionar la producción debemos tomar el control y planificar una producción coherente con las necesidades que el virus nos plantea, los capitalistas solo piensan en negocios y ganancia, no les importa nuestra salud. Nuestras vidas valen más que sus ganancias.

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